Antes de nada, el equipo de Scoremagacine quisiera agradecerte tu amabilidad al concedernos esta entrevista
La gente conoce a Michael Levine, gracias a su trabajo para la serie ”Caso Abierto”. En uno de los episodios, nos encontramos una canción escrita por una de las creadoras de la serie, Liz García ¿Qué puedes contarnos de este episodio? ¿Cómo surgió la música para esta serie?
“Caso Abierto” (Cold Case) es una serie donde detectives de policía reabren antiguos casos sin resolver. En el episodio que me comentas, Liz escribió un guión para un asesinato sin resolver ocurrido en 1929 (el más antiguo de la serie). La letra de la canción representa las claves para resolver este caso.
Liz escribió las letras antes que yo hiciera la música, así que tuve que adaptarme.
En total fueron dos los episodios (“300 Flowers” y “One Dress Left Blues”) para los que escribí canciones tomando como referencia los sonidos de Hoagy Carmichael, Harold Arlen o Jerome Kern. En concreto en “300 flowers” la canción se canta ante la cámara. Siendo la primera vez que en “Caso Abierto” no se usa una famosa canción pop para la escena del montaje final durante la resolución del caso.
La clave musical de tu score para “Close to Home” es el violín tenor (que tiene una octava inferior al violín normal). Un instrumento que tu mismo interpretas. ¿Por qué decidiste usar este instrumento? ¿Conoces a más compositores que recurran al mismo?
Es sin duda un instrumento inusual. Pero tengo que reconocer que no me preocupa que otros compositores lo usen. La primera vez que lo escuché fue en una versión eléctrica, llamada “violectra”, donde lo tocaba Jean Luc Ponty. Curiosamente la pasada primavera mientras tocaba el fiddle para mi amigo Hans Zimmer en “Piratas del Caribe II”, Craig Eastman se presentó allí para tocar este mismo violín tenor. Un instrumento con un sonido realmente distinto y maravilloso, así que, a lo Will Smith me dije: “¡Yo tengo que hacerme con uno de esos!”.
Mientras trabajaba para “Closet to Home”, buscando un sonido que representara al pueblo de Indiana, pensé en el…
Remontándonos a principios de los 80, te encontramos como fundador del legendario grupo “No Guitars”, uno de los primeros en tener su propio videoclip en la MTV ¿Qué recuerdos tienes de aquellos tiempos?
Principalmente que la gente decía que mi violín eléctrico sonaba como una guitarra eléctrica, de ahí que decidiéramos llamar al grupo “No Guitars” como una forma de reivindicarnos.
Está generalmente aceptado, que hay continuos movimientos migratorios a lo largo del globo, con destino final en los Estados Unidos. Exitosos compositores y artistas, han comentado en muchas ocasiones, que nunca habrían triunfado de no haber emigrado a Estados Unidos. ¿Qué es lo que opinas sobre este fenómeno? ¿Crees que un artista necesita emigrar o trasladarse a otros lugares para tener más oportunidades de triunfar?
América es sin duda la tierra de las oportunidades para muchos; y ocasionalmente muchos compositores sólo pueden triunfar viajando a Hollywood. Sin embargo no creo que Ennio Morricone, Maurice Jarre, Nino Rota o Mikis Theodorakis tuvieran que emigrar a los Estados Unidos para tener éxito, algo que podemos decir actualmente de exitosos compositores contemporáneos como Alberto Iglesias o Jan Kaczmarek.
¿Cual es tu opinión sobre el Nuevo rumbo tomado por la MTV desde entonces? ¿Qué diferencias encuentras entre tú época y la actual?
Es lo que ocurre siempre con el horrible negocio del rock’n roll. Es increíblemente “repelente”. Peinados erróneos. Ropas erróneas. En aquellos tiempos la MTV nunca ofrecía videos de artistas de color que no fueran Michael Jackson, y ahora tenemos esos insípidos DJ´s que hacen de Paris Hilton un gigante intelectual en comparación con ellos.
¿Qué puedes contarnos acerca de tus influencias musicales Michael? ¿Hay algún tipo de separación entre la música que escuchas en casa y aquella que escuchas cuando trabajas en tus propios scores? ¿Permites que algún tipo de influencia alcance a tu propio trabajo?
En mi tarjeta de visita debería decir “Patológicamente ecléctico”. Esta es la cruda realidad cuando analizamos mis gustos musicales. Adoro a Debussy, Coltane, Jeff Buckley, Peter Gabriel, Ennio Morricone, oscuras bandas folk, country y swing… es una lista muy larga de hecho.
Recientemente he estado escuchando numerosos scores de James Newton Howard, y he descubierto que probablemente he estado inconscientemente influenciado por él durante años.
En un episodio de “Caso Abierto”, así como en la esperada “Piratas del Caribe II”, apareces tocando el violin en varias escenas. ¿Hay un actor oculto dentro de ti?
Nada de oculto, simplemente un actor sin talento. De niño participé en alguna obra de teatro, pero nada más. Eso sí, reconozco que mi vinculación con el rock viene derivada de mis tiempos del teatro más que de mi formación musical clásica.
Una Universidad de Cincinnati ha elaborado un estudio que concluye que los temas o sintonías que más se quedan grabada en la cabeza del público son “We Will Rock You”, “YMCA” y tú jingle para un anuncio de Kit Kat “Gimme a Break” ¿Qué opinas sobre esto? ¿Cómo surgió la elaboración de esta pieza?
Mi inspiración vino de un encargo de la propia agencia publicitaria (AD). La frase fue escrita por Ken Shuldman, y la música estaba inspirada en Zydeco (aunque a la empresa no le gustó el acordeón de mi primera versión). Muchos artistas han realizado versiones de la misma como Shawn Colvin o Carrie Underwood.
Otro trabajo particularmente interesante es tu colaboración con William Phillip McKinely (director del musical de Broadway “The Boy from Oz” con Hugh Jackman) en la producción de “Orpheus Electronica”, una opera techno multimedia basada en el mito de Orfeo y ambientada en una fiesta dance. Háblanos de este proyecto…
Comencé a trabajar en Orpheus años atrás con James Lumb, líder de la banda rave “Electric Skychurch”. Él fue quien me ayudó a dar cuerpo a la obra, pero no pudo continuar trabajando conmigo. Aún así me ayudó a adquirir una experiencia extraordinaria sobre la cultura musical techno y el rave.
“Orpheus” es la clásica historia de uno de los mejores músicos del mundo que viaja hasta el inframundo (“Underworld”) para rescatar a su amor verdadero. Allí sustituimos la típica bacanal, por una fiesta dance underground (que a día de hoy es básicamente lo mismo). La obra en sí es obre la perdida de la inocencia, de los valores comunes de la sociedad.
Phil McKinley es una de las mentes más inteligente y creativas que conozco. Es la única manera de dirigir un proyecto como este. Actualmente estamos trabajando en la organización de un seminario sobre música este otoño en Nueva York.
En 2004, apareciste acreditado en los títulos de “Sharktale”….
Para “Shark Tale” escribí un par de breves piezas de apenas segundos. El score es por completo de Hans Zimmer, que hizo un trabajo maravilloso.
Apareces también acreditado en varios films de Harry Gregson Williams como “Veronica Guerin” y “Simbad”, y en “Lágrimas del Sol” de Hans Zimmer. ¿Qué puedes contarnos de tu participación en estos proyectos? ¿Cómo es tu relación actual con Zimmer y los estudios Remote Control?
Creo que tanto en “Sinbad” como en “Lágrimas del Sol” mis aportaciones no se utilizaron en el montaje final. En cambio, con “Verónica Guerin”, Harry me pidió poner música a uno de los momentos claves del film, el del asesinato.
Este había sido montado con música de Hans para “Gladiator”. A los productores les encantaba y no estaban muy por la labor de cambiarlo. El tema tenía duduk, que es la quintaesencia de la música de medio oriente, y Verónica Guerin es una historia irlandesa. Así pues, me hice la siguiente pregunta: ¿Cuál es el equivalente irlandés del Duduk?, y sin duda llegué a la conclusión que ese era el fiddle. Al final a los productores les gustó la idea que les presenté con una Viola, y al final el maravilloso Hugh Marsh sustituyó mi parte con un violín eléctrico de cinco cuerdas.
A mí me encanta tanto el trabajo de Harry como el de Hans y espero volver a trabajar con ellos otra vez. De hecho, creo que participaré algo más en “Piratas del Caribe II” antes de que sea estrenado el film. Actualmente, estoy construyendo mi propio estudio dentro del complejo que tiene Hans Zimmer en Santa Mónica, así que en cuanto me traslade nos veremos más a menudo.
¿Es cierto que fuiste orquestador en “Un Domingo Cualquiera”, pero que no te acreditaron?
En realidad yo fui “ghost writer” del compositor de ese film. Orquestador es el premio de consolación, pero ni ese título me atribuyeron.
¿Qué puedes contarnos acerca de tus futuros proyectos Michael?
Todo en lo que estoy trabajando actualmente es demasiado tentador como para hablarlo actualmente. Sería demasiado comprometido hablar de proyectos que todavía tienen aspectos que confirmarse. ¡He aprendido a no tentar a los Dioses con elucubraciones!
Scoremagacine le desea lo mejor para el futuro. De nuevo gracias por esta entrevista
Traducción: Pablo Nieto
5-abril-2006
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