Pablo Nieto
Se acabo “Crepúsculo”, o al menos eso esperamos, y ahora nos atacan con este “Juegos del Hambre”, nueva sensación del cine teenager y una nueva muestra de que en la meca del cine es el cine juvenil el que marca tendencias. La película es la primera de las adaptaciones al cine de las novelas de Suzanne Collins (de momento se han publicado tres), que ya eran un fenómeno social antes de aterrizar en la gran pantalla en Estados Unidos donde, como era de esperar, ha hecho trizas la taquilla.
Dirigida por Gary Ross, responsable de la interesante “Pleasantville”, la película trasciende del ya manido triángulo amoroso entre chica joven rebelde y autosuficiente con dos pretendientes, mostrando un duro relato de aventuras y ciencia ficción que envuelve, básicamente, a un grupo de adolescentes obligados a participar en un diabólico reality futurista, en el que tienen que eliminarse mutuamente hasta que sólo quede un superviviente. Las referencias son múltiples, desde “El Malvado Zaroff” hasta “El Fugitivo” versión Stephen King adaptada en el filme “Perseguido”, o incluso su perturbadora “La Larga Marcha”, sin olvidarnos, por encima de todas, de la japonesa “Battle Royale”.
James Newton Howard parece haber dejado atrás los tiempos de “The Postman”, cuando para el angelino no era ningún secreto mezclar un sinfonismo a medio camino entre el Goldsmith más épico o el Barry más romántico, con un manejo admirable de la electrónica y la percusión. Nada que ver con la apática dirección que parece haber tomado su carrera en los últimos años, y es que, desgraciadamente Newton Howard ya es sólo un nombre, un mero reclamo comercial con el que dar lustre a una producción, sufriendo de la misma patología que comparte con otros grandes nombres de su generación como James Horner o Danny Elfman, antaño faros de la banda sonora.
El resultado se traduce en el conformismo que respiran partituras como “Los Juegos del Hambre”, un score que antaño habría sido repudiado, un trabajo menor e intrascendente, pero que visto lo visto, al menos permite reencontrarnos con pinceladas de la clase de su autor, quien elabora una composición de ritmo pausado y atmósfera etérea, con sonoridades folk integradas en una armonía electrónica muy del gusto del autor, tratando de sobrevivir al efecto “Crepúsculo” donde las canciones asumen todo el protagonismo en algunas de las secuencias principales del film. Un recurso cuya razón de ser, más allá de su efecto diegético, hemos de encontrarla en la furibunda venta y/o descarga del disco “inspired by”.
Cortes como “Katniss Afoot” y “Healing Katniss”, resumen el espíritu de este trabajo. Dos piezas de clara inspiración étnica, donde maderas, guitarras y fiddles de violín eléctrico dibujan el talante atrevido y valiente de la protagonista (Katniss), con carácter previo a construir un atrayente crescendo marca de la casa donde la orquesta refuerza su identidad en lo más cercano a un leitmotiv que encontraremos en el score, jugada que se repite en cortes como “Searching for Peeta” o “Entering the Capitol”.
Más clásico se mostrará a la hora de ilustrar la opulencia y exageración de la jornada inaugural de los excéntricos juegos del hambre con un fanfárrico himno, anticipado en “Preparing the Chariots” y excelsamente desarrollado en “Horn of Plenty”, donde metales y coros se alían para construir una pieza cuya artificiosa puesta en escena choca con la sencillez de ese pueblo sometido que lucha por su supervivencia en ghettos rurales, y al que Newton Howard alude de manera continuada durante la partitura. En ella también cabe el espacio para ilustrar el entrenamiento de la protagonista (“Penthouse/Training”), cuya descafeinada propuesta de percusiones y disonancias pasa desapercibida aún a pesar de su agresiva reiteración en el impersonal y decepcionante “Muttations”, único corte puramente de acción del score.
La impronta clásica del autor, a través de su habitual capacidad dramática y el recurso a la elegía, en la que las cuerdas compensadas por el coro (en mayor o menor medida) dotan a la secuencia de la emotividad buscada, la podemos encontrar en “The Train”, “Tenous Winners/Returning Home”, y muy especialmente en “Rue´s Farewell”, el corte más largo de la edición que en cierto modo nos retrotrae al clímax de “King Kong” en el Empire State. Mucha atmósfera y poco estilo para una franquicia de la que esperamos muy poco en el futuro.
19-abril-2012
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