José-Vidal Rodriguez
El 29 de marzo de 2009 fallecía uno de los compositores cinematográficos más influyentes del último tercio del siglo XX. Maurice Jarre, francés de nacimiento y norteamericano de adopción, fue junto a coetáneos como Georges Delerue o Ennio Morricone, uno de los grandes responsables de la apertura de Hollywood a esa generación de autores europeos de indudable talento que aún hoy recogen sus frutos al otro lado del Atlántico. Retirado del celuloide desde el año 2003, el cáncer acabó por devorar una vida artística intensa y repleta de reconocimientos: 11 nominaciones a los Globos de Oro (de las cuáles, tres acabaron en galardón) y 9 candidaturas al Oscar a la mejor música original (tres de ellas victoriosas), jalonan una impecable filmografía en la que el de Lyon se movió prácticamente por todos los géneros fílmicos, demostrando una versatilidad y conocimiento del oficio del que pocos han podido presumir en la cinematografía contemporánea.
La división gala del sello Milan aprovecha su reciente fallecimiento, para rendir homenaje al músico a través de este “Maurice Jarre: Itinéraire D`Un Génie”, recopilatorio con el que la discográfica recupera prácticamente la totalidad del material ya disponible en su doble CD de 2001 “Maurice Jarre: The Emotion & The Strenght”; un álbum éste que, rizando el rizo, no era sino a su vez un popurrí de temas provenientes de los anteriores y magníficos ”Maurice Jarre At Abbey Road”, “Maurice Jarre At the Royal Festival Hall, y el popular ”Lean by Jarre”. Por lo tanto, una vez más el sello intenta hacer negocio aprovechando los derechos que ostenta sobre unas obras que, ya existentes en el mercado, poco o nada aportarán a los aficionados duchos en la discografía esencial del músico galo.
El arranque del álbum se aleja de lo cinematográfico para ofrecer dos piezas provenientes de la colaboración del autor con el “Théâtre National Populaire”, que demuestra la implicación con su país natal de un Jarre ya nacionalizado norteamericano. Tras la presentación de la fanfarria con “speech” incluido, el sonido del acordeón (un tanto deudor de su conocida “¿Arde París?”, también incluida en la compilación) lleva la manija del tema “Loin De Rueil”, un ejercicio musical alegre y retentivo, pero un tanto intrascendente como para merecer un hueco especial en este tributo al artista.
En 1952 Jarre inicia su relación con el director Georges Franju en el cortometraje "El Hotel de los Inválidos”. Franju, uno de los nombres capitales de la historia del cine galo (cofundador de la mítica Cinémathèque française, y director de la magnífica cinta de terror “Los Ojos sin Rostro”), puede considerarse el máximo valedor de Jarre en su salto definitivo a la gran pantalla, por lo que resulta más que justificada la inclusión de su laudatorio “Georges Franju Suite”, resumen de la colaboración de la pareja a través de títulos como ”La Tête Contre Les Murs”, “Thérèse Desqueyroux”, “Les Yeux sans Visage" y "Judex". La suite no es sino un botón de muestra del abanico de tonalidades por las que se mueve el cineasta, y en este sentido nos encontramos durante estos 16 minutos con bloques sinfónicos de aplastante ímpetu rítmico, secciones disonantes un tanto ambiguas, fragmentos regionales abiertamente cómicos y agradecidos temas líricos de sutil orquestación.
Siguiendo un orden lógico en cuanto a nombres clave en la carrera de Maurice Jarre, el álbum recoge las colaboraciones más famosas junto al cineasta británico David Lean, extraídas todas ellas del mencionado “Lean by Jarre”, un compacto legendario que recogía las regrabaciones del francés al frente de la Royal Philharmonic Orchestra, en un concierto homenaje dedicado al director de Surrey celebrado meses después de su fallecimiento en 1991. Poco cabe decir de una serie de piezas tan difundidas como inolvidables, auténticas leyendas musicales en sus respectivos géneros, y en las que la épica, la elegancia, la pasión y el buen gusto se dan la mano de una forma portentosa. La inclusión en el CD 2 del tema “Rememberances”, expresamente escrito en recuerdo de Lean, completa este irremplazable bloque dedicado a la figura del cineasta inglés.
El segundo CD, sin duda un punto menos interesante que el primero, se centra casi en su totalidad en encargos pertenecientes a la década de los 80, periodo en el que el compositor inició sus intensos escarceos dentro del ámbito de la música electrónica (influido por el éxito cosechado en este campo por su hijo Jean Michel). De esta nueva corriente sintética, destacan las adaptaciones orquestales de su famosísimo canon “Building the Barn” perteneciente al score de “Witness”; el delicado exotismo de “The Year Of Living Dangerously” (partitura a la que hizo gran sombra cierta pieza de Vangelis utilizada en la cinta); la distinción de la frase central para “Fatal Attraction”; e incluso la adaptación de los “End Credits” de “Jacob´s Ladder”, uno de sus scores más insípidos y olvidables, pero cuyo afligida coda resulta cuanto menos sugerente en su versión para orquesta.
Algo similar sucede con trabajos como “Ghost” o “Dead Poet`s Society”, en los que Jarre exploró numerosas texturas electrónicas con resultados abiertamente desiguales. No obstante, los dos cortes incluidos pertenecen a los escasos fragmentos sinfónicos de cada trabajo, destacando la belleza del epílogo escrito para el exitoso filme del recientemente fallecido Patrick Swayze, y el ímpetu in crescendo a cuerda y gaitas con el que retrata la emotiva despedida del Profesor Keating en ”El Club de los Poetas Muertos”.
Tras atender a la audición de la contundente marcha para “Uprising”, último score escrito para el cine por Jarre, este segundo disco incluye -como lo hacía el anterior- obras ajenas al ámbito fílmico, en concreto dos: la comentada “Reemberances” y una curiosa pieza llamada “Beatitudines”, perteneciente al álbum “French A Capella Choir Music from the 20th Century”, en el que Jarre colaboró, junto a nombres como Rabindranath Tagore y Philippe Hersant, en la recreación de un envoltorio sonoro ecléctico y místico, con una base fundamental que radica en la interpretación del joven coro de cámara galo “Mikrokosmos”.
“Maurice Jarre: Itinéraire D`Un Génie” no deja de ser otro recopilatorio a añadir a la larga lista de los existentes en tributo al autor de Lyon, con el hándicap añadido de no revelar material inédito al ya conocido por los aficionados. La falta de inclusión de algún que otro fragmento trascendental en su filmografía, del que Milan posee aún sus derechos (“The Man Who Would Be A King” o su deliciosa “A Walk in the Clouds”, por citar algunos ejemplos), reduce aún más el interés de un doble compacto que nos tememos sólo persigue hacer caja a costa del óbito del compositor. Razones todas ellas que obligan a puntuar a la baja un producto que, aún incluyendo momentos musicales de incontestable calidad, únicamente parece destinado a aquellos pocos que realicen su primer viaje de iniciación por el universo sonoro del gran Maurice Jarre.
19-octubre-2009
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