Ignacio Garrido
En la carrera de Don Davis, tanto desde sus inicios como orquestador de Silvestri en la segunda etapa de este tras su gloriosa primera colaboración con James B. Campbell (insuperables “Depredador”, “Roger Rabbit” o “Abyss”) o Horner, pasando por sus primeros pinitos como compositor de films de segunda no muy bien valorados, hasta llegar a ser el exitoso creador de la saga “Matrix” (aunque reciclador y amplificador de elementos ajenos dados sus claros precedentes en la música clásica de John Adams o Wagner y en la cinematográfica de Goldenthal o Kamen por citar solo un par de nombres), la sensación de altibajos y de irregularidad en su obra ha sido constante y nunca despuntó realmente como un auténtico creador de primera línea hasta esta formidable banda sonora, perteneciente a un film curioso y poco conocido, que presenta el drama de un padre (el siempre estupendo Andy García) atormentado por la pérdida de un hijo depresivo, que se suicidó ante su impotencia pese a ser él mismo un psiquiatra infantil, y que recupera la esperanza intentando ayudar a otro chico de similares características años más tarde.
Sin duda alguna su partitura para este extraño drama familiar es una de las composiciones más hermosas y logradas de toda su carrera. Sin embargo un score que carecía de edición discográfica hasta la fecha, algo incomprensible si tenemos en cuenta que otros trabajos del compositor mucho menos destacados si habían conseguido ver la luz pese a su escasa calidad, hablamos de “Turbulence 2: Miedo a volar” o “Soldado universal 2: El retorno”, entre otros tantos.
Para “The Unsaid” (cuya traducción literal sería: “Lo no dicho”, pero que como suele ocurrir en su distribución española, fue sustituido por el poético “Los Límites del Silencio”), Davis exprime todos sus conocimientos como orquestador de James Horner para ofrecer una hermosa y conmovedora composición, con ciertas resonancias a las melodías de la mejor época de dicho compositor (“Leyendas de pasión” como principal referencia sonora de ese tipo de lirismo, aunque sin le épica ni la grandiosidad de aquella, dado el carácter intimista de esta historia). Eso sí, logrando evitar el plagio y creando uno de los temas centrales más inspirados de toda su obra. Omnipresente a lo largo de toda la partitura, será presentado, a través de una melodía dulce, sencilla y melancólica en los “Main Titles”, siendo desarrollado a posteriori en pasajes de creciente intensidad dramática como “Kyle Denial” o como complemento de un hermoso motivo secundario, presentado en “Kyle for a While”. Sin duda todo un contraste con todas aquellas partituras que este compositor que ha compuesto de forma chapucera, mecánica y sin acercarse ni de lejos al grado de inspiración alcanzado en esta obra.
Los momentos intimistas van dando paso a los dramáticos hasta alcanzar la desgarradora brutalidad de su resolución en “Tommy and Mommy”, claro precedente de la tremenda intensidad de lo que serían los poderosos bloques de acción del universo “Matrix”, en especial de “Matrix Revolutions”; hasta llegar al esperanzador final con “Tommy Redeems Michael”, en el que desarrolla a modo de suite todos los temas anteriores y, podría ser casualidad, nos regala una bellísima elegía para cuerda que recuerda increiblemente al tema central de Silvestri para ”Naufrago”, cerrando el conjunto de una partitura bella y dramática a partes iguales, emotiva y emocionante en cualquier caso.
Un CD por lo tanto totalmente recomendable para todo aficionado a la música de cine y una pequeña sorpresa felizmente recuperada del olvido, que sin duda los seguidores de Davis y conocedores de este fantástico trabajo agradecerán con creces.
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