José-Vidal Rodriguez
A estas alturas, ni los mismísimos detractores del universo “Matrix” pueden discutir la enorme influencia que ha tenido la saga en el modo de concebir el posterior cine de acción del siglo XXI. En el caso de este ”Wanted”, es curioso atender a la cantidad de paralelismos que se vislumbran con respecto a aquel mundo artificial creado por los hermanos Wachowski. Pese a que el filme no nos habla de realidades paralelas, ni de computadores que rigen nuestro inconsciente, determinados aspectos tanto de la trama como de su puesta en escena, nos traen inevitablemente a la memoria las andanzas del ya mítico personaje de Neo “el elegido”.
A saber: Wesley (James McAvoy) es un triste contable, cuya existencia transcurre por los cauces de la absoluta rutina. Todo cambiará en el instante en que irrumpe en su vida Fox (Angelina Jolie), una explosiva mujer que no sólo le revela que su padre acaba de morir asesinado, sino que le protege de una muerte segura a manos del mismo hombre que eliminó a su progenitor. A partir de ese momento, el temeroso Wesley abrirá los ojos a la verdad: Su padre pertenecía a una ancestral hermandad de asesinos profesionales, dedicados supuestamente a proteger la estabilidad mundial a través de métodos demasiado expeditivos. Con la ayuda de Fox y de Sloan, su veterano mentor en la hermandad (Morgan Freeman), Wesley descubre que sus genes esconden las mismas habilidades que poseía su patriarca, latentes y ocultas durante años tras esa vida gris sumido bajo la montaña de papeles de su oficina. Comienza entonces un intenso adiestramiento en pos de la venganza, que convertirá al joven en una auténtica máquina de exterminio selectivo.
Lo cierto es que atendiendo a esta visión global del argumento, no dudo que más de un lector asemejará inevitablemente los personajes de Wesley/Fox/Sloan, a aquel famoso trío Neo/Trinity/Morfeo de la meritada trilogía wachowskiana. Si a ello le añadimos una serie de planos y efectos de cámara que beben mucho de aquella saga, parece que la polémica está servida, en esta adaptación cinematográfica del cómic original de Mark Millar.
Sea como fuere, mientras que los paralelismos (o casualidades, como quiera entenderse) con la franquicia Matrix son en principio palmarios, no puede decirse lo mismo del tratamiento musical que recibe este ”Wanted”. Si en su día Don Davis nos ofreció un duro (pero notable) ejercicio de música hostil, apocalíptica, en donde la disonancia jugaba un papel primordial, Danny Elfman opta aquí por un sometimiento más predecible a esa denominada música industrial que copa prácticamente el 80% de las partituras americanas de acción actuales. Circunstancia ésta que, a priori, podría echar para atrás a más de un aficionado hastiado (como el que esto escribe) de esta absoluta tiranía modal, pero que muy por el contrario no debe empañar lo que a la postre se convierte -salvando esas apariencias iniciales-, en un buen trabajo del autor de Los Angeles.
De manera similar a lo que aconteciera con el ”Ghost Rider” de Chris Young, Danny Elfman se las ingenia en esta ocasión para conseguir que el oyente paladee el fondo de su obra, por encima de las funcionales formas que la presiden en no pocos instantes. No en vano, el compositor logra personalizar lo impersonal, aplicando sus pautas estilísticas más reconocibles para ofrecer una interesante visión musical que supera (con poco) el nivel medio ofrecido en este tipo de productos de acción actuales.
Su compromiso con este ”Wanted” resulta indiscutible cuando incluso el propio Elfman se pone tras el micrófono para interpretar la pegadiza canción rock que abre el compacto, rememorando así su época antidiluviana como cofundador del grupo Oingo Boingo. Acto seguido, la mano del californiano se hace a todas luces evidente con la presentación íntegra del tema principal de la obra, “Success Montage”, pieza ésta que pasa por ser uno de los cortes más retentivos e inspirados que le hemos podido escuchar en los últimos tiempos. Su palpitante estructura rítmica, sus inmediatamente identificables orquestaciones, así como la dinámica melodía a cuerdas que sirve de catalizador al tema, parecen rememorar la época más laureada del músico, resultando un corte de genuino sabor elfmaniano (e incluso en algunos aspectos, hasta cercano a la imaginería burtoniana). En definitiva, un tema francamente destacado que, sin embargo, es utilizado a cuentagotas durante el resto de la obra (tan sólo acotaciones breves del mismo, en pistas como “Revenge” o “Train”), algo que a la postre ayuda a reivindicar aún más las veleidades de esta frase musical, en esa evidente intención del compositor por sugerir antes que abusar.
Si una sensación de cierta indefinición temática se apropiaba de algún que otro reciente encargo de Danny Elfman (no puedo olvidarme de ese engendro disfrazado de modernidad llamado “The Kingdom”), el presente score nos devuelve en cierto modo a ese autor entregado a una mayor coherencia y diversidad, pudiéndose de esta forma diferenciarse claramente una serie de ideas musicales claves para el desarrollo del guión: El tema dedicado a aquella misteriosa hermandad (“Fraternity Suite”), se abraza a una música oscura, difusa, de graves e intrigantes cuerdas, la cuál interactúa por contraposición al dinamismo del main theme antes analizado. Apoyada además en la inclusión de coros gregorianos, esta idea parece aludir con especial énfasis al carácter ancestral y originariamente pseudo-religioso de aquella siniestra organización a la sombra.
Por otro lado, Elfman dedica también un motivo expreso a ese rol tan importante en la historia como es el salvaje personaje encarnado por Angelina Jolie. Presentado en “Fox´s Story”, rezuma un poso de amargura que se verá enfatizado por la intervención del duduk y de una voz solista femenina. No es sino el modo en que el compositor anticipa las ambiguas reacciones y creencias de la aguerrida Jolie, las cuáles desencadenarán importantes acontecimientos con respecto a la historia.
Si la calificación otorgada a este ”Wanted” se limita a las tres estrellas definitorias de su cualidad de “buena partitura”, es por la sencilla razón de que el trabajo sufre un importante bajón a partir de su segunda mitad, frente a los notables postulados iniciales del mismo. Bajón que coincide con los fragmentos musicales más agresivos, para los cuáles Elfman escribe esa música bombástica de tremebunda aparatosidad electrónica (“Exterminator Beat”, “Revenge”), supuesto marchamo de calidad e innovación para los productores de hoy en día, la cuál deviene por contra en un tanto hueca y altamente cansina. De hecho, los momentos destacados de este segundo bloque no son sino reapariciones de ideas presentadas en el primero, como bien pudiera serlo la magnífica rendición en clave apoteósica del tema de Fox (“Fox´s Decision”), o aquella otra reaparición del motivo de la hermandad en el último corte “Fate”.
Que el score de ”Wanted” se confirme como uno de los productos norteamericanos más digeribles de lo que llevamos de año -al menos en lo que al género de acción se refiere-, no parece decir demasiado del nivel artístico ofertado en este 2008 al otro lado de Atlántico. Partitura sobria, con momentos muy dignos, y de mayor atractivo de lo que a priori podíamos temernos tras el batacazo de “The Kingdom”; pero partitura ésta que, al mismo tiempo, deja entrever esa profunda catarsis actual por tirar de la consabida colección de pads, loops y demás artificios electrónicos en pos de versionar al pentagrama el estruendo visual del filme. Con todo, y pese a estas sombras que deslucen levemente la nota final, es justo reconocer que se hizo la luz en la últimamente irregular carrera de Danny Elfman (irregularidad de la que se salva la sugestiva “Standard Operating Procedure”), con la presentación de este entretenido score que se deja oir con soltura, funcionado además de manera holgada en su comunión música-imagen (en este sentido, atención a la extensa secuencia del adrenalítico encuentro entre Wesley y Fox, parcialmente incluida en el corte “Fox in Control”).
4-agosto-2008
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