Pablo Nieto
”Sospechosos Habituales” es la historia de una gran farsa. Un triste epitafio que trata de camuflar la verdadera naturaleza, del posiblemente último gran thriller del siglo XX. Crimen en estado puro, terror con nombres y apellidos: Keyser Söze. Una película que convirtió en sospechosos habituales de hacer bien las cosas a su actor principal Kevin Spacey (que ganaría el Óscar como mejor secundario por esta película), a su director Bryan Singer (cada película suya es esperada con especial entusiasmo por la industria), y a su músico y también montador: John Ottman. Uno de esos genios que salen muy de vez en cuando. Un talento desconocido, que con el tiempo ha pasado de ser un músico desconocido pero interesante para los aficionados por esa “multifaceta” suya en las películas, a uno de los autores con estilo propio más definido y un caché que poco a poco va subiendo como la espuma.
Su score para “Sospechos Habituales” rebosa inventiva y originalidad por los cuatro costados. De tono sombrío y asfixiante, Ottman aporta su propia visión de lo que debe ser la música de un thriller adaptándose en todo momento a ciertos requisitos (algunos lo llamarían convencionalismos) del género. Su estilo único e inimitable ayuda y mucho, a sostener la trama. Siendo en todo momento admirable su sentido del ritmo, y riqueza percusiva.
Aún así, un trabajo que es sobretodo recordado por su inolvidable tema central para piano, con el que abre (“Main Titles”) y cierra (“The Water”) la película. Una melodía de enorme sentido lírico y gran inspiración, que es arropada por una elegante masa orquestal. Aún así, no nos encontramos ante un leit motiv en sentido propio, sino más bien al reflejo musical de la melancólica y triste narración post-mortem que Dean Keaton (personaje interpretado magistralmente por Gabriel Byrne), realiza de los hechos acaecidos. Eso sí, esto no impide que podamos encontrarnos apuntes esporádicos del mismo a lo largo de la partitura, como así lo demuestran cortes como “Farewell Fenster” o “It was Beautiful”.
Sin embargo, este no será él único elemento melódico del score. Hay otros dos motivos, mucho más secundarios, pero no menos relevantes en el desarrollo dramático de la música. El primero lo podemos escuchar en “Payback Time”, siendo posteriormente desarrollado a modo de breve fraseo en otros cortes. El segundo, con mucha mayor importancia todavía, es el motivo asociado a la leyenda de Keyser Söze. Un motivo evocador e intrigante, que podemos escuchar en “The Story Begins” o “I Work for Keyser Söze”.
La influencia de este temido criminal influirá también en el toque étnico del score. Su origen húngaro, le lleva a Ottman a introducir breves referencias a la música tradicional de ese país en cortes como “Redfoot”.
“Sospechosos Habituales” es un trabajo cuya principal misión la cumple con creces: funcionar con las imágenes. Una partitura certera en los cortes de acción, sobria y misteriosa en los más reflexivos y violenta en la descripción de los asesinatos y demás acciones criminales que pueblan la cinta. Una banda sonora que vuelve a ponerse de actualidad gracias a la oportuna reedición, con remasterización incluida, que ha llevado a cabo Milan Records de la antigua edición de 1995 (ya casi descatalogada), dentro de su nueva colección Silver Screen Edition. Los cortes y la duración son los mismos, pero aparte de una mejora evidente del sonido, el CD se completa con una estupenda e interesantísima entrevista con el propio John Ottman, hablando de su trabajo en este film.
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