Frederic Torres
En feliz coincidencia de reediciones digitales de algunas obras dedicadas a Maurice Jarre, el díptico conformado por las dos películas con las que el compositor trabajó junto al director marroquí Moustapha Akkad a finales de la década de los 70 (y que hace ya 20 años fueran editadas en un único disco compacto a partir de los respectivos vinilos existentes) se lleva la palma en cuanto a atractivo, ya que la presente, además de la remasterización de turno, aporta un nuevo disco extra que, a priori, abre expectativas al aficionado sobre la ampliación del material recogido en la presente edición (algo habitual en la línea de este sello discográfico, especializado en ofrecer la versión completa de partituras más o menos míticas de la historia del cine mediante la regrabación o, como es el caso, a partir de la publicación de más material original), satisfechas sólo en parte dado que “The Message” se vuelve a presentar exactamente igual que en su edición anterior, con los mismos 12 temas, siendo “Lion of the desert” la que realmente constituye la auténtica novedad con respecto a lo editado hasta ahora gracias a los nuevos aportes musicales. A ella cabe añadir la presentación en clave de estreno mundial de la cantata “Giubileo”, configurada a partir de diversas partituras del compositor para una conmemoración religiosa que contó con presencia papal.
“The Message”, a pesar de estar ubicada en el segundo disco del compacto junto a la cantata y a unos cuantos bonus tracks diegéticos de “Lion of the Desert” (un par de temas norteafricanos y tres o cuatro italianos de cariz popular) es, en realidad, la primera cronológicamente en realizarse y tuvo un éxito relativamente notable. La partitura de Jarre, quien dirigió a su estimada The Royal Philharmonic Orchestra londinense, fue nominada a la mejor banda sonora (en un año importante, 1977, pues también lo estaban dos de las grandes composiciones de John Williams, “Close Encounters of the Third Kind” y la, a la postre, oscarizada “Star Wars”, que tan fundamentales cambios iban a instaurar en el campo de la música de cine contemporánea), e incorporó las ondas martenot en un importante papel (“The Message” y “Hegira”) y, obviamente, los ritmos arábigos propios del contexto de una historia que narraba la vida del profeta Mahoma (“Building the First Mosque”, “Entry to Mecca”). Jarre se sumerge así, con su propia aportación (las mencionadas martenot), por los recovecos étnicos que tan bien supo integrar a lo largo y ancho de sus partituras épicas (con David Lean o, siguiendo la estela de Alex North, a través de sus innovadores westerns, tan respetuosos con el folklore nativo) recurriendo a sus habituales recursos musicales, el teclado, los pizzicatos de la cuerda, los diálogos y fanfarrias del metal, la melodiosa cuerda, la percusión contundente, un tanto repetitivos y funcionales, pero incuestionablemente resolutivos por el gran partido que el compositor supo sacarles en cualquier momento y situación. Buena prueba de ello es “Fight”, donde el compositor involucra a todo el aparato orquestal integrando los ritmos de carácter étnico para destacar la relevancia contextual de la batalla en cuestión, pero lo mismo sucede también en otros registros como, por ejemplo, en clave misteriosa/mística en “The Sura” y “The Pressence of Mohammad”, o más religiosa y lírica en “ The Firts Martyrs” y “Spread of Islam”. El corte final, “The Faith of Islam”, resume bien los contenidos del trabajo del compositor puesto que en ellos emplea buena parte de los recursos estilísticos mencionados, iniciando con la gravedad del piano el tema para añadirle, a continuación, unos scherzos de cuerda antes de culminar con el viento y la percusión con toda la épica característica que la coda del relato necesita.
“Lion of the Desert” sigue los mismos derroteros con la diferencia de ofrecernos, esta vez sí, mayor material musical que sus ediciones anteriores, además de una presentación diferente, pues hasta ahora tanto en su versión de vinilo como en la anterior edición digital la partitura había quedado agrupada en dos grandes bloques configurados en forma de suites, respondiendo, en cambio, la presente a la más convencional estructura de cortes musicales característica de cualquier edición habitual de disco compacto. Contando con una brillante interpretación, esta vez de la London Symphony Orchestra a cargo del propio Jarre, la partitura se configura de modo similar a su compañera digital, integrando ritmos norteafricanos a los abundantes momentos dramáticos e incidentales del film (“Prelude: Libya 1929”, “Omar Enters Camp”), que narra los avatares de la lucha de la resistencia árabe frente al invasor fascista italiano en sus expansivas pretensiones territoriales acaecidas en la década anterior al estallido de la Segunda Guerra Mundial, tal como rezaba la doctrina totalitaria llevada al poder por el dictador Benito Mussolini. Consecuente con el rasgo nacionalista en cuestión, el compositor integra también en la estructura de la partitura dicho distintivo (“Graziani´s Triumph”, “General Graziani”) tomando como referente la popular canción fascista “Giovenezza”, incluida también en su versión original en el bloque diegético de la presente edición.
No obstante, la banda sonora se estructura en torno a la marcha central, que domina un relato musical de rasgos evidentemente épicos, desplegados en su plenitud en los momentos álgidos como en “Charge – Lion of the Desert” o en la emotiva “March of Freedom”, y transmutados en poderosa evocación funeraria en, por ejemplo, “The Death of Omar”. Es la protagonista de la partitura aunque el compositor se esmera en condimentarla con todos los recursos incidentales que su registro particular creativo le permite. Pequeños detalles como el incipiente ritmo bailable de “Omar´s Wife”, el lirismo de “Entr´acte”, la gravedad de “The Concentration Camp” (con participación de coros) o la psicología musical recurrente de “Phoney Triumph/ The Wire”, convierten en complejo un discurso musical que, de otro modo, quedaría demasiado expuesto y dependiente de un tema central más o menos retentivo y afortunado. Jarre demuestra, así, la habilidad propia de un compositor que conoce su oficio y sus recursos cuya formulación, reiterada una y otra vez en la mayor parte de sus trabajos cinematográficos, no puede resulta más efectiva y vistosa.
El carácter de estreno mundial con que se presenta, finalmente, la cantata “Giubileo” (incluida, con toda probabilidad, y tal como es habitual en este sello, para rellenar hueco –en este caso el dejado de ocupar por no incorporar ningún material novedoso de “The Message”-) queda relativizado cuando, a pesar de resultar cierta su exclusividad, el aficionado descubre, bien a través del cuadernillo donde se explica el contenido musical, bien porque se percata por sí mismo, que las tres piezas que lo integran se basan en respectivos materiales ya compuestos por el compositor con anterioridad para alguno de sus trabajos fílmicos. No obstante, su consecución orquestal (en las correctas manos de James Fitzpatrick y la The City of Prague Philharmonic Orchestra and Chorus) es, efectivamente, totalmente novedosa y original, dado que los arreglos con los que cuenta y su relato musical resultan completamente homogéneos y coherentes. Estructurada en tres movimientos que hacen referencia al pasado, presente y futuro de la Iglesia, los tres comienzan con sus respectivas fanfarrias, incorporando el primer movimiento (“Heri-Yesterday”) el tema de “Lion of the Desert”, el segundo (“Hodie-Today”) aquella música que fuera descartada para “River Wild” (la película de Curtis Hanson que finalmente compuso Jerry Goldsmith), y el tercero (“Semper-Always”) la partitura de “Solar Crisis”. Todos ellos gozan de la plenitud orquestal que la cantata requiere, destacando los crescendos de los dos primeros movimientos y, especialmente, la intervención coral del tercero, de relativa semejanza al “O Fortuna” del “Carmina Burana” de Orff, convirtiéndose en decoroso colofón del programa musical ofrecido, toda vez que equilibra un tanto (algún purista podría interpretar, en cambio, que descuadra) la representatividad musical religiosa presente en el disco.
10-junio-2010
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