Frederic Torres
El compositor italiano Alexander Cimini, que sorprendió gratamente en su partitura para el film "Red Krokodil”, su debut discográfico, ha vuelto a colaborar con el director Domiziano Christopharo en esta incursión en el terror gótico titulada “Dark Waves - Bellerofonte”, que viene a significar un nuevo paso adelante en la carrera de ambos dadas las componendas románticas que presenta el relato, tal como se deriva del constante y omnipresente empleo de elementos solistas como el piano (de manos del propio compositor), que también sirve para arropar el desarrollo de la melodía principal mediante el uso de las escalas ascendentes y descendentes, y el violín (Roberto Noferini), el chelo (Sebastiano Severi), así como ocasionalmente la trompa (Giovanni Lucchi). Algo que ya caracterizaba la anterior partitura citada y que parece definir el estilo e intenciones de Cimini, quien aporta como novedad la incorporación de una voz solista femenina, la de Monica Boschetti, que distingue con su ensoñadora vocalización y un toque de elegante sensualidad (al estilo de las intervenciones de Edda dell’Orso para sus míticas colaboraciones con el gran Ennio Morricone), una composición tan evocadora como sugerente y que al mismo tiempo imprime al film un conveniente aroma “fantastique” a la hora de cumplir con las propuestas genéricas que el relato propone.
No obstante, el papel solista de la trompa en el “Main Theme”, así como en “The Arrival” (bien arropada por una percusión –sintetizada- que aumenta el carácter ominoso de la evocación) y “The Tower”, en el que se introduce el primer solo de piano de la partitura, genera una inquietud que se va adentrando en el terreno de la sutileza de corte fantástico aludida en el párrafo anterior, al irrumpir la interpretación solista de Boschetti, superpuesta en ocasiones y bien acompañada por el sintetizador (para lo que el compositor se ha ayudado adicionalmente con Giuseppe Zanca). Un efecto melodramático muy conseguido que caracteriza una obra especialmente pensada para el lucimiento de una serie de interpretaciones solistas de las que Cimini se ha servido para la idónea ejecución de su partitura y de las que, como ha quedado dicho, él mismo es partícipe con el piano (“Wine like Blood”, “Love Scene”), sin renunciar a duetos (“Dressing”), trios (“Farewell”, la citada “The Tower”) o cuartetos (“Fragments of Memories”, “Follow Me –Film Version-“, “Memories Lost in the Sea –End Credits-“), en los que el autor imprime personalidad a través de una actualización “romántica” de formas minimalistas (“Hidden Mysteries”, la morriconiana “Memories Lost in the Sea”), sin desdeñar los puros y necesarios aportes incidentales (el fragmento impregnado de misterio que integra “The Fog”, y el pasaje titulado “Dressing”, en el que el recorrido de las escalas del teclado dispone de cierto protagonismo, como ya ocurriera en determinados momentos de “Red Krokodil”).
Obra de inspirada orientación melódica y camerística, Cimini sabe dotar de la atmósfera requerida al fragmento concluyente, “The Secret Revealed”, toda vez que ofrece un par de bonus como “Follow me (Soundtrack Version)”, un extraordinario bloque de más de ocho minutos en el que el ostinato sobre el que se sustenta la base del relato musical conduce a un crescendo en el que el solo de piano primero, y el de trompa después, son rematados por el clarinete (Giorgio Babbini), apoyados en los solos de trompeta (Giuseppe Zanca) y flauta (Federica Bacchi). Aún le queda un último suspiro al disco para ofrecer un “Bellerofonte Concert Suite”, probablemente concebido para ser ejecutado en salas de concierto, en el que destaca el virtuosismo del chelo y del violín, bien acompañados por el fagot (Stefano Semprini) y el corno inglés (Stefano Rava), apuntalando una obra que se complementa de un modo especial con el poético diseño gráfico de la carpetilla debido a Riccardo Antonio, y con la inclusión del “Love Song (Opining Title Theme)” debido a Marco Werba (compositor experimentado en el género de terror –“Colour from the Dark”, “Darkness Sorrounds Roberta”, “Seven Hells”- que, entre otras, se ha encargado del “Giallo” de Dario Argento, pero que aquí ha compuesto un tema acorde a las directrices líricas de Cimini) concebido para los créditos iniciales, pero que pone el punto final a un disco que reafirma la personalidad lírica de un compositor cuya trayectoria se antoja de largo recorrido una vez escuchada esta segunda grabación, lanzada al mercado, como la primera, por Godwing Borg y su sello Kronos Records. Cimini, con la presente composición, afirma su futuro situándose muy por encima de la mediocridad en que parecen ubicarse los estándares actuales de la industria cinematográfica, verbigracia de ciertas observaciones vertidas por grandes maestros como Morricone que denuncian esa falta de inspiración, talento y buen hacer en las nuevas hornadas de compositores. Como ya habrá descubierto el aficionado que haya escuchado este “Bellerofonte”, no va a ser ese el caso de este compositor italiano nacido en Alemania. Una apuesta segura.
12-septiembre-2016
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