José-Vidal Rodriguez
Que los mediocres resultados del cine español se disimulen de vez en cuando con el estreno de filmes tales como ”Torrente 3”, dice muy poco del nivel actual de nuestra industria. Lo que en USA no pasaría de ser otra de tantas típicas películas paródicas de medio pelo, en España se ha convertido desde hace tiempo en la saga más exitosa de nuestro cine, en la que su director y protagonista Santiago Segura no sabe qué hacer ya para promocionar y alargar la franquicia.
En esta nueva secuela, el agente más zafio del país es asignado para proteger a la Eurodiputada italiana Giannina Ricci, que llega de visita a España con la intención de denunciar las actividades ilícitas contra el medio ambiente que lleva a cabo la multinacional ”Petronosa”. Para conformar el séquito de escolta, Torrente reclutará a un estúpido grupo de freaks a su imagen y semejanza, excusa perfecta para desplegar los gags y bufonadas que ya todos conocemos en el personaje. El resultado de todo este batiburrillo argumental es un lamentable filme sin pies ni cabeza, más casposo aún si cabe que los anteriores y que esperemos suponga el punto y final de la saga.
Como viene sucediendo con relativa frecuencia, lo poco rescatable de una cinta tan chabacana como ésta es su apartado musical. No en vano, la premisa “a película mala, banda sonora decente” se cumple con creces en la trilogía; así, un Segura que de tonto tiene poco, viene apostando desde la primera entrega por ese entrañable murciano llamado a ser un grande, Roque Baños, el compositor que tras sorprender a medio mundo con su hipnótico trabajo para “El Maquinista” retorna al personaje que le ofreció una de sus primeras oportunidades de darse a conocer como espléndido músico de cine. Y lo hace cumpliendo con su cometido de manera correcta, desde luego más atrayente que en los primeros Torrentes y siempre desde un enfoque paródico no exento de cierto grado de seriedad en la composición.
La soundtrack de esta nueva entrega ofrece dos primicias con respecto a las anteriores: la música incidental se publica en edición diferente del cúmulo de canciones que suenan en la película, por lo que ya no tendremos que sufrir con los engendros de Luixi Toledo y compañía para disfrutar del score original de Baños; como segunda novedad, la sorpresa de comprobar el impecable acabado sonoro del álbum en comparación con el de las otras entregas, que sufrían de un sonido orquestal tan plano como estridente.
Efectivamente, Baños parece haber manejado en esta ocasión un presupuesto más holgado para la producción musical, lo que le ha permitido grabar su partitura en el Reino Unido y contar con los servicios de una eficaz orquesta británica, la Pro Arte of London. Una agrupación menor londinense que, sin embargo, ofrece una sobria interpretación a años luz de los irregulares resultados de la Filarmónica de Praga, la misma que desluciera su destacado trabajo para “El Corazón del Guerrero” y con la que el autor se ve abocado a trabajar habitualmente para abaratar costes. Hay que felicitar por tanto a un Santiago Segura que, siguiendo así los precedentes de Alejandro Amenábar con la London Sessions Orchestra, se rasca el bolsillo para lograr en último término una calidad de sonido comparable a cualquier producción hollywoodiense, algo impensable en nuestro panorama cinematográfico hasta hace bien poco.
El álbum se compone así de toda la música instrumental del filme, con la única excepción del corte 2, “El Protector”, tema principal de la partitura presentado como canción pop de claros referentes a lo James Bond, interpretada por la inconfundible voz de nuestra starlet particular, la eurovisiva Rosa. Simpática sintonía, con letra de Santiago Segura y música original de Baños, de acordes típicamente barrynianos y en la que el murciano juguetea, como no podía ser menos, con las fanfarrias de metal características de la saga 007. Siendo francos, la pieza es una auténtica gozada entendida en el contexto paródico de la partitura, y desde luego mucho más atrayente para el aficionado que aquél “Apatrullando la Ciudad” utilizado en el primer "Torrente". Su melodía servirá además, al igual que hiciera John Barry en sus Bonds de antaño, para que el autor desarrolle variaciones instrumentales de la misma (“Momentos íntimos”).
Estas novedades son las más destacables de una partitura básicamente funcional, signo distintivo de un profesional que aún cuando el filme haga aguas por los cuatro costados, se las apaña para sacar adelante trabajos casi siempre entretenidos. Como ya sucediera en su anterior “Isi / Disi”, no estamos ni mucho menos ante un score para enmarcar, pero lo cierto es que de dónde no hay, poco se puede sacar. Desde luego, ya dice bastante en favor de la obra su adecuada sincronía con unas imágenes que de por sí ofrecen pocos momentos para el virtuosismo.
En este nueva entrega, Roque vuelve a utilizar aquel leitmotiv pseudo-heróico asociado al personaje de Segura, con la ventaja de ser esta vez interpretado por unos metales más atinados que los de Praga (”CSI Conspirations“, “Los Entrenamientos”). Asimismo, los nuevos giros de la trama inspiran al músico para realizar pequeños escarceos sobre diversos estilos musicales, desde la percusión japonesa en “La Casa de la Abuela / Los Ninjas”, hasta la adaptación de un conocido himno yanqui en “The White House”, pasando por su peculiar muestra de tensión en las cuerdas (“Forum Ecológico Internacional”). Un ejemplo más de la enorme versatilidad del murciano.
Mención especial merece el curioso tema “El Gran Sueño”. Introducido por una serie de pizzicattos de cuerda, el corte es posteriormente desarrollado en su primer minuto por el cálido sonido de un saxofón sobre arreglos de jazz. Pero para sorpresa del oyente, la melodía se interrumpe con los acordes de una “Cabalgata de las Valkyrias” wagneriana sustentada ni más ni menos que por ritmos funkies, para concluir de nuevo con las sonoridades oníricas de aquél saxofón inicial. Insólito arranque musical que quedará, sin duda alguna, como una de las piezas más eclécticas escritas por Baños hasta la fecha.
Obviamente no faltan los motivos de acción en un filme repleto de tiros y conducciones temerarias. Frente a lo estridentes que sonaban algunos de estos temas en anteriores “Torrentes”, Baños logra ahora imprimir mayor dinamismo a una música favorecida de nuevo por una interpretación orquestal mucho más vivaz. Así, “La Persecución” es una sugerente pieza en la que el autor no referencia esta vez a Barry, sino a su sucesor en la saga Bond David Arnold, sobre todo por aquél uso tan característico de los ritmos electrónicos. También destaca en este corte, como en el anterior ”Ataque Desde el Tejado”, la presencia de un contundente piano enfatizando algunas secciones rítmicas, recurso al que Baños parece abonado desde que lo usara con fortuna en “La Comunidad”.
Como reclamo para la compra del álbum, se incluye al final una pista de datos con el Making Off de la banda sonora. Video que desde luego no he sido capaz de ver ni siquiera en el establecimiento en donde adquirí el CD, ni tampoco en otros discos distintos al primero, en lo que parece ser una chapuza de fábrica que espero no afecte a la totalidad de las copias.
En resumen, amable partitura, mejor planificada y ejecutada que las anteriores de la saga, cuya corrección esperemos que sirva siquiera como paso adelante en la carrera de un compositor todo-terreno llamado a formar parte de proyectos de mayor trascendencia.
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