Ignacio Garrido
Marco Beltrami se encuentra en un gran momento de forma dentro de su carrera profesional, pues tras su excepcional trabajo para “Hellboy”, mantuvo una línea ejemplar y coherente con su partitura para “Yo Robot”, sorprendiendo posteriormente de nuevo con una obra audaz e interesante en su trabajo para el remake de “El vuelo del Fénix”. Sin duda vive un excelente periodo artístico, algo que las virtudes del trabajo cuyo comentario nos ocupa corroboran de pleno y esperamos siga así con la secuela de “Underworld” y el remake de “La Profecía”, sus siguientes proyectos a tener en cuenta.
Tras verse inicialmente envuelto Trevor Jones en el apartado musical de este film (dado que el director del film era Alex Proyas y ya habían trabajado juntos de forma brillante en el excepcional film “Dark City”, una de las mejores cintas fantásticas de la década de los noventa, arropada por una no menos genial banda sonora de un pletórico Jones en estado de gracia) inspirado levemente en los personajes y bases argumentales de la novela “Yo Robot” de Isaac Asimov; en las últimas fases de la post-producción del film, y sin motivos claros al respecto de la salida del compositor sudafricano del proyecto, se llamó a Beltrami para que completase la banda sonora íntegra en poco más de dos semanas. Éste, contra todo pronóstico y con el tiempo encima, compuso una excelente banda sonora en tan solo 17 días de trabajo continuo, algo realmente sorprendente, teniendo en cuenta que la calidad de la composición es incluso muy superior a trabajos anteriores del compositor que no llegaron a estar a la altura, como la solvente pero irregular “Terminator 3: Rise of the Machines”.
El film trata sobre la muerte de un científico a manos de un robot y su posterior investigación por parte del único policía que desconfía de los seres artificiales en un futuro próximo, donde todo humano posee un robot como elemento de compañía y ayuda. Estos están diseñados y programados con las tres famosas leyes de la robótica que Asimov enunció en su momento sobre la supeditación de la inteligencia artificial a la protección y deseos del hombre. Por tanto dada la imposibilidad de dañar y/o por omisión de permitir que un ser humano sea dañado por un robot, la investigación se tornará cada vez más compleja al ser el principal sospechoso uno de ellos.
Con un director competente al mando, Beltrami parece seguir unas directrices que le inspiran y facilitan su trabajo, pues con esta partitura logra crear un universo musical envolvente y tenso, basado en un magnético y circular tema central con ciertas resonancias trágicas que se desarrolla plenamente en el corte "I Robot Theme", contando con ágiles y dinámicos temas de acción "Gangs of Chicago" o "Tunnel Chase", e incluso construyendo un trepidante y sincopado tour de force final digno de cualquier antología del género en "Spiderbots". Tampoco son ajenos a la creación, cinéticos pasajes futuristas de una intensidad alucinante como "Chicago 2035", que nos retraen en la memoria alguno de los mejores pasajes de Elliot Goldenthal en cintas del mismo género fantástico, así como el impresionante corte final "Round up", un tema coral de grandioso desarrollo melódico que supone una resolución impecable para un disco estupendo.
No obstante no todo pueden ser flores y quizás por las prisas, algunos momentos de acción siguen sonando algo mecánicos en su construcción y estructura, o ciertos pasajes de misterio por ejemplo se resuelven de forma algo convencional, pero la soberbia orquestación (para la que con el trabajo a contrarreloj necesitó la friolera de siete orquestadores) y la perfecta fusión de elementos electrónicos y orquestales convencen por completo, en una obra que cuenta con unos 90 minutos de música en el film, los cuales quedan magníficamente representados en el excelente compacto editado por Varése, pese a existir un pirata completo de impecable sonido pese a no ser oficial, con las sesiones de grabación íntegras para interesados y completistas.
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