Miguel Ángel Ordóñez
El 29 de agosto de 2005 el Huracán Katrina arrasaba la cuna del jazz, Nueva Orleáns, dejando anegada el 85% de la ciudad y causando 1.600 muertes a su paso. Muchas voces se alzaron ante la negligente intervención de las autoridades estatales americanas, máxima responsable (por omisión) del desastre. Eso al menos denuncia Spike Lee al año siguiente en el documental de la HBO "When The Levees Brokes: A Requiem in Four Acts", donde repasa en clave moral, política y ética el desamparo de los barrios más pobres de la ciudad, aquellos fuertemente sacudidos por la trágica ruptura de los maltrechos diques que separaban la urbe del lago Pontchartrain.
Allí se dan cita Sean Penn, Wynton Marsalis y el propio Terence Blanchard, acompañado de su madre, para revivir la catástrofe y de paso denunciar que un año más tarde, el rastro de desolación dejado por la inundación sigue siendo tan visible como el primer día y las miles de familias que quedaron rotas, desplazadas y sin hogar aún carecen de futuro y esperanza.
Sobre ese germen, Blanchard edifica su tercer disco para el sello Blue Notes Records, tras los exitosos "Bounce" (magnífica fusión de música latina y jazz) y "Flow" (co-producido por Herbie Hancock). El homenaje y la denuncia se concentran en el espíritu del trompetista y compositor, quien junto a su banda y cuarenta miembros de la Northwest Sinfonia construye trece temas inolvidables que dan cuerpo a uno de los mejores discos en lo que va de año. En él se dan cita cuatro temas rescatados del documental de Lee ("Levees", "Wading Through", "The Water" y "Funeral Dirge") y nueve composiciones originales, de las cuáles cinco pertenecen a los componentes del quinteto de jazz de un Blanchard que quiere ofrecerles voz propia para retratar su visión de la desolación.
El marco conceptual en el que se desenvuelve este "Requiem for Katrina" apela a una ciudad retratada por Blanchard desde la melancolía, la frustración, la tristeza y el dramatismo. Precisamente, con la introducción de tres cortes que reviven el más puro estilo jazzístico de la ciudad, plenos de improvisación y dinamismo, Blanchard pretende disociar el homenaje de la denuncia, invocando a una voluntad divina como elemento que se conecta a la esperanza y la resignación. Así, "Ghost of Congo Square" abre la edición advirtiendo al oyente que los hechos que van a ocurrir escapan a la comprensión (las voces recitan un lacónico "This is the tale of God´s Will"), mientras los cortes "Ghost of Betsy" y "Ghost of 1927" funcionan como breves interludios que nos recuerdan los desastres anteriores en los que se ha visto sumida la ciudad: el Huracán Betsy en 1965 y las fuertes inundaciones de 1927. Cortes espectrales en los que Blanchard acude al fade in para ofrecernos improvisaciones trágicas y tormentosas a la trompeta.
El presente, la destrucción del Katrina, ocupa el resto de la edición. "Levees" es un corte absolutamente prodigioso en su concepción y ejecución. La quietud de las aguas es presentada a través de un ejemplar empleo de la cuerda, que emula incluso el suave golpear de las olas en los diques de la ciudad. Sin embargo, el tema evoluciona en su intensidad, en su aire trágico, para reflejar la ruptura de estos, el principio del todo, apoyado sobre una soberbia interpretación de Blanchard a la trompeta. Pero es sin duda la magistral "Wading Through" la estrella absoluta del disco, una pieza maestra gracias a la interpretación de Aaron Parks al piano y a las orquestaciones de Blanchard, quien pretende con ella simbolizar el ánimo de los damnificados por abrirse paso entre el desastre. Continuando con la unidad estilística que otorga el uso de la cuerda, "The Water" revive la ruina y la tragedia como preámbulo del particular réquiem ofrecido por Blanchard en "Funeral Dirge", otra fantástica pieza donde el músico brinda de nuevo un inagotable cúmulo de emociones a la trompeta. Un Blanchard que acaba poniendo rostro a la desolación en la figura de su madre ("Dear Mom"), particular homenaje donde la melancolía parece ceder paso a una ligera sensación de esperanza.
La contribución de su banda tiene lugar con cinco temas que en su conjunto no están a la altura de lo compuesto por Blanchard, aunque en absoluto puedan considerarse escasas de interés. El pianista Aaron Parks (en su última colaboración con el músico de New Orleans como miembro de su banda, ya que está preparando disco en solitario con Blue Note) contribuye con "Ashé", una melancólica pieza que apela a la aceptación de los problemas y a la mirada optimista de un futuro cercano. El saxofonista Brice Winston hace su interpretación personal de la catástrofe con la triste y apesadumbrada "In Time of Need", mientras el baterista Kendrick Scott compone "Mantra" (precedido de una algo extensa introducción), donde a través de sucesivos ostinatos pretende corporizar una repetida necesidad de reflexión y progreso, de esperanza, en las almas de los desplazados. Sin embargo, gracias a las orquestaciones del propio Blanchard, "Over There", la contribución del bajista Derrick Hodge, es el corte que más relación guarda con el resto de las composiciones del autor de "Malcolm X", una deliciosa pieza que ofrece energía positiva a las víctimas.
"A Tale of God´s Will" es un disco absolutamente recomendable no sólo para los amantes del jazz, sino para los apasionados a la música en general. Un álbum en el que Blanchard se adentra en la oscuridad para iluminarla, con dolor, ilusión y confianza.
10-septiembre-2007
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