Miguel Ángel Ordóñez
El arrollador éxito de “El otro lado de la cama” hacía inevitable la realización de una continuación que proyectada sobre mismos cauces, explotara idéntico discurso como garantía de triunfo. Su desenfadada mezcla de comedia y musical made in Spain supuso una novedad que con “Los 2 lados de la cama” irremediablemente pierde frescura y ritmo. A pesar de venderse como una continuación más glamourosa y elaborada, el amateurismo de los números musicales, que aportaban un toque kitch y simpático en aquella, no han variado en absoluto, quedando muy lejos de los referentes de Demy en las adorables “Los paraguas de Cherburgo” y “Las señoritas de Rochefort”. Números cuyas coreografías se vuelven molestas por la insistencia en copiar al original, por unos personajes que aparecen desgastados en sus propuestas, huérfanos de nuevos retos. De todas maneras, todo hay que decirlo, para el que les habla “El otro lado de la cama” era un filme amable pero de escaso recorrido, por lo que parece lógico que tampoco pueda descubrir nuevas bonanzas en una continuación que seguro no defraudará a los admiradores de la primera entrega.
En el apartado musical repite gran parte del elenco junto a nuestro Roque Baños. Natalia Verbeke y Paz Vega han dejado paso a Verónica Sánchez y Lucía Jiménez. Aunque en índices de testosterona acumulada, el espectador haya salido perdiendo relativamente (no por la Sánchez claro), la maravillosa y sorprendente voz de Lucía Jiménez aporta nuevos ingredientes a los temas vocales. La gran diferencia entre ambos trabajos radica en la mayor elaboración musical de esta segunda, donde la mano de Roque Baños se nota y mucho en los arreglos de unas canciones de éxito que repiten formato respecto a la primera. Si “El otro lado de la cama” se situaba en un terreno acústico (tanto por las canciones como por el score de Baños sustentado en piano, guitarras o saxo), “Los 2 lados de la cama” apuesta fuertemente por una vertiente sinfónica que acaba por otorgar al conjunto un mayor encanto.
La edición se abre con una versión sensual del “Bailando” de Alaska y Dinarama, interpretada por Rita- Lucía Jiménez -Hayworth, apoyada en el uso de una fantástica big band. “Duelo de parejas” es el mejor tema vocal del disco: seis canciones de éxito que van desde Mecano a Los Secretos o la propia Alaska, con arreglos orquestales de Baños rotundamente admirables, recordando salvando las distancias al “Moulin Rouge” de Armstrong. La operística “Gavilán o Paloma” con apañada voz pero nulo manejo de timbres por parte de Alberto San Juan, la romántica “¿Por qué te vas?” (quizás la mejor interpretada de todas, gracias a la presencia de Jiménez) y el explícitamente sexual, bajo acordes de bossa nova, “Quiero besarte” son también temas muy rescatables donde el buen hacer de Baños en las cuerdas se convierten en su principal reclamo.
He de confesar que el score de Baños para “El otro lado de la cama” me parece de los menos conseguidos de su carrera (malos no tiene... bueno, hay uno que a lo mejor podría entrar en esta categoría, ése en el que todos están pensando), simplemente por su apuesta por la discreción, incidiendo más en los aspectos románticos, como he señalado antes desde un punto de vista acústico, obviando enfatizar algunos momentos meramente cómicos. Sin duda relegado a un segundo plano en detrimento de las canciones.
La historia cambia con este “Los 2 lados de la cama”. Su gran capacidad al frente de los arreglos musicales de los temas vocales, su apuesta por un ligero sinfonismo en los mismos, le ha permitido apostar por un score que, como en “Torrente 3”, interpreta admirablemente la ProArte London Orchestra, donde la cuerda es la gran protagonista. Cortes como los iniciales “El secreto de Marta y Raquel” y en menor medida “Noche de insomnio” apuestan por el misterio y la comedia, en base a sostenidos y pizzicatos a la cuerda. El otro gran invitado de la partitura es el piano. El maravilloso tema central del filme se presenta en “Íntimo diagnóstico/Le echo de menos”, secundado por la guitarra, la cuerda y la flauta. Nostálgico y sereno, se expone con maravillosos arreglos a la cuerda en el sensual “¿Tomamos una copa?” y en el melancólico “La soledad de Javier/Todos somos bisexuales”, introduciendo aquí una nueva melodía final de enorme fuerza.
El romanticismo de cortes como “Vuelve con Pedro” o lo afligido de “Los mejores amigos” con bellísima melodía final, nos muestran la gran capacidad melódica del murciano, que con este “Los 2 lados de la cama” logra un trabajo admirable a pesar de la escasa duración del score incluido en el disco (unos 22 minutos). Respecto a este, cabe decir que Dro/Atlantic ha sacado al mercado una edición que presenta el score junto a otra que incluye un DVD (tres euros más cara), que dicho sea de paso no aporta mucha cosa: dos trailers (uno de ellos musical), un clip con montajes de la grabación de las canciones de algo más de cuatro minutos y un making off (por llamarle de alguna manera) de cinco minutos, donde aparece Roque en las sesiones de grabación dando instrucciones y bromeando con los actores. Olvídenlo. Nada que ver con las ediciones francesas en digipack.
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