Frederic Torres
La primera incursión discográfica en el presente curso supone un giro (que no un cambio de rumbo) en el último recorrido de Pascal Gaigne, pues se trata de una inmersión en el cine de género muy alejado, por tanto, de los interesantes dramas provistos de ciertas ínfulas autorales que tan excelentes resultados le han aportado en los últimos tiempos gracias a sus reconocidas partituras para “Loreak”, “El Olivo” o “El Faro de las Orcas”. En esta ocasión, Gaigne ha aceptado participar en un thriller de acción dirigido por Iñaki Dorronsoro (“La Distancia”, 2006), al que ha sabido dotar de la atmósfera adecuada gracias al tono jazzy de sus elementos solistas, como así ocurre con la inapreciable participación del trompetista Chris Kase, un norteamericano afincado en nuestras tierras con unos cuantos álbumes grabados a sus espaldas (entre los cuales están “Te Espero Aquí”, “My Private Circus” y “Six”), que mantiene destacadas intervenciones a lo largo de la partitura comenzando por el mismo tema central. Con ese particular tono de improvisada aplicación con que se emplea Kase (especialmente en determinados momentos del enorme fragmento que es “Atraco”, dicho no solo porque su duración se acerque a los diez minutos de duración, sino porque supone el momento culminante del film), al atento audiófilo le vendrán a la mente figuras de la talla de un Mark Isham o un Terence Blanchard (por no citar a un referente mayor como Miles Davis). Y es que citar aquí nombres de esta envergadura puede implicar un punto de desmesura, que el propio Gaigne desautorizaría con la humildad que le caracteriza, pero lo cierto y real es que no se trata más que de una cuestión de proporciones. Seguramente, las mismas que separan la proyección internacional del cine norteamericano (con obras del calibre de “Cool World” y “The Public Eye”, de Isham, o “”Inside Man” y “25th Hour”, de Blanchard) de la difusión de un film pergeñado en estos lares que por desgracia difícilmente logrará hacerse un hueco allende las fronteras estatales.
Como quiera que sea, el nutritivo arranque discográfico de este “Plan de Fuga” no deja lugar a dudas acerca de los derroteros con los que el compositor enfoca este trabajo sobre un “atraco perfecto”, que le retrotrae a un mundo jazzy un tanto oculto en su obra, pero que Gaigne aprecia profundamente en su fuero interno. Y se nota. La participación de Kase no es un hecho gratuito cuando se quieren obtener unos resultados de cierto nivel. Y Gaigne es un compositor poco conformista en este sentido que sabe amoldarse a los presupuestos de producción extrayendo el máximo potencial con aquellos recursos de los que dispone, que en este caso le han permitido contar una vez más con la batuta de David Hernando Rico al frente de la “Bratislava Symphony Orchestra”, además del contrabajo de Antonio Miguel (magnífico en la resolución de la citada “Atraco”) y el saxo de Mikel Andueza (con gran protagonismo en la significativa “Conversación Tango”, en duelo con Kase). En este sentido, el uso del andamiaje electrónico es ejemplar a la par que mesurado, generando atmósferas inquietantes como resulta “En Casa de Ramón”, en el que la programación de los sintetizadores prima sobre cualquier otro elemento. También lo es a la hora de establecer someros acompañamientos de la acción orquestal principal, caso de la percusión sintetizada de la misma “Plan de Fuga”, de “Torre Norte”, “Artificiero” (fragmento que acaba dispensando un onirismo tensional muy sugerente), o “Garaje” (en la que los sintetizadores trazan una atmósfera turbulenta y espesa).
No obstante, a pesar de la engrasada trama y de las diferentes localizaciones que dejan pocos resquicios al aliento del espectador, no faltan aquellos momentos en que la trompeta de Kase tiñe de cierto halo lírico una narración significada por la condición viril de los protagonistas: Alain Hernández, Javier Gutiérrez y Luís Tosar (más allá de la participación de Alba Galocha e Itziar Atienza), como es el caso del largo fragmento “¡Es él!/Hay un Problema/Primer Butrón”, caracterizado en un sentido amplio por el dinamismo pero concluido con un solitario solo de Kase. También de “Torre Norte” y “No me Encuentro Bien/Hay Alguien Fuera”, y sobre todo de “Tenía un Amigo/En Casa”, un elegante y evocador blues (en el que participa la cuerda) dedicado precisamente a la relación de amistad inquebrantable que mantienen en el film Víctor (Hernández) y “Rápido” (el yonqui interpretado por Gutiérrez), así como el mismo final, “Perdóname/Plan de Fuga (Créditos)”, provisto de un solo de piano acompañado de sintetizadores que anteceden la suave intervención del significativo solo de trompeta. También el saxo dispone de sus momentos en “Cama (Vamos de Viaje)”, destacando en compañía del piano y la cuerda en un fragmento en el que el Andueza irrumpe con inusitada fuerza. Son aspectos que dotan de gran riqueza y mayor perfil introspectivo a los personajes, quienes acaban confluyendo, como mandan los codificados cánones del género, frente a la supuestamente infranqueable caja fuerte del banco. Se trata del tramo final participado por “Atraco”, “El Túnel” y “El Túnel 2”, que se sostiene el peso del desenlace narrativo. El inicio del primer tema conjuga el metal con el desasosiego provocado por la electrónica, en el que también intervienen las notas graves del piano combinadas con las del clarinete, mientras la percusión sintetizada va subiendo enteros a medida que Gaigne impone cambios de ritmo según la secuencia lo requiere. Es un auténtico tour de force en el que la sutileza (la aparición ocasional en segundo plano del contrabajo) se alía con los aspectos más frenéticos de la resolución fílmica convocando una narratividad a través de la orquestación tan simple como efectiva, tan sencilla como detallista.
Una sencillez derivada, claro está, del oficio y la visión con la que el compositor se empeña en su trabajo mediante un proceso de reducción en el que ofrece justo solo aquello que la imagen demanda, ni más ni menos. Las disonancias entre la percusión, los arrebatos solistas de Kase (que, como se ha dicho, semejan improvisados), el trémolo de las cuerdas y los sintetizadores dotan de una atmósfera única al fragmento en su tramo final, en el que sorprende la eficacia con que esa electrónica es combinada con el contrabajo a la hora de imprimir un nervio a unas imágenes que se nutren del poderío musical. “El Túnel 1”, sigue con esa dinámica inquietante, tensional, intercalando los trémolos de la cuerda y “jugando” con la percusión sintetizada, además de convocar el piano en determinados y precisos momentos. Ello, antes del estallido que supone “El Túnel 2”, donde la acción se precipita a un ritmo vertiginoso dado que las notas graves del piano, los sintetizadores, los violentos scherzos de la cuerda y la percusión sintetizada conforman el todo de un breve fragmento en el que se da rienda suelta a toda la tensión acumulada. El contrapunto que ofrecen con posterioridad “Conversación Tango” (que acentúa lo ridículo de la situación que se plantea en el film) y el fragmento final, “Perdóname/Plan de Fuga (Créditos)”, relajan la conclusión del relato y desvelan una vez más que, aunque sea dentro de los márgenes de un género tan acotado como el presente, el compositor sabe siempre y en todo momento qué es lo que se trae entre manos. En la última edición del Festival de Cine de Málaga así le fue reconocido al conseguir la “Biznaga” de Plata a la mejor partitura. Con toda justicia y más que merecida, cabría añadir. Una suerte para el cine español contar con la presencia de músicos de la talla de Gaigne.
31-mayo-2017
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