Pablo Nieto
Una de las virtudes que siempre se alabaron de Jerry Goldsmith, fue que era capaz de hacer que lo difícil, pareciera fácil. Ni la ausencia de tiempo, ni medios, limitaron nunca su capacidad creativa, su profesionalidad y su efectividad visual. Por supuesto, no siendo los resultados siempre igual de atractivos.
“Congo” es uno de esos proyectos que le cayeron al Maestro de rebote, y para el que apenas tenía un par de semanas para componer y grabar. Una película de aventuras, basada en una novela de Michael Crichton y dirigida por Frank Marshall. Al frente del score estaba inicialmente James Newton Howard, quien había colaborado de forma exitosa con Marhsall dos años antes en “Viven”. Eran tiempos en los que, todavía resonaba la voz de Lebo M tras su paso por “El Rey León”, así que Howard optó por repetir la fórmula del éxito de su amigo Zimmer, colaborando con el cantante sudafricano en este nuevo trabajo ambientado también en África.
Sin embargo, tras un tiempo trabajando en la partitura y habiendo escrito incluso varios temas y canciones (una de ellas “The Village Chant” se mantiene en la película), Howard fue reclamado con urgencia, para reemplazar a Mark Isham en otro ambicioso y mucho más atrayente proyecto: “Waterworld”. Un favor personal con su amigo Kevin Costner. El retraso en la post-producción de “Congo” le impidió compatibilizar ambos proyectos, y al final tuvo que desentenderse del mismo (no afectando esto para nada en su amistad con Marshall, quien posteriormente, y ya como productor, le contrataría para poner música a una por aquel entonces película llamada “El Sexto Sentido” dirigida por el desconocido M.Night Shyamalan).
Como recambio de última hora, se contrató a Jerry Goldsmith, gracias sobretodo a la intermediación de Crichton, buen amigo del compositor desde tiempos de “Coma” (años después volvería a reclamarle en “El Guerrero Número 13”).
Goldsmith, como gran aprovechador de medios que es, se adaptó a la perfección a Lebo M, colaborando ambos en la elaboración del retentivo tema central “Spirit of Africa”. Típica melodía goldsmithniana de gran poderío orquestal a través de los metales, perfectamente integrada a las percusiones africanas y la voz del sudafricano. Como complemento a la fuerza de su discurso inicial, nos encontramos unos vibrantes pasajes de acción en cortes como “Amy Nightmare”, “Bail Out”, “Crash Site” o “Gates of Zinjl”. Por supuesto nada nuevo: metales y percusiones presentadas con agresividad, y continuos cambios de ritmo, además de aventureros crescendos del tema central.
Para la historia de amistad entre la gorila mecánica (Amy) y sus creadores, Goldsmith escribe una delicada melodía para maderas arropada en percusiones étnicas, y que podemos escuchar en “No Customs” y sobretodo en “Deep Jungla” y “Kahega”, introducida tras una épica obertura por medio del tema central.
El disco finaliza con la suite final “Amy farewell / Spirit of Africa”. Primero el tema de Amy, luego una versión larga del “Spirit of Africa” a cargo de y coros, con un medley sólo para Goldsmith y la orquesta, que sirve de preparativo al climax final del cantante africano.
Nada nuevo en la obra del compositor. Mismos recursos orquestales y melódicos, con la única novedad de las referencias africanas. Aunque sin duda, un trabajo eficiente, y quien sienta las bases de una de sus últimas y más notables partituras “Los Demonios de la Noche”. Es “Congo” un score que será recordado, por ser lo único salvable de un producto cinematográfico cercano a la serie B. Proyectos excesivamente habituales, pero siempre entrañables gracias a su extraordinaria capacidad como músico de cine. Uno de los más grandes.
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