Ignacio Garrido
Drama social al tiempo que historia intimista y viaje de redescubrimiento, “El otro barrio” narra el regreso de un abogado, Alex Casanovas (Marcelo), a Vallecas hogar en el que pasó su infancia y del que luchó por salir, tratando de evitar un destino similar al que ahora se cierne sobre el joven Jorge Alcázar (Ramón), acusado de un asesinato que no ha cometido pero del que no puede escapar, al que representa por ser amigo de la familia. La vuelta del protagonista significa enfrentarse a un pasado que quiere olvidar, luchar por un caso perdido de antemano y recordar amores así como secretos perdidos. Historia de redención y metáfora del microcosmos urbano de los suburbios de las grandes ciudades, basada en la novela homónima de Elvira Lindo y dirigida por Salvador García Ruiz, esta sería la segunda de las colaboraciones entre el realizador y el compositor Pascal Gaigne tras "Mensaka".
Aquí ambos se centran en el drama y el sentimiento de tristeza al tiempo que se aborda el misterio de forma sutil, sencilla, sincera, siendo sensibles pero no sensibleros. Huelga decir que los fantásticos resultados obtenidos en esta cinta, tras los prometedores inicios de la asociación previa, (tal y como el director denota en los comentarios del interior de la carpetilla del CD) propiciaron la continuidad de la relación entre músico y director una tercera vez en “Las voces de la noche”, posterior largometraje romántico (con el formidable Tristán Ulloa de protagonista) donde repitieron roles con un, de nuevo, estupendo trabajo por parte del autor de “Azul oscuro casi negro”.
La banda sonora se abre con “Preludio” un pasaje hipnótico para violín solista, un fragmento de concepción, como es habitual en el autor, minimalista, circular y obsesiva, no carente de cierta belleza desgarradora. Destacar al respecto de este tema su gran similitud con el posterior trabajo de Newton Howard para “The Village”, obra con la que esta guardará mas de un punto de conexión, pese a que Gaigne se le adelantase varios años. La base temática de la partitura se centrará a partir de aquí en dicho tema dedicado a Ramón (apelando en su estructura y sonoridad agónica al pathos aparentemente irremediable de su destino), y un segundo que acompañará a Marcelo, haciendo su aparición en "Del barrio al cielo”, una melodía triste y afligida que se inicia a piano pero que se desarrolla posteriormente con viento y florituras en la cuerda que retoman el pasaje inicial, deslizándose con sutilidad hacia un impresionismo cercano al virtuosismo de Alberto Iglesias, pero sin perder el rumbo dentro de la orquestación propia del compositor y en el desarrollo que realiza en su música. Quizás algo del ambiente lírico de “Amelie” de Yann Tiersen pueda aparecer en la memoria del oyente atento durante la apreciación de este corte, pero al tratarse de un nombre afín en el empleo de los recursos expresivos melódicos, creo que Gaigne se libra sin sospechas de cualquier sombra de duda sobre su autoría.
En “Gloria” encontramos un doliente nuevo tema para cello y piano, donde la capacidad emotiva del responsable de “Piedras”, queda demostrada con creces al desgranar una melodía sentida y de poso romántico. Variaciones sobre el tema central como “Recuerdos” o “Anibal”, momentos introspectivos, pausados y de tintes psicológicos como “Fortuna” o “Sueño Ramón”, e incluso pistas más intensas como la inquietante “Ulls Tancat” o el dramático “Querida amiga”, van dando cuerpo a la obra mientras breves instantes de misterio como “Sala lectura” o “Luna” se van introduciendo en el discurso apelando al desasosiego con brillantez y los elementos más precisos.
Como los dos temas mas importantes se fusionan, se aproximan y se interrelacionan, nos da la clave para la aproximación emocional que el abogado va sintiendo por el joven al tiempo que se redescubre a si mismo, algo que “La caja de fotos” desvela con ejemplar elegancia mientras la partitura se acerca a su conclusión con la sobrecogedora segunda parte del “Ulls Tancat” y “Final”, revisitación del tema inicial de Ramón que abre y cierra la banda sonora con ese sentimiento descorazonador de liberación no alcanzada, de espiral e historia circular inconclusa, en la que los sentimientos no cicatrizan, pese a que si lo hagan aparentemente las vidas de las personas para poder seguir adelante.
Un trabajo excelente “El otro barrio”, que atestigua la enorme personalidad de Pascal Gaigne y lo imprescindible de su presencia en el panorama musical cinematográfico español al que aporta calidad, categoría y clase.
21-septiembre-2007
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