Ignacio Garrido
Alexandre Desplat, es sin duda alguna, uno de los músicos que más reconocimiento y popularidad han adquirido durante los últimos tiempos en el panorama cinematográfico internacional. Si bien su carrera se ha comenzado a afianzar a todos los niveles con el transcurso de los años más recientes (prácticamente desde que fuese nominado al Globo de Oro por "La joven de la perla"), el trabajo realizado por el parisino en su tierra natal, lo hacía ya desde sus inicios acreedor de una más que prometedora carrera en el medio fílmico.
Un nombre clave para el Desplat de ese periodo previo a su consolidación presente (totalmente asentada, dicho sea de paso con la consecución - esta vez sí - del premio antesala de la academia con la exquisita "The Painted Veil" y la nominación al Oscar de su "The Queen", cuya reseña obra de un servidor puedes leer aquí), fue el director galo Jacques Audiard, con el que el músico sostiene una relación profesional que dura más de una década y suma hasta la fecha cuatro films de colaboración conjunta.
Precisamente sobre una de esas uniones tan comunes para el aficionado como son la de compositor y realizador, versa la edición del disco que nos ocupa, un recopilatorio del responsable de "Birth" con selecciones de sus partituras para el cuarteto de cintas de Audiard: "Regarde les hommes tomber", "Un héros très discret", "Sur me lèvres" y la ganadora del Cesar a la mejor banda sonora en el año 2005, "De battre mon coeur s´est arrêté". Con un total de una veintena de cortes más un bonus track y una más que generosa duración superior a los 73 minutos, el compacto obrará como imprescindible pieza en la colección de todo interesado en el compositor francés, pues resume con excelente gusto las mejores páginas de éste para el director.
El disco se estructura en función de la selección musical escogida, teniendo más en cuenta la experiencia auditiva que el orden cronológico de su propia composición. No obstante, el recorrido que se nos propone no deja de ser soberbio sea cual sea su punto de partida, dada la calidad del mismo y el personal empaque con el que Desplat envuelve las partituras para cada uno de los films. En todos ellos, hace acto de presencia la impronta de su estilo, con elegancia y saber hacer en todo momento, lo cual se traduce en la mejor tarjeta de recomendación del músico y la justificación de por qué esta llamado a ser uno de los representantes de las primeras filas de la música de cine actual.
En los tres cortes que abren el compacto y que están dedicados a la película "Sur mes levres", tenemos algo más de dieciséis minutos de contención orquestal (como es habitual entre lo mejor del repertorio del autor), trabajo basado en la cuerda que se traduce en un dramatismo emocionante e intenso que refleja la historia narrada. El empleo ascendente y descendente de la celesta, marca de la casa, hace su aparición en el primer movimiento donde se construye un tema grave y ominoso, sentando las bases que su compatriota Philippe Rombi retomaría posteriormente para "Joeux Noel". En el segundo movimiento se bucea en el minimalismo, tan del gusto del parisino, junto al desarrollo lento y apesadumbrado de unas cuerdas de opaco cromatismo y ambiente existencial que Zimmer llevaría hasta su extremo en "The Thin Red Line", referencia de no pocas composiciones todavía en nuestros días. En la última pieza se retoma el tema central de forma ligeramente liberadora para cerrar la representación de este film, que si bien no presenta excesivas ideas ni alardes innovadores u orquestales, el resultado posee mucha más fuerza y calidad que la mayoría de las bandas sonoras de hoy día.
Los seis cortes que continúan la escucha pertenecen a "Regarde les hommes tomber", composición que se abre rítmica y animosa, de cierto cariz cómico en su tema principal, para pasar al romanticismo de la cuerda y el piano en "Les jours passent", rematado por un misterioso motivo de nuevo minimalista. Más vivaracha que la anterior la partitura, esta obra pasa por sonar en ciertos momentos a Thomas Newman en sus recursos rítmicos para cuerda, pese a que no pierda las líneas estilísticas autorales, como demuestra el corte "Dans le champs de blé", de clara afiliación si se conoce su universo musical. Una breve y exuberante variación del tema central funciona a modo conclusivo para con las coloristas piezas pertenecientes a este film.
En "Un héros très discret" se aplica, como no podía ser menos, un minimalismo más que evidente sobre las imágenes, pero esta vez más cercano a Michael Nyman que al omnipresente Philip Glass. Piezas juguetonas y animosas como "L´enfance à Lambersat" destacan por su vivaracho acercamiento al tratamiento camerístico y mientras el drama se visita con intimismo, el optimismo prima en pasajes de brillante polifónica como "Départ en train" o "Albert apprend son role". El tema central dedicado al protagonista brilla por sí solo y es una de las joyas dentro de la filmografía de su autor, pues con enérgica vitalidad Desplat configura una de esas piezas pegadizas, rítmicamente impecables y que melódicamente hablando resultan absolutamente arrebatadoras. Cabe destacarse en este punto la similitud en la construcción de este pasaje con la obra “Mai nozipo” de Dumisani Maraire, perteneciente a la grabación "Pieces of Africa" interpretada por Kronos Quartet. Para finalizar, el corte "Les aventures d´Albert" se abraza directamente a Nyman, pese a conseguir superar su referencia dentro del conjunto y configurar una creación con vida propia.
Para rematar la compilación, nos encontramos con quince minutos y medio en forma de suite del score original compuesto por el autor para "De battre mon coeur s´est arrêté" (cuya reseña en Scoremagacine puedes leer en este otro enlace). Partiendo de un delicado intimismo, con sencillez y lirismo se hilvanan texturas sedosas en las que prima la cuerda y una progresión en intensidad envidiable, donde un sencillo tema de siete notas sirve como motor impulsor de la música. De carácter afligido, nostálgico, plenamente imbuida en un sentimiento trágico, la música nos acerca al alma de su protagonista con exquisito gusto y sabiduría. Un trabajo que, merecedor o no de premios que lo ratifiquen, resulta excelente pese a su brevedad.
Una versión del tema central de "Regards les hommes tomber" interpretada por el quinteto de cuerda Traffic concluye el cd a modo de bonus track, dejando en el oyente la firme sensación de que Alexandre Desplat es un músico de los pies a la cabeza, con todavía mucho que ofrecernos.
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