Ignacio Garrido
Como ya ocurriese en la anterior obra firmada en conjunto por Zimmer y Glennie Smith, el film al que han puesto música en esta ocasión es de nuevo una cinta de animación alemana, con un osito polar como protagonista y sus aventuras en el polo norte como argumento principal. Pero si bien allí el nombre de Zimmer, así como el aquí ausente Henning Lohner, eran parte al menos destacable de la autoría del score compuesto, no ocurre lo mismo aquí, donde la aparición de Hans es meramente anecdótica y tan solo propiciada para aumentar la popularidad del apartado musical y elevar algo el caché de la película, ya que en esencia apenas parece haber compuesto más que parte de un par de temas dejando el grueso de la creación al solvente Nick Glennie Smith, prácticamente autor de toda la música.
Puede verse en la autoría de los cortes (acertadamente indicada en el booklet del CD, pese a que esté todo en alemán), que Zimmer colabora en el tema principal, una agradable y dulce melodía pegadiza y en un tema secundario a modo de scherzo que recuerda a los pasajes más juguetones de su “Spirit”, pero después de esto apenas interviene en el resto de la partitura más que cuando dichos elementos vuelven a aparecer de una forma u otra y en algún buen momento dramático que hace su aparición a mitad del score.
Como puede comprobar el amable lector no estoy citando los nombres de los cortes para hacer la ubicación de las melodías o pasajes concretos de la música, ya que estos están escritos en el idioma natal de Hans Florian, y pese a lo agradable que le pueda resultar colaborar al antiguo boss de Media Ventures en peliculillas como esta que le permitan emplear su lengua originaria, a un servidor se le antoja complicado trasladar palabras con tantas consonantes seguidas sin sufrir un trágico intento de pronunciación que de al traste con la seriedad de la reseña, por lo que añadiendo a esto la facilidad de la descripción musical en líneas generales, voy a prescindir en esta ocasión de dichas citas de títulos, opción creo será suficientemente válida como para conseguir orientar sobre la banda sonora en cuestión sin grandes carencias.
Las cintas de animación siempre han sido en la carrera de Zimmer y sus seguidores un buen conjunto de trabajos musicales, que desde su pletórico y fulgurante inicio con “El Rey León”, no han parado de sumarse, aportando obras frescas y estimulantes en su mayoría, que rejuvenecían los géneros que abordaban con soltura e inventiva (recordemos “El príncipe de Egipto”, “El Dorado”, “Spirit” o “Sinbad”) aunque también dando lugar en los últimos tiempos a partituras algo menos inspiradas o destacables como son “Shark Tale” o “Madagascar”. No obstante, el colorido y dinamismo musical que los autores de la (ya mal llamada) factoría imprimen en estos films es todo un acierto pues arropan con maestría las imágenes, aportando siempre ese halo mágico y ensoñador que los dibujos animados necesitan, siendo un buen ejemplo de esto lo que el propio autor de la partitura que nos ocupa Nick Glennie Smith hizo con su estupenda “Laura´s Star”, trabajo al que aquí se equipara y con el que podemos encontrar muchas similitudes estilísticas y técnicas: películas de animación infantil en ambos casos, duración abultada de los dos compactos, edición de los mismos en Alemania por parte de la casa Warner y su filial germana, orquestación variada, melodías dulces y sencillas con extenso pasaje final (con casi 13 minutos aquí en el Osito y más de 10 allí en Laura) como resumen final de las mismas.
El grueso musical para “Little Polar Bear 2” (el título de la película sí que lo traduzco que no creo que pase nada) es por lo tanto melódico, con aire festivo, desenfadado en su mayoría y ritmos pegadizos de familiar sonoridad pese a que eviten siempre la referencia a otras obras. También hay elementos coloristas, que como decíamos enriquecen la partitura y dan variedad al conjunto como guitarras étnicas, flautas o xilófonos juguetones que uniéndose a los inevitables pizzicatos que obran de ilustradores del obligatorio mickey-mousing, otorgan a la banda sonora un revestimiento muy agradable y consiguen que la abundante duración del disco se agradezca y se haga muy amena, redondeando un disco amable y recomendable.
También es destacable la aportación a la banda sonora de un lamentablemente desconocido nombre de la música de cine en su vertiente como compositor, pues es acreedor de un par de excelentes bandas sonoras para televisión, como es Richard Harvey, autor de las magníficas “Rebelión en la granja” y “Noches de Arabia” (editadas ambas en su momento con generosa duración por la casa Varése, siendo los dos discos muy recomendables) que aquí se encarga de los solos de flauta destacados antes en el apartado de la orquestación. Esto de debe a que la producción del score se realizó como es costumbre en estos compositores (Glennie Smith, Gregson Williams, Zimmer, etc... se entiende) en Londres, con los habituales Gavin Wright e Isobel Griffiths como responsables de la orquesta y su contratación, donde Harvey (recordemos su última aportación al mundo televisivo fue la interesante “Lion in Winter”) trabaja y compagina la composición con otros quehaceres como el que aquí desarrolla con soltura.
Dirigiendo la batuta tenemos al propio compositor Glennie Smith, experto en estas lides y como orquestador único y atípico para esta ocasión aparece un tal Benoit Groulx al que habrá que seguirle la pista no sea que descubramos en este nombre el alter ego de alguien más conocido, o acabe componiendo “Misión Imposible 3” o la próxima película de Ridley Scott. Se incluyen tres breves canciones en alemán interpretadas, es de suponer por los protagonistas de la cinta, para los interesados en los idiomas.
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