Ignacio Garrido
En este trabajo y de nuevo para Tony Scott (formando ya tandem oficial tras “Enemy of the State”, “Spy Game” y “Domino”, última colaboración de ambos), Gregson-Williams demuestra otra vez su dominio de sintetizadores, ritmos electrónicos, samplers y demás técnicas modernas que se fusionan con milimétrica perfección a las imágenes trepidantes y entrecortadas que se superponen en el film de un hiper-estilizado Tony Scott, alternando además breves y emotivos pasajes melódicos.
El film se ubica en la ciudad de Méjico y se centra en la relación entre la joven hija de un empresario amenazado por sus negocios y el rudo guardaespaldas de pasado turbio encargado de protegerla, que de alcohólico autodestructivo pasará a ser protector redimido por el afecto surgido entre él y la niña. Ambos personajes sólidamente interpretados por la excepcional Dakota Fanning y el siempre magnífico Denzel Washington, entablarán una tierna y emotiva amistad truncada por el secuestro de la niña. El guardaespaldas iniciará entonces una brutal e imparable venganza contra todos los implicados, tras la noticia de la muerte de la niña en un fallido pago del rescate. Convertido en ángel exterminador Washington, descubrirá desagradables sorpresas a medida que profundiza en la corrupción de todos y cada uno de los personajes implicados en el secuestro de una forma u otra. Un film notable, rodado con gran pulso y estética inconfundible.
El problema de la partitura, es su escasa consistencia como tal y su falta de entidad como conjunto, sin llegar a posicionarse de manera clara, excepto al final en una de las dos vertientes que presenta de forma clara: acción y ambiente atmosférico electrónico o conatos de melodía. Hay en el cd estupendos pasajes emotivos como “Pita´s Sorrow” o "Bullet Tells the Truth” que mejoran el conjunto, pero el gran lastre de la partitura y la causa de su problema como banda sonora aislada es el propio film y su estructura, en la que el montaje atropellado apenas da tiempo a la música para desarrollarse y ofrecer algo a lo que agarrarse, dejándonos para el disco varios momentos excelentes pero demasiado breves como "Creassy´s Room" o “Smiling". Los mencionados pasajes melódicos oscilan entre la delicadeza de la guitarra española que identifica la localización mejicana del film y los orígenes de la familia protagonista como los desarrollados en "El Paso", y el lirismo orquestal asociado a la amistad entre la niña y su guardaespaldas, que destacan en "Pita´s Room" y sobre todo en el hermoso e intenso "You Are Her Father". No obstante hay en el CD nada menos que 27 cortes de los cuales la gran mayoría apenas superan el minuto o los dos minutos de duración y hay que tener en cuenta que con este material como base, es realmente difícil crear una audición satisfactoria para una edición discográfica agradecida.
Es un problema cada vez más común encontrar ediciones en cd con esta forma y fondo (muchos cortes de poca duración) y poco puede hacer el aficionado al respecto mal que le pese, excepto el negarse a comprar dichas ediciones, pues siendo seguidores o incluso completistas de ciertos compositores va a acabar siendo una ardua y dolorosa tarea adquirir trabajos de prácticamente nula entidad musical, siendo precisamente “Domino” de Gregson-Williams el paradigma de esta afirmación. Al parecer el film contiene nada menos que 140 entradas musicales en sus imágenes, de 20 segundos de duración las más largas de ellas, algo casi equiparable a lo que ocurre en muchos videojuegos, y en realidad hacia lo que tienden ya muchos films en la actualidad (ser un videojuego, se sobrentiende). Al respecto de la pregunta sobre la posibilidad de una edición discográfica de la mencionada “Domino”, el compositor expuso esta alarmante información como justificación a su improbable comercialización. De todo esto solo podemos sacar una idea clara: gran cantidad de películas y su música tal y como es entendida esta por muchos de nosotros tienen las horas contadas en cuanto a la estructura y desarrollo sonoro que nos gusta y nos hace disfrutar. Lo que venga es desconocido para un servidor.
En cualquier caso lo que no es desconocido es el destacable corte final de este trabajo de Gregson-Williams, el extenso corte "The End" de más de 9 minutos (y su remix alternativo incluido como en “Spy Game” al final de la selección para cerrar el disco), un hermoso y conmovedor tema dramático vocal co-compuesto por Lisa Gerrard (con ecos a su famoso tema final para "Gladiator" “Now We Are Free”, que por cierto procedía directamente de su álbum "Duality" en colaboración allí con Pieter Bourke), la cual presta por supuesto su impresionante voz para interpretarlo y ofrecer el único motivo realmente poderoso para adquirir el disco a los no seguidores del compositor, pues se trata de una pieza bellísima, desoladora y de gran fuerza emocional que cualquier aficionado a la música de cine puede disfrutar (más aun los amantes de la cantante y compositora que se sentirán especialmente agradecidos). Una banda sonora interesante, pero solo apta para oídos muy concretos.
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