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Bill Conti: Primera Parte Por Jose-Vidal Rodríguez |
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Como todos sabemos, los gustos de Hollywood son cambiantes. Tanto es así que las modas, imposiciones o simplemente las presuntas tendencias del público, provocan muchas veces que profesionales de intachable carrera queden con el paso del tiempo postergados al mayor de los olvidos, algo que sucede en el apartado musical con igual o mayor frecuencia que en otros ámbitos. Baste recordar nombres como los de Basil Poledouris, Bruce Broughton, Lee Holdridge... Todos ellos, en mayor o menor medida, han hecho historia en la música de cine contemporánea. Y todos -salvo por desgracia el recientemente fallecido Poledouris-, deambulan sin rumbo fijo en la actualidad, a la espera de que algún productor con sentido común requiera de nuevo sus servicios.
En el caso de Bill Conti, la cuestión adquiere cotas mayores. Un músico de incontestable talento, de peculiar estilo –no pocas veces menospreciado por algunos-, que trabajó mucho y bien durante más de dos décadas, pero que lleva años sin llevarse un buen proyecto a la boca. Algo que le ha obligado prácticamente a apartarse del entorno del celuloide, circunstancia ésta que a sus seguidores nos duele en el alma dada la innegable calidad de un autor francamente importante en el devenir de la música cinematográfica reciente. El eterno director de orquesta en la gala de los Oscar, es un compositor del que además se ha editado poco, muy poco, en comparación con el extenso número de filmes en los que ha colaborado.
Afortunadamente, en estos últimos dos años varios sellos discográficos han centrado la atención en la figura del olvidado Conti, hecho que ha venido a engrosar sustancialmente la lista de partituras disponibles en el mercado. Teniendo en cuenta además su reciente regreso al cine comercial en la sexta parte de la saga “Rocky”, resulta el momento perfecto para reivindicar la figura del músico de Rhode Island a través de la presente guía de compra, centrada tanto en sus obras oficiales disponibles en compacto, como en los LPs editados en su momento. Comenzamos esta primera parte por sus trabajos escritos entre los años 1968 y 1982, el período.sin duda más fructífero del artista y en el que empezaría a ganarse el merecido respeto de la industria hollywoodiense.
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| HARRY AND TONTO 1974 EMI 64-96233 (LP)
Pese a que Bill Conti seguiría trabajando para el mercado italiano en diversas producciones como “Il Giardino Dei Finzi-Contini" y “Orfeo 9”, su labor simplemente se limitó a actuar como arreglista, tal y como nos relató en la entrevista concedida a nuestra web.
Tras esta breve experiencia europea, su regreso a Estados Unidos vino de la mano del director Paul Mazursky, quién le encargó la música de su filme “Blume in Love”, un score que a día de hoy permanece inédito en cualquier soporte. Circunstancia ésta que obliga a proseguir la presente guía de compra, por el segundo trabajo (y primero editado en LP) que unió a Mazursky y Conti, “Harry & Tonto”, espléndido filme sobre un viejo profesor viudo y setentón, que decide abandonar su plácido apartamento en Manhattan para iniciar un viaje crepuscular atravesando de costa a costa los USA, siempre acompañado por su fiel gato “Tonto”. Extraordinario Art Carney encarnando al anciano Harry, interpretación por la que obtendría un merecido Oscar.
Si bien la edición discográfica de la banda sonora se ve deslucida por la inclusión de diversos diálogos del filme (eso sí, muy curioso aquél sobre la mítica serie “Ironside”), la partitura de “Harry y Tonto” nos presenta a un compositor prácticamente debutante, que sin embargo ofrece unos resultados sobrios y muy acordes con la sensibilidad de la historia, demostrando ya una evidente predisposición para la gran pantalla. Arranques rítmicos de la época -impronta que acabaría “marcándole” durante años-, se aúnan con instantes de profunda ternura al piano, los cuáles evocan con sumo acierto ese halo melancólico con el que el autor asocia el crepúsculo de un Harry dispuesto a disfrutar nuevas experiencias en el ocaso de su vida. El tema asociado a su inseparable gato “Tonto”, en su sinceridad lírica, resulta francamente bello, recibiendo una hermosísima rendición en el “Farewell Tonto” (corte en el que también juega un papel fundamental la conocida canción de los años 30 “Boulevard of the Broken Dreams”); mientras que en instantes puntuales, encuentra Conti la ocasión de deleitarnos también con leves retazos de su exquisita vena clasicista ( “Fugue for Tomorrow”), aquella que aún estaba por explotar en trabajos venideros.
Una partitura en definitiva, variada, conmovedora y a todas luces disfrutable, que pese a su escasa difusión merece ser rescatada por el aficionado.
Duración: 18 cortes - 33´.
Lo Mejor: Es un más que acertado trabajo para un casi “recién llegado” al cine, en el que ya se vislumbran ciertos momentos de brillantez melódica que perfeccionaría en el futuro.
Lo Peor: La molesta práctica de incluir diálogos de la película entremezclados con la música.
El Tema: “Tonto´s Theme”, un tema de una dulzura francamente atrayente.
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| ROCKY 1976 EMI CDP 7 46081 2 (CD)
No dudo que Mr. Conti debe estar ya harto de que, aún a fecha de hoy, se siga asociando su excelso currículum al primer gran éxito musical que lograra allá por 1976. John G. Avildsen, un director que marcaría su carrera por los numerosos proyectos en los que ambos colaboraron, le dio la oportunidad de poner acordes a este filme de bajo presupuesto y pretensiones, que sin embargo encumbró de la noche a la mañana al estrellato a su guionista y protagonista absoluto, Sylvester Stallone.
Sobrevalorada hasta límites extremos, pese a no ser ni de largo su mejor obra, lo cierto es que Conti adquirió gran prestigio con este buen score de inicios intimistas y menores, pero cuya escucha nos va preparando poco a poco para aquellos instantes de excelso dinamismo que, con su rotundidad, consiguen levantar el lento devenir del largometraje.
Las carencias presupuestarias le hicieron optar por un sonido más urbano y melancólico, aún cuándo Avildsen, un enamorado de la música clásica, deseaba material de corte sinfónico, imposible de lograr con cierto empaque ante la reducida orquesta con la que contaba el músico. De esta forma, y en un ejemplo de envidiable adaptación a las circunstancias, Conti opta por una aproximación musical mucho menos pretenciosa, realizando un agradable recorrido por las sonoridades propias de las calles de Filadelfia en donde transcurre la trama.
El piano y las cuerdas transmiten ese aire de desarraigo asociado a la gris vida de Rocky Balboa, un modesto boxeador que malvive en los suburbios, hasta que el azar le brinda la oportunidad de salir del anonimato con su archiconocido combate contra el campeón mundial Apollo Creed.
A partir de entonces, aquél tono musical de lentas cadencias y de profunda introspección, tornará en vibrante, hasta su culminación en una de las piezas más conocidas de la historia del cine: La mítica “Gonna Fly Now”, escuchada durante las secuencias del duro entrenamiento de Rocky. Canción que además sería nominada a los Oscar, amén de cosechar un enorme éxito en las listas de la época. Este trabajo supuso también la carta de presentación del recurso identificable por excelencia en el autor: Sus fanfarrias al metal, particularmente presentes en el apabullante corte “Fanfare for Rocky”.
Duración: 13 cortes - 32´.
Lo Mejor: Conti logró el merecido boleto a la fama para abordar proyectos de mayor envergadura.
Lo Peor: Que muchos sólo conozcan al músico por esta obra.
El Tema: “Gonna Fly Now”: Nunca antes una canción consiguió despertar del letargo narrativo a un filme como lo hizo esta imperecedera sintonía.
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| F.I.S.T. (F.I.S.T.: Símbolo de Fuerza) 1978 Varese Sarabande CD Club VCL 0805 1039 (CD)
Dos años después del impacto comercial de “Rocky”, Conti se reencontraba con Stallone -que aún daba muestras de ser un verdadero actor-, para abordar su primera composición de corte exclusivamente sinfónico, de la mano de un cineasta tan reputado en Hollywood como lo era por entonces Norman Jewison.
Biografía inconfesa del mítico sindicalista Jimmy Hoffa, el score de este “F.I.S.T.” rezuma un halo de elegancia clásica y de cierta complejidad orquestal, aspectos ambos inéditos hasta entonces en el autor. Primera partitura netamente sinfónica del americano, el trabajo se presenta como un sobrio ejercicio musical bien engarzado en su simbología dentro del filme, cuyas principales bases se sustentan en aquél tema central comedidamente épico (“Main Theme”), que aúna en sus notas la grandeza del personaje y su carácter de líder popular de masas. Aunque el score presenta momentos de gran violencia orquestal (“The Big Strike”), acompañando de manera enfática a los disturbios que el protagonista alentará en pos de sus ideales, dichos fragmentos se verán siempre contrarrestados por otro grupo de piezas introspectivas, sosegadas, con las que Conti dota del justo grado de intimismo a la historia. Cortes, al fin y al cabo, centrados fundamentalmente en el ámbito familiar y sentimental del protagonista.
En aquellos finales de los 70, aún era habitual la práctica de contratar una orquesta ex profeso para regrabar la partitura en vistas a ser publicada comercialmente, para con ello evitar pagar de nuevo los costosos cánones preceptivos a los intérpretes norteamericanos. De esta forma, Conti acude a la más que solvente London Symphony Orchestra, que reinterpreta el score de manera ejemplar y sin perder prácticamente ni un matiz de la inédita versión original; aunque bien es cierto que esta escasa media hora sabe a poco respecto de la duración real de la música en el largometraje.
Duración: 14 cortes - 29´.
Lo Mejor: En su primera obra escrita para gran orquesta, Conti sale más que airoso.
Lo Peor: Que se nos prive de la partitura originalmente concebida para el filme, sobre todo en lo referente a su duración.
El Tema: ”Main Theme”, “The Big Strike”.
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| PARADISE ALLEY (La Cocina del Infierno) 1978 Edel TCS 105-2 (CD)
Editada en Alemania en un compacto de escasa difusión por el sello Edel, “La Cocina del Infierno” volvía a juntar la carrera del músico con la del actor Sylvester Stallone, que esta vez se encargaba también de dirigir esta historia sobre tres hermanos de los suburbios del Nueva York, que allá por los años 40 malviven gracias a las habilidades de uno de ellos para el deporte del wrestling.
Muy poco del score original de Conti encontramos en un álbum plagado de canciones -incluida una cantada (horriblemente) por el propio Stallone y otra por su hermanito Frank-, entre las cuáles destacan aquellas dos escritas e interpretadas por la desgarrada voz de Tom Waits.
La canción central compuesta por Bill “Too Close to Paradise”, que también tiene su versión instrumental, refleja perfectamente la tónica general de este correcto trabajo, que funciona perfectamente en su intención de plasmar musicalmente el ambiente decadente y triste de los suburbios newyorkinos retratados en el filme. Siempre moviéndose en unos registros taciturnos, de cierto aire jazzistico, que enfatizan el pesimismo ante la incierta supervivencia de los tres hermanos, Conti también encuentra algún que otro instante para ofrecernos agradables arranques de optimismo, perfectos para “resucitar” la música de su continuo tono apagado y agreste, acudiendo a estilos como el swing en “Wrestling Montage”, e incluso componiendo un epílogo de acabado netamente triunfal, el “Victor´s Big Match”. Un corte que, si bien dista de contar entre los mejores temas de su filmografía, cuanto menos nos devuelve al compositor que tanto disfruta jugueteando con los arranques fanfárricos y vitalistas al metal.
Duración: 11 cortes - 41´.
Lo Mejor: La perfecta asociación musical con la triste y decadente vida en los suburbios.
Lo Peor: La poca música instrumental de Conti, así como la sensación de monotonía de varios de sus cortes.
El Tema: “Victor´s Big Match”, jovial final que resucita una partitura de claro tono apagado.
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| SLOW DANCING IN THE BIG CITY (Danza Lenta en la Gran Ciudad) 1978 Varese Sarabande CD Club VCL 0805 1039 (CD)
Publicado conjuntamente con el anterior “F.I.S.T.” en un compacto espléndido de Varese Sarabande, “Slow Dancing in The Big City” supone la segunda colaboración del tándem John G. Avildsen-Bill Conti, siendo para muchos (incluido el propio músico), la mejor de todas.
Una de las primeras rodadas en el sistema “Dolby Stereo”, nos encontramos ante una infravalorada película de corte melodramático, curiosa en la filmografía de un cineasta asociado a historias más frívolas. Interpretada por el dúo Paul Sorvino-Anne Ditchburn, ésta última encarnando a una bailarina que, habiéndosele diagnosticado una enfermedad terminal, su tesón y valentía por seguir danzando dará pie al interés tanto profesional como afectivo de un periodista por relatar su historia.
Visto el argumento del filme, y teniendo en cuenta que la danza actúa como hilo conductor en la interacción de los personajes, la trama da pie al compositor para realizar un recorrido por distintos estilos musicales, a medida que se nos muestran nuevos tipos de baile en la película. Bill siempre guarda un especial recuerdo de este encargo, y no es para menos. Su grado de inspiración aquí es altísimo, y su tino a la hora de empaparse del romanticismo de la historia, se patentiza sin duda en cada acorde. Lo que origina que el autor escriba una de las melodías centrales más esplendorosas de toda su filmografía, que alcanza cotas sublimes a las cuerdas en el corte “The Ovation”, cautivador, sincero, con unas arrebatadoras cuerdas tan contundentes y amplias que resulta imposible no emocionarse con este motivo. Asimismo, demuestra un envidiable dominio de los recursos clásicos en otro tema a la postre trascendental en su partitura, el “Balleto”, esa especie de ballet vanguardista que Conti planifica en clave nerviosa, contundente, por momentos hasta impresionista, tan sumamente complejo que tuvo que reescribirlo varias veces para presentar al final estos seis minutos de autentico goce sonoro.
La primera obra maestra absoluta del autor fue, durante mucho tiempo, un LP cotizadísimo en el mercado coleccionista, hasta que en una loable decisión del equipo de Varese, sería finalmente rescatado en su formato digital a finales del año 2005.
Duración: 9 cortes - 30´.
Lo Mejor: La inspiración del músico, su compromiso con la historia y las curiosas experimentaciones con esa especie de ballet modernista.
Lo Peor: Su escasa duración.
El Tema: El magistral “The Ovation”, y el clasicismo vanguardista del caótico “Balleto”.
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| UNCLE JOE SHANNON 1978 United Artists LA-935-H (LP)
Burt Young, aquel actor que encarna el personaje de Paulie en todos los “Rockys”, escribe el guión de esta historia sobre un trompetista de jazz de pasado brillante, pero en plena decadencia por la muerte de su mujer en un incendio. Robert Chartoff e Irvin Winkler, los precursores de la saga Balboa, la producen. Conclusión: ¿Quién mejor que Bill Conti para poner acordes al filme?.
Este “Uncle Joe Shannon” supone una de las primeras oportunidades para que el autor ahonde de manera expresa en el sesudo universo del jazz, estilo que si bien aplicó en sus inicios (recordemos su "Juliette de Sade"), aquí adquiere protagonismo absoluto como eje central del argumento del filme -y por consiguiente, de su partitura-. El resultado, aunque dista bastante de resultar brillante, al menos se deja escuchar, realizando Conti un correcto recorrido por improvisaciones jazzísticas (”Goose”, ”Hard Time””), aparte de un melancólico tema central entregado lógicamente a la trompeta, el “Seascape”. También intercala en la partitura, sus ya trillados ejercicios funky setenteros (“Uncle Joe”, “Hot Nights”). No obstante, el gran hándicap del trabajo radica en esa sensación de encontrarnos, en varios de sus cortes, ante ejercicios de mera música diegética, aparentemente huérfanos de la deseable comunión para con las imágenes. Lo cuál también se convierte en un aliciente para los aficionados al género del jazz, siempre que disculpen los inevitables arranques de música disco con los que tanto disfrutaba el autor por aquél entonces.
Duración: 9 cortes - 39´.
Lo Mejor: Es, al menos, una decente aproximación al complejo mundo del jazz.
Lo Peor: El score tiende a ser en muchos instantes demasiado genérico y poco cinematográfico.
El Tema: La original fusión de música clásica y jazz, escuchada en el “Evening Concert”.
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| AN UNMARRIED WOMAN (Una Mujer Descasada) 1978 20th Century Fox BT 557 (LP)
Bill Conti puede presumir de tener en su haber un amplio ramillete de melodías cuya popularidad rebasa el minoritario ámbito de los aficionados a las soundtracks. No pocos temas suyos se han utilizado como sintonías publicitarias o radiofónicas, y el caso de este “An Unmarried Woman” constituye otro más de aquéllos ejemplos.
De hecho, el “Theme Fom An Unmarried Woman” es una de esas frases musicales que mucha gente ajena al ámbito de las bandas sonoras habrá oído y disfrutado, sin saber que en realidad se trata del tema central de esta interesante cinta de Paul Mazursky, cineasta con el que Conti se reencontraba tras la inédita “Next Stop, Greenwich Village”. Con el saxofón de Tony Ortega (un intérprete fundamental en la carrera del compositor) como instrumento catalizador del tema, e imbuido de esa intencionalidad easy-listening más propia de los 60, este pegadizo motivo central constituye el eje sobre el que Bill ahonda en el complejo universo de sentimientos de la protagonista Erica, una Jill Clayburgh cuya perfecta vida se ve rota cuando su esposo la abandona por otra mujer. Duro momento que superará gracias a la ayuda de un terapeuta y de su grupo de amigos, volviendo a recuperar la ilusión de vivir y la satisfacción al redescubrir el amor.
Siendo la más atrayente de las cuatro partituras compuestas para Mazursky (llegó incluso a estar nominada a los Globos de Oro), el trabajo se presenta globalmente en tono desenfadado -efecto que sirve a la postre como contraste a la agridulce historia-, tornando en el justo optimismo con el que se evoca la apertura y resurgir a la vida de Erica. Continuas reversiones del main theme oiremos durante el álbum (incluso una vocal interpretada por Michelle Weiss), siendo la más emotiva aquella espléndida pieza interpretada a piano, oboe y cuerdas que conforma el epílogo del filme (”Erica Leaves Saul”). Curioso resulta también el grado de calidad alcanzado por alguna que otra pieza diegética, como bien pudiera ser el ”Loft Party”, corte de nuevo entregado al saxofón y que constituye otra de esas melodías que más de un oyente recordará como soporte sonoro usado en diversos medios ajenos a lo cinematográfico.
Duración: 11 cortes - 31´.
Lo Mejor: La música escrita por Conti resulta sin duda el acompañamiento perfecto para el descenso a los infiernos y el posterior despertar a la vida de la protagonista.
Lo Peor: Que todavía nadie se haya dignado a editar en compacto esta espléndida obra.
El Tema: La preciosa rendición al tema central que podemos disfrutar en “Erica Leaves Saul”.
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| FIVE DAYS FROM HOME 1978 MCA 2362 (LP)
Un George Peppard ya en plena decadencia, dirigió y protagonizó este telefilme sobre un recluso que decide fugarse de prisión, con la loable intención de visitar a su hijo gravemente enfermo en el hospital. Conti prosigue aquí sus escarceos con el medio televisivo, presentando un trabajo que ofrece registros musicales como el funk y la música disco, y del que toma evidentes referencias, tanto en texturas como en orquestación, de su famoso score para “Rocky”. Basta escuchar el tema principal para comprobar las claras similitudes de ambas obras, destacando incluso el hecho de que aquí colabora también como vocalista Nelson Pigford, el mismo que junto a DeEtta Little pusiera voz al inolvidable “Gonna Fly Now”.
Parece claro que Bill resuelve el encargo de manera eminentemente funcional, decantándose por una sucesión de ritmos de la época que podrían llegar a interesar a los nostálgicos, pero cuya vanalidad resulta en esta ocasión, no sólo desfasada para nuestros días, sino que oculta un cierto desgaste y apatía en un año 1978 en el que Conti llegó a componer la friolera de ocho scores consecutivos. Sin llegar a ser un trabajo estrepitoso, “Five Days from Home” quedaría como un ejercicio musical bastante intrascendente, si no fuera por la inclusión de un corte que merece la pena comentar, un tema de amor tan atípico como a la par afortunado: El “Come With Me Now (Love Theme)”, que empapado de la misma la dinámica rítmica setentera, nos ofrece sin embargo una elegante melodía a cuerdas, francamente retentiva y de latente tono elegante. Como curiosidad, señalar que seis años más tarde, se reutilizaría dicho tema como sintonía para la serie documental “Lifestyles of Rich and Famous”.
Duración: 12 cortes - 35´.
Lo Mejor: Que con este encargo empezara a cogerle gustillo a la televisión, medio en el que se convertiría en un referente durante años.
Lo Peor: Demasiado aroma a “Rocky”.
El Tema: Ese pop “distinguido” que escuchamos en el “Come With Me Now (Love Theme)”.
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| ROCKY 2 1979 EMI CDP 7 46082 2 (CD)
El tremendo éxito de público y crítica que despertó el estreno de “Rocky” hacía presagiar -y más en una industria como la hollywoodiense-, el comienzo de una longeva saga que reportaría pingües beneficios a su principal promotor, Mr. Stallone. Y pese a que las segundas partes nunca fueron buenas, la presente entrega es sin duda la más soportable de las cuatro secuelas rodadas hasta la fecha (incluida la última y sonrojante “Rocky Balboa”), sobre todo en lo concerniente a su apartado musical.
Mientras que las canciones se presentan más rutinarias que en la primera cinta, la partitura de Bill no sólo destaca por su sobriedad, sino que también recibe un decente tratamiento de duración en el álbum. Retomando, como es lógico, los principales leitmotivs y texturas del filme original, el “Gonna Fly Now” se presenta ahora aún más dinámico, versionado con claro acabado a lo música “disco” (al igual que la segunda parte del extenso ”Overture”). Aunque bien es cierto que en el resto de los cortes, Conti se muestra aquí algo más sinfónico que en el filme original, a base de repetir las estructuras rítmicas de antaño, pero completándolas con un mayor aparato orquestal. En este sentido, encontramos uno de los temas más afortunados de toda la saga, el “Conquest”, corte en el que el autor fusiona un elaborado clasicismo a las cuerdas, con los arranque rítmicos y de metales típicamente rockynianos. Pieza que, dicho sea de paso, el autor recuperaría íntegramente en la tercera entrega y en su reciente partitura para “Rocky Balboa”.
Igualmente, el compositor profundiza en las partes musicales de corte bucólico, recuperando en cierta forma esas sonoridades apagadas del primer filme, aunque esta vez con intenciones bien distintas. En este caso, no lo hace íntegramente para enfatizar la vida gris del boxeador -más que nada porque ya no lo es-, sino para todo lo contrario. Ejemplo de lo anterior lo constituye el acabado del corte ”Vigil”, presentando aquél tono melancólico que se transformará en ternura, para acompañar las secuencias del difícil parto de Adrian.
Duración: 8 cortes - 34´.
Lo Mejor: Las nuevas ideas que aporta el autor sobre el material preexistente.
Lo Peor: En esta ocasión, las canciones no son nada del otro mundo.
El Tema: La excelente construcción y desarrollo del "Conquest”, todo un tema de referencia en la saga.
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| GLORIA 1980 Varese Sarabande CD Club 0706 1050.2 (CD)
Referenciada por el propio Conti como una de sus obras preferidas, “Gloria” es otra de sus partituras inéditas hasta hace bien poco (aún cuando desde hace años circulaba un bootleg de gran calidad sonora), cuyos trazos definen perfectamente la versatilidad y buen gusto del genial autor de Rhode Island. Junto con las películas en las que colaboró con Paul Mazursky, este largometraje supuso una más de las escasas ocasiones en las que el músico se enrolaba en una película minoritaria, en ese tipo de cine de autor en el que su director, John Cassavettes, era todo un referente en la época.
De corte intimista, acorde con la relación mujer agresiva-crío huérfano sobre la que se basa la cinta, la partitura aúna instantes de marcada incidentalidad, en aras de potenciar el thriller y la tensión vivida por la huída de la peculiar pareja de las garras de la Mafia (”Hide and Seek, “Bonding”), con momentos de contundente acción, en los que Conti configura unas potentes y muy expresivas secciones de percusión, que quedan como anillo al dedo en su simbiosis con las trepidantes secuencias de persecución (”Chase #1 & #2”).
Pero si algo destaca sobremanera del trabajo, ello es la incontestable genialidad del tema que abre el álbum, un “Main Title” en donde el músico define las líneas básicas del score y nos regala este soberbio corte de poderosa originalidad en sus propuestas. Una voz flamenca, la guitarra de Tommy Tedesco, el saxofón una vez más a cargo de Tony Ortega (muy presente en la partitura como referente bucólico y urbano), se aglutinan en una singular fusión sonora que acaba por explotar a las cuerdas, para conformar una de las más bellas melodías escritas para el cine moderno, genialmente ejecutada por una orquesta que suena tremendamente amplia gracias a la estupenda labor del técnico habitual de Conti, Dan Wallin.
Trabajo destacadísimo y pletórico de matices, que requiere varias escuchas para apreciar en su justa medida el fenomenal acierto del John Cassavettes al acudir a un músico poco asociado hasta entonces a este tipo de cine de autor.
Duración: 12 cortes - 40´.
Lo Mejor: Que afortunadamente Varese haya rescatado esta obra del olvido.
Lo Peor: 26 años han tenido que pasar para paladear oficialmente esta joya.
El Tema: “Main Title”: Es una pieza inolvidable por la originalidad de su orquestación y su excelsa frase central a cuerdas.
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| THE FORMULA (La Fórmula) 1980 Varese Sarabande STV 81153 (LP)
Un detective de Los Ángeles, investiga el asesinato de un amigo suyo, pero las pistas han sido amañadas de tal forma que señalan al propio detective como sospechoso. Cuando la esposa de su difunto colega es también asesinada, comprende que las altas esferas están detrás de todo, sobre todo al descubrir que su amigo fue el oficial americano que interceptó a los nazis una fórmula para fabricar fuel sintético, durante el ocaso de la Segunda Guerra Mundial, algo que evidentemente perjudicaría en la actualidad a los magnates del petróleo.
El final de los 70 y el arranque de los años 80 fue sin duda el período más fecundo y de mayor inspiración del músico. Dentro de aquel lapso de tiempo, nos encontramos con una de sus creaciones más conocidas, como fue “La Fórmula”, score grabado curiosamente en Roma y que sirvió al compositor para reencontrarse de nuevo con su inseparable amigo John G. Avildsen. La popularidad de este encargo entre los aficionados, se centra probablemente en el descubrimiento de un Conti no sólo sinfónico -que ya lo era-, sino especialmente dotado para encargos enmarcados en un mayor clasicismo y contundencia orquestal. Impronta que ya demostró en ciertos fragmentos de algún que otro trabajo anterior, pero que aquí alcanza cotas de calidad francamente destacadas, sobre todo por la composición de un espectacular tema para los títulos iniciales, en clave grandilocuente, que aprovecha de manera sobresaliente todo el poderío de la amplia orquesta.
Con un filme enmarcado en el género del thriller, la partitura se sumerge en un compendio de sonoridades oscuras, amenazantes, que en su simbiosis con la imagen revelan la compleja labor de sincronía que debió realizar aquí el autor de Rhode Island. Pero al mismo tiempo, el mayor hándicap del trabajo reside en que precisamente aquél tono oscuro e inquietante, origina momentos ciertamente arduos en su audición aislada, abandonando los acordes ese sendero lírico y ampuloso iniciado por la espléndida melodía central, para adentrarse en pasajes con claros visos incidentales, atmosféricos, que buscan -como no podía ser menos- crear el preciso ambiente de presagio y suspense. Música, al fin y al cabo, brillante en su contexto visual, pero tan tortuosa y tremendamente ligada a la imagen que, en su formato de álbum, puede resultar demasiado sesuda para algunos aficionados.
Duración: 11 cortes - 27´.
Lo Mejor: Conti acabó ya por ratificar sus innegables dotes para la composición puramente sinfónica.
Lo Peor: Algunas partes del vinilo se hacen ciertamente duras fuera del ámbito narrativo del filme.
El Tema: El maravilloso “Main Title”.
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| ESCAPE TO VICTORY (Evasión o Victoria) 1981 Prometheus PCR 520 (CD)
De la mano del mítico director John Huston, y en otra muestra más de su envidiable habilidad para el cine deportivo -esta vez con el fútbol como protagonista-, Conti escribiría uno de sus obras maestras más rotundas y apreciadas por el aficionado, que por fin ha visto recientemente la luz en su publicación discográfica. El mítico cineasta nunca ocultó su satisfacción por el acabado musical del filme, y no era para menos: Un auténtico festival de marchas, fanfarrias y arranques de épicas melodías pueblan un trabajo completísimo que aguanta sin problemas numerosas escuchas aisladas, constituyendo un ejercicio de clasicismo lírico que logra dinamizar de manera envidiable las bellas imágenes del deporte rey, rodadas por cierto con suma elegancia por Huston.
Sin ocultar que “La Gran Evasión” se erige como referencia principal tanto de la película como de su partitura, la música dos motivos sobresalen de un score francamente pletórico en lo concerniente a su variedad temática: El escuchado en clave heroica en los instantes iniciales del “Main Title”, una especie de “tema de la Victoria” aplicado a los momentos de mayor heroísmo de la cinta; y aquél otro desarrollado a modo de socarrona marcha, salpicada de iniciales tintes cómicos ( “The Team Uniforms”), tema que el autor asocia al equipo de soccer aliado y que escucharemos íntegramente durante los primeros entrenamientos del mismo.
Mezclando pasajes oscuros con momentos de exultante jovialidad, no es sin duda hasta el partido de fútbol final, el instante en el cuál la música adquiere las cotas de calidad más altas, no ya melódicamente hablando, sino en términos de sincronía y total comunión con las imágenes. Pocos autores se han mostrado tan inspirados en la recreación del dinamismo deportivo como el Conti de los últimos diez minutos de partitura, acertando de lleno al elegir una impronta abiertamente épica, con profusa utilización de recursos clásicos, con la que evitar así posibles anacronismos. En definitiva, una obra que se nos hace corta ante el colorismo e inspiración ofrecidos por el americano.
Para aquellos que deseen profundizar más en los entresijos de esta sensacional partitura, no está de más que echen un vistazo al estudio publicado en esta web con motivo del lanzamiento oficial del score a finales del 2005.
Duración: 14 cortes - 43´.
Lo Mejor: Prácticamente todo, pero en especial la abrumadora sincronía para con las imágenes que presentan los temas finales del álbum.
Lo Peor: La parca edición de Prometheus dista mucho de lo deseable en una partitura de tal calibre.
El Tema: Aparte del tema central y la desenfadada marcha del equipo aliado, me sigo quedando con el dinamismo y progresión del “Let´s Go Guys”.
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| FOR YOUR EYES ONLY (Solo Para Sus Ojos) 1981 Ryko 10751 (CD)
Ante el inminente estreno de la 12ª entrega de la saga 007, John Barry recomendó personalmente a Bill Conti para que le sustituyera en las tareas musicales del nueva filme, debido a los problemas de agenda del inglés. A Conti se le presentaba entonces un jugoso “caramelo” ante su boca, la posibilidad única de dar el salto de calidad definitivo a la primera fila de compositores de Hollywood, entrando en una de sus franquicias más exitosas de todos los tiempos.
Pese a sus esfuerzos, no acabó sin embargo convenciendo en su aproximación musical setentera, al escribir un score que no sólo no ha aguantado el paso del tiempo, sino que además podemos perfectamente situar entre los menos afortunados de la serie. Desde luego, no llega a los paupérrimos resultados del “Goldeneye” de Serra o “La Espía que me Amó” de Hamlisch, pero el músico no atina en ese acercamiento un tanto rupturista con el que trata de eludir el estilo netamente barriniano. El de Rhode Island intenta plasmar su particular impronta pop, algo que por momentos choca frontalmente con la tradicional elegancia musical del personaje. Tampoco se muestra demasiado afortunado en ese grueso de temas más cercanos al suspense que, por su marcado carácter secundario, rozan por instantes lo tedioso.
Y todo ello, a pesar de componer, junto al letrista Michael Leeson, una de las mejores sintonías centrales bondianas que incluso sería nominada al Oscar: La “For Your Eyes Only”, interpretada por Sheena Easton y con el piano como instrumento catalizador. Una de las pocas virtudes de un álbum que se hace francamente pesado, sobre todo en lo concerniente a los cortes de acción, que siendo siempre fundamentales en la saga, se presentan aquí en clave demasiado rutinaria, incluso en ocasiones un tanto ecléctica (particularmente desconcertante es el “Ski...Shoot....Jump”), y en definitiva, bastante más intrascendentes que los escritos antaño por John Barry.
Duración: 19 cortes - 58´.
Lo Mejor: Que el autor no haya vuelto a trabajar en la saga, pese a barajarse su nombre para “Goldeneye”.
Lo Peor: Conti sólo cumple a medias, y desde luego naufraga en su acercamiento “retro-pop” a la figura de Bond.
El Tema: La hermosa melodía del “For Your Eyes Only”.
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| DINASTY / FALCON CREST (Dinastía / Falcon Crest) 1982 Arista Records 103948 (LP)
Pese a que las sintonías de ambas series aparecen en innumerables recopilatorios en forma de regrabaciones de mayor o menor fidelidad con respecto a los originales, la división alemana del sello “Arista” publicó como singles los dos temas de cabecera, en un rarísimo vinilo de tirada muy limitada y prácticamente imposible de encontrar en la actualidad.
Para “Dinastía”, Conti refleja el lujo mostrado en la serie, apelando a la elegancia a través de una sencilla orquestación, en la que un grácil solo de trompeta va desarrollando la frase central que se verá arropada poco a poco por las cuerdas, creando esa sensación de exclusividad y clasicismo tan logrado.
Mientras que en “Dinastía” el autor apela a la sutileza en pos de la elegancia, el tema central de Falcon Crest difiere del anterior en lo referente a que el marco de suntuosidad y elitismo de los famosos viñedos de la serie, son retratados musicalmente de manera bastante más rítmica e imponente, con el soporte de una amplia orquesta sinfónica que basa su poderío en coloristas cuerdas, las cuáles se alzan vigorosas sobre la no menos rotunda percusión, amén de acotaciones de las trompas que engrandecen la espectacularidad de un estribillo con el que arrancaban las sobremesas para muchos espectadores españoles de la época. Un tema brillante y tremendamente pegadizo que, para el que esto escribe, cuenta sin duda entre las mejores sintonías escritas en la historia de la televisión.
Duración: 2 cortes - 2´.
Lo Mejor: El gran toque de distinción que en poco más de un minuto es capaz de trasmitir el compositor en sendas piezas.
Lo Peor: Que a “Arista” no se le ocurriera hacer sendas suites de mayor duración.
El Tema: La grandiosidad a las cuerdas del main theme para “Falcon Crest”.
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| ROCKY 3 1982 EMI America CDP7 46561 2 (CD)
Ni más ni menos que Mr. T, el famoso gorila con pánico al avión de la serie “El Equipo A”, es ahora el oponente al que se tiene que enfrentarse el tenaz Rocky Balboa, en la tercera parte de una saga que comenzaba a rezumar un tufillo claro a reiteración y nadería. De nuevo con Stallone en las labores de guionista y director, Conti retoma el material musical creado para las anteriores entregas sin aportar prácticamente nada nuevo, salvo un agradable e introspectivo tema a piano, “Mickey”, dedicado al viejo entrenador de Balboa que fallece en la presente entrega.
La diferencia con la primera secuela es clara: Mientras en “Rocky 2” Bill se esforzaba por dar un aire nuevo a los temas ya conocidos, e incluso innovar con la introducción de ciertas texturas clásicas de indudable empaque musical, aquí su función se limita a un mero copy-paste totalmente funcional e intrascendente. Tanto es así que -al menos en la edición discográfica-, se reutilizan las grabaciones originales de temas tales como el mítico “Gonna Fly Now” o el “Conquest”, amén de incluir hasta dos versiones de la canción “Take You Back” interpretada con no demasiada fortuna por el hermanísimo Frank Stallone. De hecho, si por algo es recordada la banda sonora de esta tercera entrega, es por recoger la única canción potable del álbum, que con los años se convertiría en uno de los himnos más populares de la década: El “Eye Of The Tiger” de Survivor, aquél extinto grupo de rock de los 80 con el que Conti coincidiría en algún que otro trabajo posterior (“Karate Kid”, por citar un ejemplo).
Duración: 10 cortes - 31´.
Lo Mejor: Al autor se le nota hastiado de incidir en el mismo material de siempre.
Lo Peor: Es un álbum totalmente prescindible en su discografía.
El Tema: Tan sólo se salva el nuevo leitmotiv escuchado en “Mickey”, aunque desafortunadamente para Conti, la canción “Eye of the Tiger” es lo único por lo que se recuerda el disco. |
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| JULIETTE DE SADE (Mademoiselle De Sade E I Suoi Vizi) 1968 CAM 508951-2 (CD)
"Juliette de Sade" fue uno de los primeros trabajos en solitario de Bill Conti, aunque permaneciera inédito hasta 2003, transcurrido más de 30 años del estreno del filme. Cinta de un tal Lorenzo Sabatini, que no pasaba de ser una modesta e intrascendente producción italiana de tintes eróticos, acerca de una joven de educación estricta que se muda a Roma, en dónde comenzará una tortuosa relación con una especie de Marqués de Sade del siglo XX.
Ese Conti que por entonces contaba 27 años de edad, que tras estudiar composición y piano en su país se traslada a Italia a mediados de los 60, comienza allí a adaptar canciones, dirigir espectáculos musicales e incluso llega a tocar el piano en locales de Roma. Inexperto, con ganas de aprender y de coger todo lo que se le pusiera por delante, compone y dirige esta partitura que basa su acabado en sonoridades jazzisticas de fácil escucha, caracterizadas sobre todo por esa genérica concepción respecto de las imágenes, sin guardar demasiada interacción con el devenir de la trama y llevando al extremo esa línea estilística de aquél final de los 60. Por ello, el compacto puede entenderse de dos formas bien distintas: Como banda sonora, lo cierto es que dista bastante de ofrecer vestigios del autor que posteriormente nos deleitaría con absolutas joyas. Pero como ejercicio musical de la época, resulta un ejemplo de buen hacer, en el que ya vislumbramos el gusto del artista por dos instrumentos claves a los que acudirá con relativa frecuencia a lo largo de su carrera: El saxofón y el piano.
Dada la escasa duración de la partitura original, el álbum se completa con tres cortes adicionales de distintos autores y filmes italianos de la época, pero que guardan relación con este “Juliette de Sade” en la similar factura jazzistica con la que son resueltos.
Duración: 13 cortes - 34´.
Lo Mejor: Música siquiera agradable para una película nefasta.
Lo Peor: No pasa de ser un álbum tan anecdótico como prescindible en la discografía del autor.
El Tema: El solo de trompeta en tono instrospectivo del “Red Label”, un recurso al que, como veremos, acudió en más de una vez el de Rhode Island
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