José-Vidal Rodriguez
Como consecuencia lógica de esa fiebre creciente del sello Varése por la figura del compositor Bill Conti, la discográfica recupera una de sus últimas obras destacadas de los 80 que faltaban por ver la luz en su versión digital, sobre la que además, poseía desde hace tiempo los derechos de publicación. ”F/X” es el acrónimo usado en el ámbito cinematográfico para referirse al departamento de efectos especiales, en el que Rollie Tyler (Bryan Brown) trabaja desde hace años en producciones modestas. Todo parece cambiar cuando un supuesto agente del FBI contacta con él para proponerle un curioso trabajo: simular mediante sus trucos, el asesinato de Nic DeFranco, conocido mafioso que va a delatar a gran parte de sus compañeros, lo que hace imprescindible proteger su identidad hasta el momento del juicio. Todo va bien hasta que Rollie se ve inmerso en un contratiempo de envergadura: Lo que en principio iba a ser un mero homicidio ficticio se convierte en auténtico, convirtiéndose desde ese instante en el principal sospechoso de un asesinato que de ilusionismo tuvo poco.
Lo mejor que se puede decir de la aproximación musical de Conti a este simpático largometraje de Robert Mandel, es que la misma aúna perfectamente los caracteres propios de la historia, integrándose perfectamente en el devenir contextual de la cinta. De esta forma, el autor dedica ciertos fragmentos a la presentación de una música de tintes semi urbanos entregada a la calidez melódica, con la introducción del piano y la guitarra que actuarán de instrumentos catalizadores al leitmotiv dedicado al protagonista, el cual lógicamente denota la justa bondad de un personaje amable envuelto en una trampa mortal.
De manera preferencial, la partitura refleja la insólita situación del rol de Bryan Brown en ese tópico cinematográfico del ”inocente tenido por culpable”, que encuentra su traslación al pentagrama no sólo en rendiciones lánguidas de su mencionado leitmotiv, sino lógicamente en numerosos instantes abiertamente dedicados a la tensión argumental y la ansiedad de Rollie por clarificar su inocencia. Algunos de estos fragmentos recuerdan, sin alcanzar aquellas cotas de expresividad y extrema calidad, a los desarrollados en su obra maestra “Gloria”. Y como no podía ser menos, el compositor encuentra no pocas ocasiones para deleitarnos con una de sus más notables habilidades, la música rítmica y adrenalítica enfocada a la acción, afortunadamente huérfana aquí de manidos clichés ajenos a la impronta absolutamente identificable del gran Conti.
Algunas de las anteriores ideas empiezan a vislumbrarse en la audición del inicial “Main Title”. La vigorosa frase heroica a metales, flanqueada por la intervención de un sinuoso y repetitivo piano, nos presenta de manera progresiva las cuerdas del mencionado motivo dedicado a Rollie, desarrollado íntegramente durante la simpática secuencia en la que el protagonista juega con uno de sus peculiares artefactos (“Rollie´s Diversion”). Un motivo que a la vez actuará como tema de amor en el arranque del “The Wrong Hit”.
Tan pronto como el argumento empieza a enmarañarse, la tensión y la urgencia comienzan a apoderarse de la música, creciendo paulatinamente el peso orquestal y relegando aquel intimismo inicial a momentos puntuales sólo de caracter reflexivo (“To The Boathouse”, “All In One Night”). Conti despliega entonces todas sus armas para lograr notable eficacia en cortes en los que la inquietud y suspense se traducen en el comedido uso de la disonancia (“Bust The Bust”, “Rollie´s Scared”, “Rollie´s FX”), y la huída y la acción se plasman mediante un frenetismo rítmico agraciado por afortunadas percusiones (“No Loose Ends”, “Baldy Takes A Bath”), culminando en uno de esos típicos fragmentos continianos cuya precisa progresión, resulta lo suficientemente brillante como para levantar hasta la partitura más monótona (“The Chase").
Destacar entre los temas inéditos, aquél “Baldy Takes A Bath” del corte 11, que frente a su interesante “album versión” incluida como bonus track final (impagable en su uso combinado de golpes percusivos y timbres), nos ofrece el tema tal cual suena en el filme, con prólogos de música romántica, un “puente” de trazos incidentales, y la explosión rítmica final presentada ahora en clave algo más sinfónica (y sinceramente, menos atrayente que la antigua versión del vinilo).
En resumen, ”F/X”, además de ser una partitura francamente entretenida para un filme que no lo es menos, resulta una muestra perfecta del notable momento de inspiración que atravesaba Bill Conti durante aquella mitad de los 80. Publicada en su momento en LP por el propio sello Varése, la partitura se ve expandida en esta ”Deluxe Edition” hasta cerca de 20 minutos adicionales, pues baste recordar que en el LP original, ciertos temas estaban recortados e incluso regrabados ex profeso con menor duración, en vistas a su comercialización en vinilo. Mientras que el score presenta un buen sonido global, sin embargo se ve lastrado en ocasiones por algún que otro deterioro en los masters, así como por la curiosa sensación de escuchar a una mítica orquesta (ni más ni menos que la London Symphony dirigida por Harry Rabinowitz) sonando por momentos menos amplia de lo habitual. Algo que no debe distraer la atención de una edición ciertamente atractiva y recién salida del horno para disfrute de los aficionados.
1-Agosto-2007
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