Pablo Nieto
Tamara Drewe es una joven periodista que regresa a su pueblo natal, en la campiña inglesa, para asistir a la venta de la casa donde se crió. Sus piernas interminables, sus operaciones de estética y su trabajo para la prensa rosa, conforman la personalidad de una joven urbanita con ansias de fama y una peligrosa facilidad para romper corazones. Evidentemente, el regreso al pueblo de la hija pródiga supondrá un trastorno para una pequeña comunidad de costumbres tradicionales y que hasta entonces vive en paz. Y allí, sobre la inmensa pradera, acotada por típicas granjas inglesas, cada movimiento de Tamara despertará oscuras pasiones, celos y las típicas situaciones absurdas dirigidas a la redención de la protagonista.
Tras su impecable “The Queen” y la exquisita “Cheri”, Stephen Frears vuelve a poner en manos de Alexandre Desplat su nuevo proyecto. Roto desde hace años su binomio con George Fenton, que alcanzara su momento cumbre en “Las Amistades Peligrosas”, el director británico no duda en entregar esta historia ambientada en la campiña inglesa al talentoso compositor parisino. Cosas que tiene la globalización de la globalización.
El filme tiene su origen en una serie de tiras semanales elaboradas para el diario británico "The Guardian" por Posy Simmonds, tiras que a su vez, suponen una adaptación de la novela del siglo XIX de Thomas Hardy "Far From the Madding Crowd".
La partitura de Desplat se centra en la atrayente y sensual personalidad de la protagonista, interpretada por una especialmente bella Gemma Arterton. Dando rienda suelta a su talento, en una partitura, todo decirlo, sin alardes pero correcta, conseguirá que más de uno esboce una sonrisa escuchando las notas que impulsan el omnipresente leit motiv presentado en “Opening Titles”, el cuál, nos remiten al “Catch Me if You Can” de John Williams. El vibráfono se apoya una vez más en el xilofón, la celesta y los contrafagotes, para dar cuerpo a un ostinato marca de la casa y a una melodía cuyo timbre y tempo resultan una buena muestra de la deuda musical del francés con el maestro americano.
“Atrápame Si Puedes” parece decir Tamara a los habitantes del pueblo, con cada paso, con cada mirada, con cada pose seductora, buscando la expiación de sus pecados y reencontrarse así misma. De este modo, en este universo de frivolités tan del gusto de Frears, la música de Desplat, su estética jazzística, acompasada y seductora gana enteros a pesar de la intrascendencia con la que se concibe. Variaciones como “A Good Time”, “Going to Nadia”, dan muestra de su gusto, resultando especialmente brillantes “Biggest Shagging”, “Nicholas and Tamara” y el jazz descarado de “Dogs and Cows”.
En cortes como “Alarm at Winnards”, “Jody and Ben” y ”Beth Monologue”, reencontrándonos de nuevo con Williams, el francés nos adentra en los terrenos de la comedia-romántica al estilo de “The Terminal”, pero con el particular toque de Desplat en el manejo de los tempos y la inserción de un brillante scherzo final que modula el ritmo.
El disco se cierra con varias canciones ciertamente prescindibles y en las que a buen seguro el oyente no prestará especial atención, como posiblemente ocurra con el score del francés dentro de unos años. Sin embargo, afianzando más si cabe su posición puntera en la industria, a buen seguro que el regusto dulzón y atrevido que deja este “Tamara Drewe” no pasará, en los momentos que corren, desapercibido para los paladares ávidos de nuevas sensaciones.
1-noviembre-2010
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