Pablo Nieto
¿Una película de Golf? ¡Qué dices, yo no voy a ver eso! ¡Menudo rollo! ¡¿A quién podría interesarle ver una película de un deporte tan aburrido?!... Respuesta: a los millones de personas que habitualmente practican este deporte y que poco a poco han contribuido a que desaparezca el elitismo que lo corroía. Por suerte, este ya no es un deporte, que para poder practicarlo sea necesario acreditar un determinado número de ceros en la cuenta corriente.
Ron Shelton, el director más "deportivo" por excelencia de la historia del cine, fue el único que se atrevió a dar el primer paso para llevar a la gran pantalla, por primera vez, una película con el Golf como protagonista. Fue una pena que su iniciativa no tuviera el respaldo de la masa social, porque "Tin Cup" es una película que merecía mucho más. Los golfistas pasaron de verla, y los demás no se atrevieron por miedo a tener que ir con un manual avanzado de este deporte para poder entenderla.
Pero "Tin Cup" no es sólo una película de golf, sino también de "golfos". Desde un divertido Kevin Costner en el papel de un mítico golfista venido a menos, y que cansado de subsistir malamente como profesor en un campo de entrenamiento, decide volver a competir en los grandes torneos, pasando por una sensual Rene Russo, bordando la interpretación de "sensual" alumna de Costner, sin olvidar a dos secundarios de lujo como Cheech Marin (el avispado caddy) y Don Johnson (el cabreado ex-marido de Rene, y principal rival de Kevin en el U.S. Open).
Un divertimento, ideal para pasar un buen rato. Donde los chistes fáciles son sustituidos por tronchantes ironías a modo de dardos envenenados. Con mucho picante, gracias a la chispa sexual que desde un primer momento surge entre profesor y alumna, y sobre todo con un mensaje claro: lo más importante no es triunfar, sino estar a gusto con lo que cada uno hace, aun cuando esto no lo entiendan los demás... ¡¡¡Qué manía con conseguir un Eagle en el último hoyo del U.S. Open!!!
El encargado de componer el score, fue un por aquel entonces desconocido William Ross, y que ahora está partiendo el bacalao (su colaboración con John Williams en "Harry Potter y la Cámara de los Secretos" ha aumentado sobremanera su caché). Su filmografía como compositor, antes de "Tin Cup", tampoco era una carta de presentación lo suficientemente atractiva. Un par de comedias made in Hollywood de adolescentes como "Oveja Negra" o "El Gran Peque se va de Ligue", y un producto directamente concebido para televisión como "Las Aventuras del Pequeño Panda". Eso sí, a pesar de la irrelevancia de los nombres, la música de estas películas es realmente interesante (sobre todo la última).
Donde sí ha sido siempre más conocido y respetado Ross es en su faceta como orquestador de músicos como Alan Silvestri o James Horner. Está claro que unos nacen y otros se hacen. Ross pertenece a este segundo grupo, en el cual también encontramos a compositores como John Debney, Joel McNeely, Don Davis o Mark McKenzie. Todos ellos han vestido al torero antes de ponerse delante del toro. Tanto tiempo en esos menesteres al final termina por tener sus frutos.
El score de Ross evoluciona en cuanto a temática musical, del mismo modo que lo hace el personaje de Kevin Costner. Éste pasa de los solitarios campos de entrenamientos de Texas al U.S. Open, de ser un perdedor a estar codeándose con los más grandes. El disco comienza con el tema titulado "Tin Cup", donde tras una nostálgica melodía presentada por medio de un piano y unas evocativas cuerdas (lo que podía haber sido), se deja paso a, lo que un buen amigo experto en la materia definiría como un "Blues Blanco Fronterizo" (lo que es Roy "Tin Cup").
"Bank Shot Shuffle" cómo su propio nombre indica es un divertido shuffle con el que se describen los infructuosos intentos de Rene Russo en el golpeo de la bola, a pesar de las personalizadas lecciones a las que Kevin la somete. En "Molly and Roy", tercer corte del disco, tenemos una romántica versión del tema de Tin Cup, de clara inspiración Tex-Mex. Como curiosidad podríamos definir a la divertida canción, "Double Bogey Blues", que pone nombre al corte número cuatro. Tras la misma, y por continuar con la diversidad temática y de estilos que caracteriza a esta primera parte del score, nos encontramos con el corte "La Sonrisa del Sol". Típico tema de "mariachis", que aparece asociado al personaje de Cheech Marin, y que sirve para ilustrar el viaje (en una vieja caravana) de la "Trouppe" en dirección al U.S. Open.
"The U.S. Open": abróchense los cinturones pues vamos a despegar. La fuerza, el ritmo, y el sinfonismo que contiene este tema (y sus posteriores variaciones) es abrumador. En él, la tensión va aumentando a un ritmo vertiginoso, con algunos cambios orquestales que seguro firmaría el mejor Williams... y eso que el uso de trompetas y demás instrumentos de viento no es más Silvestri porque no puede. Su uso en la película coincide con los primeros días de competición en este prestigioso torneo, y obviamente, tal y como se encarga de describirnos Ross, con las pequeñas "victorias" que va obteniendo Tin Cup.
"Final Round" abre con un sólo de trompeta y un uso contenido de las cuerdas antes de que el leit motiv asuma su responsabilidad. Eso sí, en esta ocasión, las variaciones del mismo no tienen nada que ver con el corte anterior. En éste son las cuerdas las encargadas de marcar el ritmo (en el anterior hacía las veces una percusión muy zimmeriana). Es otro de los grandes momentos del disco y también, porque no decirlo, de la película pues coincide con el último día de competición, antes del Momento Eagle. Una situación que parece anticipar el pequeño apunte del blues de Tin Cup, con el que finaliza.
"The Waffle House" sirve como excusa para incluir una nueva variante del blues, aquella en la que el country se apodera de su "alma". Este corte rompe el orden temático que hasta el momento llevaba el disco, pues pertenece a una de las secuencias iniciales de la película, concretamente a la parte en la que Kevin, después de una intensa sesión de "Golf", le enseña su desastrosa casa-caravana a Rene Russo.
"Eagles and Demons", es un tema donde encontramos otro nuevo referente: "El Mejor" (The Natural) de Randy Newman. No es que en el resto de temas no estuviera ya presente, lo que pasa es que en el comienzo de este corte es evidente la influencia del bueno de Randy. Un corte que finaliza con una sombría y pesimista melodía interpretada a piano, que refleja la lucha interna entre el presente y el pasado. Por culpa de un eagle Roy Tin Cup echó a perder su carrera, y por culpa de un nuevo eagle echará a perder el U.S. Open. Para él, más importante que ganar, es conseguir que le salga ese golpe... alcanzar la gloria no le importa, prefiere ser fiel a sí mismo. Por todo ello, intentará el Eagle hasta lograrlo; sin importar el número de veces que tenga que golpear la bola. Todo lo alcanzado hasta ese momento comenzará a desmonorarse, según se vayan acumulando los fallos, con la consiguiente desesperación e incomprensión de su caddie y por supuesto de su chica.
En "Master of the Game", durante minuto y medio, William Ross se encarga de transportarnos a la misma escena del crimen: el U.S. Open. Allí nos encontramos a un golfista, un palo, una bola, y un estanque que le separa del hoyo del triunfo o del fracaso. Durante minuto y medio la música describe pero no da pistas de lo que va a pasar. Un eufórico crescendo orquestal del tema central, nos informa de que ¡¡al fin ha conseguido el Eagle!!. Ross nos vuelve a sorprender con un nuevo prodigio orquestal. La música se desmelena para celebrar el particular "triunfo" de Tin Cup.
En el encontramos toda una demostración de sinfonismo y dominio de la orquesta, que, por si fuera poco, termina con una emotiva versión orquestal del tema de mariachis escuchado en el corte 5, "La Sonrisa y el Sol". Las trompetas y los "sombreros mexicanos" dejan todo el protagonismo a la sección de cuerdas. Sin duda un momento musical realmente brillante.
Con "Texas Tango / Tin Cup" se cierra el disco y la película. El primero es una nueva fusión Tex-Mex & Tango (Marty Stuart en "All the Pretty Horses" haría algo parecido, aunque con mucha más brillantez, con el tema titulado "Strawberry Tango"). El segundo corte es una versión paralela del primer tema del disco, donde lo único que no cambia es ese "Blues Blanco Fronterizo" (qué pesadito estoy con el nombre).
Sin duda, "Tin Cup", es una buena excusa para darle una oportunidad a la obra de William Ross, merece la pena.
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