Pablo Nieto
Clark Johnson, actor-director responsable de "S.W.A.T.T.", es el encargado de llevar a la gran pantalla esta historia con todos los visos de haber servido como base a un nuevo thriller para la televisión del estilo "24", "C.S.I" o "Caso Abierto". El argumento de "The Sentinel", a muchos les recordará al de "El Fugitivo" (otra serie...). Aquí un ex-agente secreto (Michael Douglas) es acusado de estar detrás de una trama organizada para asesinar al Presidente. Desde ese momento, entrará en una espiral de persecuciones y conspiraciones varias, donde se verá acorralado por la mujer desesperada Eva Longoria, el siempre enigmático Kiefer Sutherland (protagonista de "24", en un papel muy similar al de aquella serie), y por si fuera poco, por la siempre estimulante Kim Basinger.
Es evidente lo que ofrece "The Sentinel", un producto que a nadie puede engañar en planteamiento, desarrollo y resolución. Un entretenimiento de primer orden, en tiempos donde a veces hasta este elemento tan básico (dejando a un lado, cuestiones artísticas) escasea., y con un reparto de lujo. Estaba más que cantado que Elliot Goldenthal no pondría música a este film (su participación en “S.W.A.T.T.” justo tras ganar el Óscar, se debió pura y llanamente a una oferta irrechazable de la Warner), así pues tocaba buscar sustituto. La verdad es que la elección de Christophe Beck, tampoco ha pillado muy de sorpresa. Su prestigio ha subido como la espuma en los últimos tiempos, y aunque de talento más bien limitado, su profesionalidad y eficiencia con cada encargo le han hecho situarse en una posición privilegiada. Aún así, creemos que estos no deberían ser los únicos requisitos a la hora de tener en cuenta cuando se contrata a un compositor. Pero en los tiempos que corren, los compositores maleables, acostumbrados a asumir temp tracks y trabajar sobre ellos, renunciando a su creatividad en favor de las imposiciones del estudio, suelen ser favoritos para trabajar en este tipo de films.
"The Sentinel", bien podría pasar como el último bodrio electrónico de un Graeme Revell o un Klaus Badelt. Una banda sonora donde la electrónica engulle a la parte orgánica, convirtiendo a las cuerdas y maderas en meros elementos ornamentales, que apenas sirven para dar un poco de empaque realista a todo un cúmulo de ritmos sincopados, percusiones sintéticas, y atmósferas musicales de diseño, que por supuesto son eficientes en el film, pero cuya edición discográfica no es más que una frivolidad más, producto del marketing imperante a la hora de decidir que bandas sonoras se editan y cuales no (salvo honrosas excepciones llamadas FSM o Intrada).
Es curioso que de toda la filmografía de Beck, el único titulo destacable es aquel donde rehuye de las "máquinas", "Bajo el Sol de la Toscana". Sin embargo, son sus pésimos scores para la saga Buffy y la horrenda “Electra”, las que le han situado en ese top del que hablábamos.
Es difícil destacar algún momento relevante en una banda sonora tan anodina y lineal como esta. Quizás los guiños al Newton Howard de “El Fugitivo” de los main titles y el corte final “The Sentinel”, la intensidad de “Fugitive”, “No Second Shot” o “Cars and Guns”, o el aire coplandiano de “Chilton School” con las cuerdas, ahora sí en un primer plano.
La música de cine tiene importantes valedores para las próximas décadas. El sonido post-Zimmer de Powell y Harry Gregson-Williams, el clasicismo de Marianelli y Hooper, el eclecticismo de Desplat e Iglesias, o la espectacularidad de Giacchino. Lamentándolo mucho, nadie debería cometer el error de incluir a Beck en el lote. Aunque visto los ídolos de barro moldeados en los últimos años, deberíamos esperar cualquier cosa.
|