Muchísimas gracias por concedernos esta entrevista. El equipo de Scoremagacine admira mucho tu trabajo
Muchas gracias.
Eres un compositor interesado en una música multirracial. Quizás seas uno de los máximos exponentes de la música étnica aplicada al cine sin clichés. ¿Dónde reside el poder de la música étnica y que te atrae de ella?
Yo creo que en mi forma de concebir la música no entiendo que haya divisiones como esas. Es sólo música. Es como el casting de un director buscando actores para una película. Sólo busca a la mejor persona, aquella que crea que se amolda más a las características del personaje. En el caso de los instrumentos musicales, tu buscas aquellos instrumentos que pienses que van a reflejar mejor las ideas que tú quieres mostrar. En mi opinión, no existe eso de la música étnica de ninguna de las maneras. Hay sólo hay música, músicos e instrumentos.
Por supuesto, todo depende del tipo de película, pero si tu tuvieras que elegir, ¿qué tipo de recursos de música étnica preferirías utilizar?. ¿De Oriente Medio, India o africana?
Depende de en lo que este trabajando. Esos tres tipo de músicas expresan cosas muy diferentes. Es como si le preguntaras a alguien si le gusta el rojo, el azul o el verde. Todo dependerá de la habitación que estés pintando o el cuadro que quieras pintar o el coche que te compres. Son sólo diferentes colores, con el mismo valor. Son sólo elecciones que necesitas realizar en un determinado momento. Ahonda en lo que te he comentado antes. Sé que la gente piensa que soy un músico étnico, pero yo me considero un músico abierto a todas las posibilidades instrumentales.
¿Puede todo partir de tu interés por no enfatizar o repetir lo que ya se ve en pantalla, por buscar elementos que definan situaciones o personajes bajo nuevas perspectivas?
Sin duda. Creo que el público actualmente está mucho más receptivo que hace dos o tres generaciones. Ahora la gente es más educada musicalmente, y los oyentes y espectadores más listos. Ellos entienden perfectamente lo que ofrece una película, y no necesitan que se lo repitas o subrayes continuamente. Se valora más decir algo diferente. La música puede comunicar algo más, mientras que una escena está comunicando lo que está comunicando. No hay posibilidad de que transmita nada nuevo. Hay que realizar nuevas lecturas y no dejarse llevar por lo implícito.
En tus inicios, cuando estudiabas música en Toronto, ¿cuáles eran tus ilusiones y referencias musicales? ¿Pensabas en el cine como medio de expresión?
Que va. Fue por completo un capricho del destino. Yo estudié aquello en lo que estaba interesado: “Musicología Étnica”. El estudio de las primeras formas de música.
En aquellos tiempos escribía música para obras de teatro en la Universidad, y fue entonces cuando conocí a Atom Egoyan, puesto que participaba en los guiones de algunas de esas obras. Así fue, como accidentalmente me interesé en escribir para películas.
Es una interesante formación musical, pero ¿estudiaste música clásica, algún curso sobre música de cine, con posterioridad? ¿Qué personas, profesores o eventos podrías contarnos que en tu opinión te marcaran decisivamente en aquellos años?
En realidad nunca estudié música de cine. En la época en la que yo estaba estudiando música, no había realmente programas sobre el proceso de creación de películas en los grandes centros de estudios. Ahora si los hay, pero entonces todo era muy diferente. Realmente ningún compositor se planteaba acabar trabajando para películas.
A este respecto, sin duda, fue realmente importante el asesoramiento que tuve de un profesor que me daba clases de composición y que me ayudó a analizar qué es lo que yo estaba haciendo. Yo no escribía nada que le gustara o que se adecuara a su estilo, de hecho no estoy seguro, pero creo que nunca me dijo que algo de lo que había escrito le gustara, pero creo que fue una experiencia muy provechosa para mí recibir sus consejos. Su nombre es Walter Buchinski. Tras él, tuve un profesor de piano tan entusiasta y amante de la música que creo que me ayudo sin duda a tener un comienzo maravilloso.
Como comentabas, en Toronto estudiaste con Atom Egoyan con el que coincidiste en un primer momento en la realización de montajes teatrales. Vuestra relación posterior en el cine parte de una manera natural tras trabajar juntos allí. ¿Crees que iniciar tu carrera con Atom ha marcado tu posición en la industria como compositor dotado para musicar mundos oscuros y que perturban al espectador?
Yo no habría escrito el guión de mi vida de manera diferente. Tuve la suerte de trabajar con un director como Egoyan y ser desafiado desde el primer momento a ir mas allá de lo mundano y predecible y así levantar la barrera a lo que en aquel momento se consideraba estándar en la música de cine. La aproximación de Atom tenía mas de teatral que lo que podamos considerar como película comercial. Fue la manera perfecta de comenzar.
Sin duda, la oscuridad forma parte de su mundo, aunque considero que su cine es mucho mas complejo que eso. Sus películas han roto moldes y su acercamiento ha sido muy valiente y sin duda pienso que la música debía ir también en esa dirección.
Con Egoyan realizaste ”Exótica”, un enorme éxito gracias al cual ganaste un Genie Award. Aquí combinaste música de Oriente Medio con otra de influencia asiática. ¿Qué te impulso a tomar esa elección y como fue trabajar en este proyecto en general?
“Exótica” era una película sobre la obsesión. Yo busqué la mejor manera de capturar aquella esencia, de tal forma, que pudiera al mismo tiempo desarrollar mi propia obsesión, que era, como bien dices, la música y la cultura de Oriente Medio y surasiática. Así pues emprendí un viaje de búsqueda de estímulos musicales, para luego convertirlos en la base del score a mi regreso al estudio. Fue un proyecto realmente emocionante y personalmente significo mucho para mí. Creo que es uno de mis mejores trabajos hasta la fecha.
En 1997, nos encontramos otro interesante trabajo tuyo, en concreto el film de Mira Nair “Kamasutra”, donde recurriste a música india y sonoridades electrónicas, todo ello presentado bajo un prisma minimalista. ¿Cómo llegó a tus manos este proyecto y que recuerdas de esta colaboración?
Precisamente, Mira Nair había visto “Exótica” y le había encantado el score. Quería algo así para su película, para ambientar el film en el período histórico en el que se desarrolla. Algo que combinara el Folk indígena con el uso de instrumentos clásicos de la India y la música electrónica contemporánea. Así que eso fue lo que básicamente me dijo en su llamada. Fue interesante.
Con el film de John Greyson “Lilies” (1996) te encaminas hacia una nueva dirección musical, utilizando coros en latín y cantos gregorianos. ¿Cómo surgió esta idea? ¿Hubo algún tipo de influencia por medio de temp tracks de otras películas o bien de cantos tradicionales?
Esta fue una idea que surgió hablando con el director. El había cantado en una coral de niño, y encontró particularmente emocionante esta idea. En aquel entonces, no existían temp track que condicionaran el score, aunque probablemente en los tiempos que corren hubiera sido otra cosa. De haber ocurrido, la música no habría sido tan imaginativa.
Para el film de Gillies MacKinnon “Regeneration”, escribiste un oscuro y melancólico score para gran orquesta, arropado en ocasiones por solos de voz, en contraste con tu habitual recurso a la música new age o sonoridades musicales del mundo ¿Qué puedes contarnos de este proyecto?
Esta es una de mis películas favoritas en las que he trabajado. Yo lo considero un film realmente dinámico con una interpretación inmaculada. Yo encuentro algo en ese periodo de la historia, y en particular el hecho en sí de la I Guerra Mundial, muy personal y emocionante. Yo no quería un score que dirigiera la atención en una dirección equivocada. Me interesaba especialmente mostrar una elegía para la muerte, para los caídos en la guerra. Me involucré tanto que llegue a pensar en algún momento que estaba poniendo música a la oda de dos poetas. De este modo, me preocupé de crear algo simple que rindiera honor a la memoria de los caídos en combate desde un punto de vista respetuoso.
1999, fue un año realmente ocupado para ti al trabajar en cuatro películas, incluyendo “Ride with the Devil” con Ang Lee, “Felicia´s Journey de Atom Egoyan, “Inocencia Interrumpida” y “8 mm” un score con un aire oscuro, ambiental y étnico… ¿Cómo pudiste componer todos estos scores, con tan poco margen de tiempo?
Uno de los grandes retos de trabajar en el mundo del cine es la post-producción, una fase en la que las agendas cambian continuamente. Este mes, por ejemplo, he terminado dos películas con dos semanas de diferencia entre una y la otra. Debido a que eres un compositor de películas, tienes que poder adaptarte a todos estos cambios y ser consciente al entrar a trabajar en un proyecto que puede ocurrir que las fechas se modifiquen. Desgasta, pero te tienes que acostumbrar a esos ritmos.
Hablando de Ang Lee, con “Hulk” tuviste una desagradable experiencia. ¿Tras la misma volverías a trabajar con él?
Con “Hulk” pasó simplemente que los productores se asustaron de la audacia de nuestro trabajo. No era un film de superhéroes normal y la música no se podía enfocar de manera demasiado comercial. Así que les entró pánico y contrataron a Elfman. Lo cierto es que dejaron partes mías en la película, por lo que hay sonidos que recuerdan mi estilo. Sin duda, me encantaría volver a trabajar con Ang otra vez. Creo, que “La Tormenta de Hielo” es una de las grandes películas de los 90, con uno de los mejores scores que he hecho. Ang y yo seguimos siendo amigos, y me encantaría volver a tener la oportunidad de trabajar otra vez con él.
Hablemos de tus últimos proyectos. Tenemos tu última colaboración con Egoyan, “Where the truth lies”, una película que puede verse como menos independiente de lo hecho hasta ahora por Egoyan, pero que encierra muchas de sus claves y miradas ofrecidas al cine. Por tu parte, pareces querer echar la vista atrás al cine negro clásico. ¿Cuáles han sido las referencias musicales que te han influido en este trabajo?
Yo no tuve una referencia o referencias específicas en la música de este film. El cine negro que he visto a lo largo de mi vida, y que guardo en mi subconsciente ha sido realmente mi referencia. Es un mundo y un sonido que todos conocemos. Lo que realmente me gusta es que se trata de un mundo completamente cinematográfico. Un mundo que realmente sólo existe en las películas, y por lo tanto siempre lo ambientamos y situamos dentro de una pantalla de cine. Para mí, todos los films de Atom son así, y de ahí mi alegría de poder colaborar con él siempre.
Me encanta el resultado final de mi música y su utilización en el film. La grabamos en Londres con la mejor orquesta que he tenido nunca. Obteniendo un sonido final fantástico.
Se le ha criticado abiertamente a Egoyan sus explícitas escenas sexuales sin escandalizarse sin embargo por la carga de violencia de los personajes. La doble moral. Como músico, ¿bajo que perspectivas se acerca uno a temas conflictivos como la sexualidad o la violencia, se busca ser explícito, seguir las consignas del director o aportar tu propia voz, de manera sutil, sobre el asunto?.
Creo que todo depende de la escena y el contexto. Las escenas sexuales y violentas pueden tener funciones y significados muy diferentes en cada film. Por ejemplo, se puede pretender que causen impresión, o por otro lado que expliquen un punto de vista de la historia o que muestren simplemente una relación. Hay tantas funciones que puede tener que tu función como músico es analizar en cada caso el propósito final de la secuencia para escribir la música adecuada en cada circunstancia, y diferente al mismo tiempo.
Hablemos ahora de uno de tus últimos trabajos, “Capote” film dirigido por Bennett Miller. ¿Cómo llego a tus manos este proyecto? ¿Cómo fue trabajar con un director tan joven, que encima debuta en estas lides cinematográficas con este proyecto?
La productora del film, Caroline Baron, había trabajado conmigo en “La Boda del Monzón”, así que nos conocíamos muy bien. Bennett Miller, aunque este es su debut como director, tiene una dilatada experiencia dentro de la industria comercial y es un director con grandes conocimientos y una enorme sensibilidad. Uno de los directores con más conocimientos de música con los que he trabajado hasta ahora. Así pues no supuso ningún problema trabajar con un director tan joven.
Tú score para este film es suave, contenido e intimo, con dulces y delicados solos de piano marcando la tónica general de la música, simplemente arropados por una pequeña sección de cuerdas. A veces, parece un trabajo romántico, pero al tiempo es melancólico y triste, con ciertas reminiscencias de otros trabajos tuyos como “Corazones en la Atlantida” y “8mm”.
Para este film traté de crear un score partiendo de cero sin pensar en ninguna otra música, y haciéndolo solo en el film, preguntándome que es lo que necesitaba la película y que soluciones musicales podría aportar en cada momento.
El score gira en torno al mundo interior de Truman Capote. Se trata de poner música a su vacío más interno. El vacío que tu ves reflejado en el paisaje y en la apagada tonalidad de la fotografía del film, es también reflejado por medio del score, a través de una música estática y algo fría.
Su rica y famosa vida social es lo que en principio parece que se nos enseña, pero esta película trata en realidad sobre el mundo interno de Capote. Tiene una lecturas muy interesantes.
¿Qué podrías comentarnos sobre tus últimos proyectos, comenzando por “Tideland” de Terry Gilliam, y “Water” de Deepa Mehta? ¿Cómo fue trabajar con un director tan relevante como Gilliam?
“Water” es una maravillosa película que ha sido la elegida para abrir el Festival de cine de Toronto. Un score que he grabado en la India, así que es evidente la influencia de la música tradicional de aquel país; un recurso que he combinado con instrumentación occidental, al grabar las partes más orquestales en Bratislava.
“Tideland” es un divertimento algo provocador, una mirada perturbadora al interior de la mente de Terry Gilliam. Yo trabajé en este film junto a mi hermano Jeff, y te puedo decir que la experiencia fue maravillosa.
Terry es una persona que hay que conocer, inspiradora y emocionante. Fue sin duda una colaboración muy fructífera, y creo que el film es maravilloso.
Ya para terminar, ¿Qué puedes contarnos acerca de tus proyectos futuros?
Acabo de terminar un film llamado “Little Miss Sunshine”, una comedia protagonizada por Steve Carell y Grez Kinnear. Un film, donde he trabajado con una vieja banda de rock y Fol. llamada Divochka. Una experiencia diferente sin duda.
Además, en breve comenzaré a componer el score de “Breach”, el último film de Billy Ray, con quien ya colaboré en “Shattered Glass”. Sin duda estoy deseando volver a hacerlo, y estoy muy emocionado al respecto.
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Traducción: Pablo Nieto
29-junio-2006
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