Pablo Nieto
La calidad de John Ottman como compositor es algo que a estas alturas de la película no creo que sea discutible. Podrá gustar más o menos, pero el chico tiene talento. Eso sí, lo que necesita y con urgencia, es alguien que le asesore a la hora de elegir proyectos, puesto que lleva una racha que no levanta cabeza; sobre todo en el campo del thriller y el terror, con productos tan nefastos como "Atrapada (Trapped)", "Arac Attack", "Point of Origin", "Cellular", "Gothika" y ahora "El Escondite".
“Show me the money!” debe ser la expresión más utilizada por Ottman a la hora de aceptar estos trabajos. Aún así, somos muchos los que creemos, que de vez en cuando no estaría de mal, que se leyese antes el guión. Christopher Young, compositor al que sustituyó Ottman, si debió leerlo. De "El Escondite" como película, no merece la pena hablar. Un film que pretende asustar, logrando aburrir al personal hasta límites dificilmente admisibles por el bostezo humano, y que sólo funciona como producto de marketing, asentada en los grandes nombres que se han vendido a esta tamaña estupidez, como Robert de Niro, Dakota Fanning, Elizabeth Shue y Famke Jansen. Lo de De Niro y Shue no es de extrañar, pues su talento es proporcional al pésimo gusto que están teniendo a la hora de elegir proyectos en los últimos años. Lo de Jansen y Fanning es menos lógico, sobretodo esta última, con lo bien que iba... esperemos que Spielberg y su "Guerra de los Mundos" le vuelva a enseñar el camino correcto.
La previsibilidad, las lagunas argumentales, las sobreactuaciones e incluso la torpeza de la dirección, divierten los primeros minutos, después terminan por ser insultantes. Musicalmente hablando, tampoco nos encontramos con algo realmente novedoso. Por un lado, el típico tema central de Ottman, que en esta ocasión nos presenta una dulce y delicada nana cantada por una niña, tras la que se oculta un terrible secreto. Por otro lado, música meramente descriptiva, con un par de crescendos orquestales para asustar por aquí, y un par de pasajes contenidos y misteriosos para ambientar por allá.
El disco arranca con "Leaving the City", títulos iniciales de la película, donde escuchamos por primera vez el tema de Emily, tarareado por la también compositora Deborah Lurie. En "Exploring", volveremos a encontrarnos con el tema. Aquí, el piano y las cuerdas, nos van introduciendo en una dinámica musical que pasa de lo dulce, a lo intrigante y misterioso. Un final que anticipa los intensos cortes que son "What Did you Do?" y "Can you see now?"), puramente descriptivos y con efectismos propios de la música de terror.
Escuchando estos primeros cortes, uno se puede saber la banda sonora de memoria. Apenás se introduce algún elemento nuevo en los siguientes minutos. Sólo, los dos últimos temas del disco, rompen un poco la tendencia insulsa e irrelevante del score. Aunque comparten nombre, "Hide and Seek", en el primero tenemos la versión del tema de Emily pero ya cantado y no tarareado (con letras de Robert Kraft), y en la segunda versión, nos encontramos una adaptación chill out del tema, elaborada por Lior Rosner. Curioso, pero de un modernismo demasiado pretencioso.
Sí aún no has visto la película, felicidades. Si no has escuchado el score, no te pierdes nada.
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