Ignacio Garrido
En lo que viene siendo ya una colaboración habitual entre director y compositor, Guillermo Del Toro y Marco Beltrami se encontraron de nuevo en la adaptación cinematográfica del comic de Mike Mignola sobre el demonio reconvertido en anti-héroe a su pesar, que combate monstruos y amenazas varias contra el mundo. Si bien el resultado cinematográfico quedó algo deslucido en su montaje final por cortes y exigencias pirotécnicas varias, la recreación de los personajes, la atmósfera y en especial su protagonista resultaron excelentes, siempre bajo el buen pulso narrativo y la extraordinaria visión cinematográfica de su director.
Precisamente el gran entendimiento de Del Toro sobre la música en sus películas hizo que Beltrami campara a sus anchas por las imágenes, desbordando creatividad y mostrando no solo un talento excepcional para la melodía y el espectáculo orquestal, sino que también alcanzase con su dramatismo cotas de intensidad y profundidad emocional que la película sólo llega a atisbar en algunos momentos, pero que el compositor logra durante toda la cinta. Beltrami ha creado con “Hellboy” su mejor banda sonora en el campo sinfónico hollywoodiense más tradicional, donde suele mostrarse salvo raras ocasiones algo encorsetado, pues realmente donde se aprecia su talento sin restricciones es en filmes europeos o en aquellos cuya temática o forma de trabajo más libre e independiente consigue resultados excepcionales, como su mejor obra hasta la fecha “I Am Dina”, en la que no se dan los condicionantes habituales del temp-track, el trabajo a contra-reloj o similares trabas artísticas.
En cualquier caso la partitura para el film de Del Toro se antoja oscura, romántica, espectacular, variada y acompañada en todo momento por una inspirada orquestación. Con ciertas reminiscencias a Elfman (maestro de ceremonias en el campo de los seres oscuros y atormentados que acaban mostrándose más humanos que nadie) en el empleo de los coros de su inicio, pero afianzando su particular estilo plenamente identificable en los cortes de acción más rotundos como “Fireproof”, Beltrami desata su vena melódica y envolvente con maravillosas melodías que sugieren tanto el carácter mítico de un héroe en “Meet Hellboy” como su sentimiento romántico en “Liz Sherman”.
El gran acierto de la composición es su brillante tema principal, perfecto para el atípico personaje y absolutamente definitorio de su carácter e intenciones, desarrollado en el corte “Main Title” y que aparece puntualmente con magistrales variaciones como la ejecutada en “Wake up dead”. También los apuntes cómicos son magníficos y es en ellos donde el compositor despliega su habilidad para cambiar pasmosamente de registro como en “Rooftop ango”, o en cortes diegéticos tan sorprendentes como “B.P.R.D.”, pasando al ambiente malsano y cuasi-religioso que otorga el órgano a “Evil Doers”, toda una muestra de variedad de registros y capacidad camaleónica del compositor.
Pese a todo, si por algo debería ser recordada esta banda sonora es por entregarnos uno de esos momentos musicales que indiscutiblemente deberían pasar a la posteridad, el corte “Father´s Funeral” que es una pequeña obra maestra en sí misma y que a todas luces pone el listón muy alto dentro de la obra del autor, una melodía triste y arrebatadora, solemne y conmovedora, desarrollada plenamente y de una emoción e intensidad difícilmente igualables. La partitura a partir de este momento se irá desarrollando entre grandes temas de acción como “Alley Fight” y momentos de suspense estupendos como “Nazis”, hasta el grandioso climax final, “Stand By Your Man”, donde Beltrami consigue emular a su maestro Goldsmith en la capacidad infinita de éste para ejecutar soberbias variaciones sobre su tema principal y convertirlo aquí en un épico momento heroico que redondea un trabajo sobresaliente y una de esas bandas sonoras obligatorias en la colección de todo aficionado a la música de cine que se precie de serlo.
Pese a las exquisitas cualidades de la composición la producción del disco es otra historia bien distinta y deja mucho que desear. Pese a que en su momento la casa Varése debiera haber corregido los defectos de sonido que este CD presenta desde su primer corte, no se hizo nada al respecto y la edición discográfica está desastrosamente grabada con un defecto que afecta a la audición con un pequeño chasquido continuo que crece junto con el aumento del sonido, de forma que cuando la intensidad de la ejecución o volumen de la música sube, el molesto ruido aumenta también, siendo especialmente apreciable esto en el segundo corte del disco al comenzar a desarrollar los coros la sublime melodía que aparece. Ante tal inconveniente uno no puede más que hacer de tripas corazón y resignarse, intentar disfrutar de la música obviando el continuo malestar que produce en el oído semejante problema o buscar el camino alternativo de conseguir de algún modo la edición completa de la partitura con perfecto sonido y pasajes inéditos fantásticos, y pese a que la piratería nunca sea un camino agradable para el aficionado más dado a poseer discos originales, casos evidentes de chapuza o ediciones promocionales inencontrables obligan a ello. En este caso la balanza se queda en medio pues la presentación del disco resulta excelente y la selección de las pistas es estupenda, pero el problema del sonido puede llegar a pesar demasiado, por lo que la elección esta en manos de cada uno ya que la calidad de la música resulta indiscutible en esta ocasión.
|