Miguel Ángel Ordóñez
“Phantasy Star Universe” es la última versión del primer RPG para consola, “Phantasy Star Online”, la mas fuerte apuesta del Sonic Team que verá la luz el 24 de Octubre del 2006. No es que uno esté ducho en el campo del videojuego, ni le interese lo mas mínimo, pero estimo necesaria la ubicación del lector. Como aperitivo a toda buena operación de marketing, la banda sonora del videojuego ha visto la luz en Japón el 13 de Septiembre pasado. Ya se sabe, la cuestión es mantener ocupado al futuro comprador, llamando su atención con la suficiente antelación.
Sea como fuere e indicando que se trata de un juego que incide en mundos imaginarios enmarcados en el terreno de la ciencia ficción, uno se felicita ante el derroche económico en el apartado musical que últimamente acompaña a este tipo de productos. La música para videojuegos ha crecido con el tiempo, pudiendo el oyente encontrarse con fastuosos trabajos orquestales de la mano de compositores que han acabado por hacerse un hueco en el campo cinematográfico: recordemos a modo de ejemplo el nombre de Michael Giacchino, o como a la inversa, se ha producido el desembarco de maestros del séptimo arte en esta especialidad: Howard Shore, Bill Conti, Danny Elfman o un largo etcétera.
Pero en esto los japoneses llevan dándonos lecciones desde hace lustros. Potencia económica de los videojuegos, no hay compositor nipón que se precie que no haya cimentado gran parte de su carrera en esta disciplina.
Para el caso que nos ocupa, Sega encargó la creación de la música del primer “Phantasy Star Online” al equipo dirigido por Hideaki Kobayashi, secundado por los nombres de Fumie Kumatani y Kenichi Tokoi. Trabajos centrados en el uso de la electrónica que apelaban al dinamismo, la heroicidad y la acción. Estridentes pero efectivos (en esta misma edición asistimos al tema central compuesto por Kobayashi en “Overture”, incluido como bonus track).
Pero debido a la fuerte apuesta económica del equipo de Sonic, se ha optado por que esta nueva y mejorada entrega arriesgara por un sonido sinfónico centrándose en los viejos temas compuestos por aquel tripartito. Ganar fuerza sin perder identidad. Para esa labor se ha contado con el formidable Masamichi Amano. Iniciado en el campo de la animación allá por los 80, Amano nos ha regalado una antológica sucesión de trabajos desde ese admirable “Omocha” (nominado a los premios de la Academia Japonesa en 1999), que han contado siempre con su destreza para el uso de abigarrados pasajes orquestales (casi siempre a cargo de la Sinfónica de Varsovia) y el empleo de rotundos coros. Desde las fastuosas “The Aurora” y “Giant Robo”, hasta las imprescindibles “Battle Royale” y su secuela “BR II: Requiem”, el compositor japonés ha dejado a las claras su importante posición al frente de la música audiovisual del país del sol naciente, aunando su particular sentimiento musical a un estilo sinfónico deudor de la escuela operística europea (claramente reflejado en su homenaje a Verdi en “Battle Royale”), transfigurada en repentinos arranques coplandnianos.
Sirva este “Save this World” para reabrir un debate magníficamente ejemplarizado por nuestro compañero David Rodríguez Cerdán en su reseña de “Renaissance”. Al orquestar, conducir y arreglar Amano las piezas compuestas por el triángulo de compositores de Sega, ¿ha contribuido a dar a la obra su sello o sigue, en el fondo, siendo este PSU resultado de la semilla de aquéllos?, ¿es padre el que engendra o lo es el que educa y desarrolla la personalidad del engendrado?. Interesante cuestión que dejamos al libre albedrío intelectual del lector.
Desde mi punto de vista el acabado de este “Save this World” es lo que importa y a ello, Amano, contribuye de manera primordial. Como el guionista que al adaptarla a otro medio hace buena una floja novela, Amano realiza un prodigioso recorrido orquestal de primera magnitud abocado al epicismo, resaltando en cada tema la heroicidad propia del juego, deslizándonos por veredas peligrosas o mostrándonos los vericuetos del romanticismo más lírico y arrebatador.
Diez de los catorce temas llevan su impronta. Cinco interpretados por la Sinfónica de Varsovia, aquéllos que apelan mas a lo sutil, frente a otros tantos descifrados por la Hollywood Session, los más rotundos y poderosos, con la introducción de cierta instrumentación étnica.
Entre los primeros, “Save this World” (que obtiene una mas breve, pero dinámica, rendición final como colofón de la edición) presenta el tema principal del juego, noble y aventurero, desarrollando a su mitad un interludio para cuerdas donde sobresale el empleo del solo de violín. Una magnífica pieza que será secundada por tantas otras de igual magnitud. Especialmente poderosa, en la interpretación de la Sinfónica de Varsovia, se presenta la épica “Guardians”, mientras el momento mas contemplativo y romántico emerge en la bellísima “For Brighter Day”, con acompañamiento coral.
La poderosa contribución de la Hollywood Session Orchestra arranca con la convencional y americanizada “Parum”, que funciona como himno militar, pero será secundada por impresionantes cortes de hálito étnico como “Neudaiz”, utilizando instrumentación china, y la magistral “Moatoob”, de resonancias arábigas, pieza de penetrante dinamismo percusivo. La descarnada y violenta “S.E.E.D” es un nuevo tour de force orquestal no exento de adecuados efectos electrónicos y con un tremendo e incisivo manejo del metal y la percusión, ayudados por un genial contrapunto impresionista al piano. Por último, “Ancient civilization” es una oportunidad única para mostrarnos a un Amano complejo de formas, elegante en el resultado.
El disco se completa con varias canciones. La orquestada por Amano, “With you”, es la demostración palpable de cómo una insulsa canción conquista nuevos territorios gracias a la interpretación de la Sinfónica de Varsovia. Frente a esta, las interpretadas por Kelli Sae no hacen mas que bajar la calidad del conjunto, oculta la mano del arreglista. En ocasiones no queda mas remedio que programar la audición de un disco.
Pero regresemos al inicio. “Overture” es la perfecta excusa para que el debate planteado al principio de la reseña permita que el oyente saque las conclusiones oportunas. Les propongo que se sumerjan en este ampuloso “Save this World” para comprobar como de los trazos temblorosos de un dibujo es capaz un escultor, de esculpir un soldado de Terracota.
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