Nacido en la atemporal ciudad de Pisa, aunque londinense de adopción, Dario Marianelli puede presumir a sus 46 años de edad de haber logrado el reconocimiento unánime de la crítica en su condición de compositor de estilo definido y personal. No sólo el Oscar conseguido por “Atonement” vino a refrendar su talento, sino que el grueso de su aún corta carrera demuestra su tendencia a huir del prototipo de músico anquilosado por las últimas imposiciones de Hollywood. El afán por explorar nuevos campos creativos le ha llevado a formar parte de uno de los proyectos más ambiciosos del cine español, “Agora”, una historia sobre el laicismo, la lucha contra la intolerancia y la creencia en los valores de la astrónoma Hypatia en el Egipto del siglo IV, dominado aún por el Imperio Romano. La participación de Marianelli no sólo refuerza el intento de la película de conquistar el mercado internacional (la cinta ha sido rodada en inglés), sino que además supone la primera ocasión en la que su director Alejandro Amenábar declina asumir personalmente la composición de la banda sonora, tras los interesantes resultados obtenidos tanto en cintas propias (”Tesis”, “Abre los Ojos”, “Los Otros” y “Mar Adentro”) como ajenas (“La Lengua de las Mariposas” o “Nadie conoce a Nadie”). Muy ocupado, según nos confiesa él mismo, con la creacción de la banda sonora para la nueva película de Julia Roberts y recién terminada su labor en la americana "Everybody´s Fine" (remake de la exitosa producción italiana "Están Todos Bien", dirigida años atrás por Giuseppe Tornatore), Marianelli reflexiona sobre sus experiencias en la creación del envoltorio sonoro de “Agora”, en la siguiente entrevista que nos ha concedido, amablemente, en exclusiva:
En primer lugar, gracias por concedernos esta entrevista. Sr. Marianelli, tras su Oscar por “Atonement”, ¿se ha vuelto más selectivo en sus colaboraciones?
Creo que el trabajo ha sido más o menos el mismo de antes, siempre una mezcla de diferentes proyectos, algunos más atractivos que otros. Recientemente, trabajé por tercera vez con Joe Wright en "The Soloist", y lo cierto es que fue otra buena experiencia para ambos, un película muy diferente a "Atonement" y "Pride and Prejudice". También he acabado "Everybody´s Fine", en donde tuve además la oportunidad de colaborar con Paul McCartney en la canción de los títulos de crédito finales que escribió para el largometraje, y fue divertido.
¿Cómo se vio envuelto en un proyecto como “Agora”?
Alejandro conocía mi música desde hacía tiempo, incluso antes de conseguir el Oscar. El Oscar es un reconocimiento muy notorio de la industria, pero no estoy seguro de que sea responsable de todo lo que he hecho desde que lo obtuve.
Alejandro Amenábar ha jugado un activo papel musical componiendo las partituras de sus propias películas. ¿Cómo ha sido su relación con él?
Tuve una muy buena relación con Alejandro, y llegamos a entablar amistad muy rápidamente trabajando juntos. Le dije claramente que estaba preocupado por el hecho de que él mismo fuera compositor, y que aceptaría el encargo sólo con la condición de que me dejase libertad para explorar mis propias ideas, y guiarme por mi instinto. Alejandro fue increíblemente respetuoso con ello, y mi sensación es que tuve el espacio que necesitaba para escribir lo que yo realmente quería para “Agora”.
Hay quien ha señalado cierta semejanza en el resultado final de su partitura con otras de películas recientes, también históricas, como “Troy” o “The Kingdom of Heaven”, moda que, de alguna manera, inauguró “Gladiator”. ¿Le sugirió Amenábar trabajar en esta dirección?
Para nada. De hecho, no creo que “Agora” esté particularmente condicionada por esas partituras. Es más probable que todas ellas estén influidas por música más antigua, y en mi caso aprecio un homenaje más cercano al “Carmina Burana” de Carl Orff, o al “Passions” de Bach. Sospecho que esto pasa muy a menudo, la circunstancia de que algunas partituras cinematográficas puedan parecerse entre ellas, cuando de hecho están realmente influenciadas por música de épocas pasadas.
¿Cuáles han sido los motivos de inspiración para la composición del tema de Hypatia?
Fue la primera cosa que buscaba, algo cautivador y sincero, como un “love theme” propiamente dicho, ya que pensaba que habría un riesgo en el filme: el interés de Hypatia por la astronomía, la filosofía o la naturaleza, podría presentarla como demasiado intelectual y fría. Sugerí a Alejandro que tratáramos el amor de Hypatia por la ciencia como un verdadero amor, sensual y enfocado a un auténtico romance con el firmamento.
¿Qué escena le parece la más difícil de musicar? ¿Tuvo dificultades en ensamblar esos planos imposibles utilizados por Amenábar, a escala planetaria, que plantean una dimensión trascendente del ser humano respecto del específico paisaje étnico y temporal donde se desarrolla la historia?
A costa de sonar un tanto frívolo, he de decir que la partitura para “Agora” fluía de manera bastante sencilla en las escenas, y nunca hubo realmente un problema para que surgiera música que hiciera coincidir mis propias sensaciones con lo que Alejandro estaba aplicando en la pantalla. Quizás, en términos de dificultad técnica, las escenas más ruidosas, como la destrucción de la Biblioteca, fueron las más difíciles por haber tanto estruendo y griterío viniendo de los personajes, así que tuve que intentar reforzar la secuencia sin sobrecargar el sonido global.
La película está plagada de tensión entre las diversas civilizaciones, pero el tema inicial de “Alexandria” muestra a éstas conviviendo en paz. ¿Cómo se planteó ilustrar musicalmente dicha “armonía de civilizaciones”?
Creo que principalmente traté de encontrar un ritmo y sonidos interesantes para un lugar pleno de energía. Finalmente, me pareció correcto no implementar demasiada discordia en los primeros compases de la narración.
Detectamos cierta ligereza en la orquestación para ilustrar los motivos del saber, en oposición al sinfonismo pesado del metal y la percusión que describen la intolerancia. ¿Es esta oposición o enfrentamiento orquestal algo deliberado en el score?
Si. Pero todo surge del modo en que la historia está contada: ¿cómo colocarías percusión pesada y metales, y coros estridentes en diálogos calmados?
¿Cómo llegó al “tema universal”, al que podríamos llamar “el tema o canto de la Tierra”?
Si te refieres al tema de la voz femenina, llevo asociando durante mucho tiempo la voz de Parvin Cox al “canto de la Tierra”. Esto es por supuesto una presunción. No creo que ni la Tierra ni la Naturaleza realmente se tomen demasiado interés en nuestro destino. Pero si lo hicieran, entonces podrían conmoverse y sentir empatía con el lado más trágico de nuestra existencia, y yo quería dar voz a ese sentimiento.
¿Cómo enfocó la orquestación e integración de sonoridades étnicas en relación a la orquesta tradicional? En este sentido, hablemos del uso del duduk, que no es un instrumento tradicional norteafricano, sino más bien armenio ¿Pensó únicamente en su sonido exótico? Además, ya trabajó con Parvix Cox en “In This World”, por ejemplo. ¿Cómo ha sido vuestra relación en “Ágora”?
Recurrí aquí a ciertas técnicas que había practicado en algunas ocasiones anteriores. El propósito principal es que siento la necesidad de capturar el lado emocional de aquellos elementos no occidentales, ya que proporcionan a la música una profundidad en el tiempo y la tradición que es imposible lograr con otros medios. La razón por la que acudo una y otra vez a Parvin y a Dick Campbell, quien interpreta gran variedad de viento-madera en la partitura, es que percibo que ambos son músicos increíblemente emotivos, y de algún modo son capaces de canalizar en sus interpretaciones sensaciones muy profundas. Lo que siempre trato de evitar es usar los elementos no occidentales como “adornos” o “aromas”, solo salpicando con algo de color étnico un sonido por otra parte tradicional. Esto no me interesa para nada, y es a la postre el contenido emocional de la música lo que realmente me importa. Creo que el único sonido electrónico fue un pequeño pad en tono noble, que utilicé ocasionalmente en algunos cortes. Todo el resto de sonidos vienen de instrumentos reales.
El argentino Lucio Godoy fue requerido para poner música adicional en “Ágora”. ¿Conoce las razones que llevaron a tomar esta decisión?, ¿está satisfecho con su aportación?
Cuando ves a alguien cantando o tocando un instrumento en una película, la música debe estar pregrabada para permitir al actor simular que la interpreta. Lucio trabajó en todos los cortes ajenos al score, pero que son interpretados por los personajes dentro de la historia. Yo me subí a bordo después de que el rodaje terminara, pero creo que Lucio hizo un trabajo brillante.
Háblenos del hecho de trabajar en un proyecto de características históricas. ¿Conocía los trabajos clásicos de Rózsa, Newman o North?
No estoy seguro de que resulte muy diferente de trabajar en otro tipo de largometraje. De algún modo, el compositor debe aportar algo que enriquezca la película, que añada un nuevo elemento de profundidad y comprensión, y que posiblemente ayude al director a crear un mundo independiente y “creíble” a lo largo del metraje. Cuando escucho las partituras para aquellas grandes epopeyas a las que te refieres, no puedo evitar sentirme emocionado por el sonido, la escala y la ambición de la música, pero creo que aquellos autores pertenecen a esa época en particular. Creo que el cine se ha vuelto más introspectivo, y en el mejor de los casos ofrece un punto de vista más subjetivo al público. Sospecho que si uno coge una partitura de Rosza para una película moderna, sonaría ahora inmediatamente desubicada, y bastante dominante.
¿Volverá a trabajar junto a Amenábar? ¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
¡Por supuesto! Me divertí mucho trabajando en “Agora”, y espero que surjan otras posibilidades de trabajar juntos. Estoy a punto de empezar un par de películas; una de ellas es "Eat, Pray, Love", protagonizada por Julia Roberts. Actualmente, estoy también escribiendo algunas piezas de concierto, colaborando con la London Philarmonic Orchestra en un ciclo de historias infantiles para narrador y orquesta.
Eso es todo, Sr. Marianelli. Muchas gracias de nuevo, sabemos que está muy ocupado profesionalmente. Suerte en el futuro.
De nada. Suerte también a vosotros y ¡seguid trabajando tan bien en vuestra web!
Traducción: Jose-Vidal Rodríguez
9-diciembre-2009
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