Pablo Nieto
Hay malpensados que opinan que desde que James Newton Howard oficializó su relación profesional con Hans Zimmer, su carrera no ha vuelto a ser la misma. En el mundo de la banda sonora es fácil pasar de ángel a demonio dependiendo del proyecto que se firme, de una simple negativa a firmar un disco o, como es el caso, por prestarse a colaborar con el alemán maldito.
Sin embargo, esto no pretende convertirse en un alegato a favor del compositor, más que nada, porque de nuevo, James Newton Howard vuelve a decepcionar. Y eso es algo que comienza a ser preocupante, ya que dejando a un lado sus interesantes aproximaciones a los filmes de Shyamalan, hay que remontarse hasta el año 2007, con “Soy Leyenda” y “Resistencia”, para encontrar un Newton Howard sólido y a la altura de su prestigio. Como queda acreditado con este “Salt”, el compositor ofrece un score carente de personalidad, rutinario en cuanto a su concepción electrónica, y frustrante por sus continuas referencias a los cada vez más previsibles soundtracks de acción de John Powell.
Tampoco se le puede pedir mucho más a la película. “Salt”, que como espectáculo de acción no deja de ser entretenido, en el fondo recurre a fórmulas ya conocidas y poco novedosas, acorde por otro lado al decepcionante verano cinematográfico de 2010. Todo ello sin olvidar que la protagonista es Angelina Jolie, a quien en los últimos tiempos la hemos visto haciendo el mismo personaje en “Mr. and Mrs Smith”, “Tomb Raider” o “Wanted”, cuyo divismo y autoconvencimiento de ser la gran heroína de acción del siglo XXI al tiempo que madre ejemplar, comienza a ser cargante. La película se ha visto beneficiada por el conflicto diplomático de los espías rusos apresados en Estados Unidos, historia que tiene una más que sospechosa semejanza con la trama de este film.
A la hora de diseccionar el score de esta insípida “Salt”, no podemos sino resaltar el engañoso “Prisioner Exchange”, un corte hipnótico y sombrío, acorde a la compleja trampa que se está preparando, donde la nebulosa de las cuerdas arropa un apagado sólo de trompeta, introduciendo el sencillo pero omnipresente leit motiv de la partitura, en la mejor tradición de sonido urbano para thriller de James Newton Howard. Tras este gancho, parece como si el compositor angelino cediera su estudio cerca de Venice Beach a John Powell para que éste se encargara de desarrollar el resto de la partitura, recurriendo puntualmente al sencillo fraseo del inquietante leit motiv y abusando del sobreexplotado y ya cargante sonido-Powell de poderosas percusiones, guitarras eléctricas desbocadas y la arbitrariedad de su mezcla “imposible” entre orquesta y electrónica.
Así, la propuesta de “Escaping the CIA” y “Cornered” no deja de ser un simple deja vú a lugares comunes ya visitados por el agente Jason Bourne o un copy & paste de “The Italian Job”. Algo más interesante “Change Across DC”, es una pieza que rezuma adrenalina, y que por momentos parece reconciliarnos con ese Howard más personal.
El resto de esta extensa partitura apenas presenta variaciones, mostrándose mínimamente interesante en los melodramáticos “You Are My Greatest Creation” y “Destiny”, con apuntes de coros rusos sobre una base elegiaca de cuerdas, así como en el revitalizante final de “Go Get Em”, donde a modo de suite y en apenas tres minutos, Howard resume todo su trabajo, saltando con maestría de la orquesta a la electrónica, envolviéndolo todo con los coros y la fuerza de los metales, y ayudándose del tema central como hilo conductor. Sin embargo, la trampa final no debe ocultar las carencias sobre las que ésta, su obra, se construye.
23-agosto-2010
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