Miguel Ángel Ordóñez
Durante los 80 no hubo compositor de serie A que se preciara que no flirteara con los scores electrónicos. Sin embargo, los resultados no han sido mas sangrantes que en los casos de Maurice Jarre y Jerry Goldsmith. La moda impuesta por el éxito de “Carros de fuego” y el interés de sus respectivos hijos (Jean Michel y Joel) por las posibilidades electrónicas, llevaron a ambos a adentrarse en numerosas ocasiones y sin el mas mínimo rigor (si se me permite exceptuaré partes de “Witness”), en composiciones huérfanas de estilo, carentes de un mínimo emocional. Si bien el caso de Jarre es mucho más profuso y dilatado en el tiempo, Jerry Goldsmith acudió a este método en tres ocasiones: “Runaway”, “Criminal Law” y “Alien Nation”. En otros proyectos de esta época, la electrónica, aún teniendo primacía, se veía fusionada con elementos orquestales que disimulaban las francas carencias del maestro en este terreno (recordar ejercicios tan anodinos como “Link”, “Warlock” o “Extreme Prejudice”).
Sin llegar a los resultados aberrantes de la sosísima y monótona “Criminal Law”, “Alien Nation” pasará a la historia, únicamente, por ser uno de los peores trabajos realizados por el genio californiano. El score, finalmente rechazado y sustituido por uno tan insufrible como este a cargo del vulgar Curt Sobel, posee una indudable variedad temática, pero tan insustancial que pone en peligro la maestría del compositor haciendo que dirijamos la mirada hacia una única dirección: la que proponía Visconti en el propio título de su magnífica “La caduta degli dei” (con Jarre en juego).
Destinada a auténticos mitómanos, la grabación solo aporta el disfrutable añadido de observar como su melodía central era reutilizada con clase, elegancia y en un tono jazzístico, como tema de amor, para “The Russia House”, dos años mas tarde. El tema emerge en el corte inicial, “Alien Landing”, obtiene una rendición mas emotiva durante “Take It Easy” y un completo desarrollo, con modernos arreglos, en la clausura de la edición, “The Wedding”.
Junto a este tema, encontramos momentos divertidos en “Alien Dance” y cercanos al humor zafio y trasnochado en “The Vial”, con sonidos reminicentes de “Gremlins”. Un temita a piano, “Jerry´s Jam” agradable y sencillo, que da paso a un ejercicio vacío de acción donde abundan los sobresaltos y en algún caso la mano eficaz del maestro (“Out Back”, “Are You There?”, “A Game of Chicken” o la espantosa “Tow Truck Getaway”) son lo único reseñable con respecto a la partitura.
Dirigida por Graham Baker, con el que había realizado la estimulante tercera entrega de “The Omen”, “Alien Nation” presentaba una sociedad donde los humanos y una especie alienígena convivían fraternalmente a golpe de thriller policiaco. Sin obtener un gran éxito, sorprendió en su momento su traslación a la pequeña pantalla en forma de serie televisiva. Con esta edición, el poderoso Robert Townson, cabeza visible de la Compañía Varese Sarabande, cierra el círculo de los títulos en los que Goldsmith intervino para la Fox (tras su mastodóntica recopilación en “Jerry Goldsmith at the 20c.Fox”). Una edición limitada con 3.000 ejemplares que destapa los errores hacia los que está siendo conducida la Compañía. ¿Merece la pena gastar 20 dólares (en el mejor de los casos) en la compra de este compacto?. Indudablemente no, ni siquiera siendo un ferviente admirador de Goldsmith (mi caso). Atrás han quedado las míticas ediciones de Varese Club en sus inicios. Me gustaría, desde aquí, hacerle un par de preguntas al señor Townson: ¿para cuándo una reedición de “Raggedy Man” del mismo Goldsmith o las antológicas “Fedora” y “El ojo de la aguja” de Rozsa?. Y ¿por qué contribuir a la frenética carrera coleccionista de nuestros días con scores tan fríos y prescindibles como este?. Preguntas sin respuesta, o quizás con solo una... la que cantaba Joel Grey en “Cabaret”.
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