Ignacio Garrido
El nombre de Hans Zimmer, con independencia de su inspiración o estado de forma, es sinónimo de éxito y de popularidad cualquiera que sea la partitura que venga por él firmada. Los films que cuentan con su participación, poseen tan solo por contar con su aparición en los créditos, de cierto caché o estatus que de otra forma carecería. Ahora bien el empleo de ese nombre (ya sea creando el tema central y delegando en otro, para el resto de la partitura o colaborando tangencialmente como es el caso que nos ocupa) como trampa luminosa para atraer seguidores, no debe ser obstáculo para reconocer el mérito real de las composiciones y sus auténticos creadores que nos llegan asociadas a nombres famosos como el de Zimmer.
El creador de casi el total de la hermosa y delicada partitura para este film alemán de animación es Nick Glennie-Smith, al que “echan” una mano tanto Zimmer como Henning Lohner (compositor de música adicional para "La Señal"). Un trabajo donde prima la colaboración, la creación en grupo sin despreciar algunos momentos en solitario. El resultado no obstante es homogéneo como siempre en este tipo de colaboraciones ("La Roca" o "Piratas del Caribe") gracias a una cuidada orquestación y sonoridad, destacando el detalle de la casa discográfica de indicarnos la autoría de cada corte, lo cual ayuda a valorar en su justa medida la importancia final de cada compositor en el conjunto de la creación.
En el caso de los trabajos de animación de la factoría Media Ventures en general, Zimmer & Co. ya cuentan en su haber un buen número de excelentes trabajos, desde la oscarizada “El Rey León”, pasando por “El príncipe de Egipto”, “Spirit” o “La Ruta Hacia El dorado”. En cualquier caso y al no ser Zimmer el principal artífice de este trabajo, cabe destacar la anterior colaboración conjunta entre Glennie Smith y el maestro alemán, desde “Cool Runnings” hasta “La Roca” o ya metidos en el género infantil en “Los teleñecos en la isla del tesoro” (destacando especialmente de esta formidable banda sonora aquel soberbio tema llamado “Boom Shakalaka” obra de Glennie Smith), ejemplos todos ellos de dinamismo, melodía pegadiza y trepidante orquestación.
Un hermoso y juguetón tema central, “Opening Title”, vertebrará el score al completo apareciendo continuamente y dando paso a hermosos pasajes para cello, “Laura Finds A Star”, o coros, “Flying Bow”, que nos acercan a la bellísima conclusión de “Finale”. Si bien es cierto que su originalidad es escasa en planteamientos sonoros, y su variedad temática no es demasiado amplia, su hermosa e inspirada resolución y el carácter mágico que le confiere al conjunto este tema central y sus consabidas variaciones, son elementos más que suficientes para disfrutar plenamente de un disco de generosa duración (casi 70 minutos, algo muy de agradecer) que en ningún momento decae en ritmo ni calidad.
Creación por lo tanto lírica, intimista y de gran fuerza emotiva que si bien no aporta nada nuevo al mundo de la música de animación, sí se reafirma como una bella banda sonora realmente disfrutable. Una virtud nada desdeñable en los tiempos que corren, sobretodo si echamos un vistazo a los derroteros actuales de los miembros de la factoría concretamente en el género de animación y de Zimmer en particular (especialmente con sus decepcionantes “Shark Tale” y “Madagascar”).
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